Jueves, 18 de Abril de 2024
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Los negocios chinos en València se diversifican

Los negocios chinos en València se diversifican

Desde que empezaran las oleadas migratorias a principios de siglo el colectivo chino ha experimentado un enorme crecimiento en España y hoy se trata de una comunidad asentada en las principales ciudades del país. Para muestra de ello, China es el segundo país fuera de la Unión Europea, tras Marruecos, en número de residentes en España y el quinto a nivel mundial, con 218.000.

De los 418.000 asiáticos que viven en España, más de la mitad son chinos. Y aunque en los últimos años la llegada de estos inmigrantes se ha moderado, el colectivo sigue creciendo. El año pasado un 3,7%.

Los 25.370 chinos de la Comunitat Valenciana representan casi el 10% de los extranjeros de la región y València es uno de los principales núcleos de concentración, con 7.119 empadronados al término del año pasado (7% de los extranjeros de la ciudad). En la capital mediterránea tienen tanta presencia que hasta tienen su propio Chinatown.

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Distrito de la ciudad de Valencia con mayor cantidad de chinos empadronados. | Infografía: Javier Gracia

Cualquiera que se haya pasado por la zona contigua a la Estación del Norte por el lado oeste habrá comprobado que se trata del epicentro de su comunidad. Centenares de establecimientos y empresas regentadas por naturales del gigante asiático se acumulan en sus calles.

Se trata del barrio Convento-Jerusalén, que en apenas ocho calles guarece a una parte importante de la comunidad y la economía chinas de la ciudad. Aparte del distrito de Extramurs, también concentran una proporción importante de población china los distritos de Quatre Carreres y Camins al Grau.

Uno de los chinos residentes en Convento-Jerusalén es Haili Liu, presidente de la Asociación Cultural Han, que se ocupa de articular, dinamizar y promover la cultura china en la ciudad, fomentar la integración del colectivo y favorecer las relaciones de cooperación.

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Provincias de procedencia de la mayoría de los chinos residentes en València. | Infografía: Javier Gracia

Tal y como revela Liu, los chinos de València, como los que hay esparcidos por España y Europa, son originarios fundamentalmente de dos provincias del sudeste de su país: Zhejiang y Fujian. Esto se debe a que la economía China a principios de siglo se sustentaba predominantemente gracias al sector agrario, pero como las provincias del sur son muy montañosas, no eran idóneas para cultivar, por lo que, ante la falta de recursos, muchos de sus habitantes se veían obligados a marcharse en busca de oportunidades.

Los chinos son gallegos, son gente que se va a todo el mundo”, afirma Alejandro Bueno, que hace una década emigró a China y regresó hace unos años con el idioma aprendido. Desde entonces es comercial en la inmobiliaria Bian Min, donde también asume labores de intermediación, gestión de permisos de residencia y asesoramiento jurídico.

Pese a la mayoría de chinos del sureste chino, la llegada en los últimos años se está produciendo más desde el norte, según subraya Liu. El trabajador cultural explica que eligen València como destino para segunda residencia o para adquirir bienes inmuebles y que su inversión inicial no baja de 500.000 euros, ya que esta es la cantidad mínima que les permite optar a la ‘Golden Visa‘, el permiso de residencia para inversores.

Según cuenta, se trata en muchos casos de «jubilados o personas con la vida resulta» que vienen atraídos por las condiciones ambientales y sociales. «Los chinos que emigran ahora lo hacen para invertir, sobre todo en vivienda, y suelen ser personas de más de cincuenta años que ya no tienen cargas y buscan una vida más tranquila alejados de las fábricas, el estrés y la polución de China«, explica el presidente de la Asociación Han.

Diversificación de negocio

Tal y como comenzaron hace varias décadas, los chinos establecidos en España y concretamente en València siguen siendo principalmente comerciantes y hosteleros, pero en los últimos años han desarrollado una importante diversificación sectorial y de negocio, en parte para abastecer de servicios y productos a la propia comunidad afincada en la ciudad. Ya no se limitan al negocio de los bazares y los restaurantes de comida china hispanizada, sino que emprenden todo tipo de negocios que contribuyen a dejar los tópicos obsoletos.

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Establecimientos chinos en Convento-Jerusalén clasificados por tipo de negocio. | Infografía: Javier Gracia

Destaca la proliferación de establecimientos como peluquerías, centros de estética, parafarmacias o servicios de asistencia técnica y reparación de aparatos electrónicos. Además, los comercios se han especializado, pudiéndose encontrar tiendas de ropa, de móviles o de productos cosméticos, entre otros.

También son cada vez más numerosas las inmobiliarias, dado el interés inversor de los chinos en la ciudad, que en muchos casos buscan ser propietarios de vivienda; y los centros de asesoramiento jurídico, en los que obtienen asistencia para gestionar sus permisos de residencia y las aperturas de negocios.

Rafael Granados, responsable de estadística de la Asociación de Trabajadores Autónomos, explica que “su modelo de negocio es el rotativo, mucha venta con poco margen de beneficio”, pero también precisa que “se está observando una evolución hacia modelos de venta de productos de mayor calidad con menos ventas pero mayor margen de beneficio e incluso algunos empresarios están abriendo fábricas aquí”.

Respecto al negocio por antonomasia, el de la restauración, frente a la «occidentalización de la comida china» que tuvo lugar en los primeros años, el presidente de la Asociación Cultural Han señala que se ha abierto paso la auténtica gastronomía china, sobre todo el Wok y la comida taiwanesa. En cuanto al fenómeno de la colonización de los bares españoles, Bueno afirma que se produce porque “ven que es un negocio medianamente asegurado, porque venden café, bebidas y comida y no cuesta mucho ganarse al cliente, y además el traspaso es barato”.

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Alejandro Bueno, asesor e intermediador en la inmobiliaria Bian Min de València. Foto: Javi Gracia

Emprendedores

De los 25.000 residentes chinos en territorio valenciano, aproximadamente la mitad están afiliados a la Seguridad Social. El 58% de los inscritos son autónomos, el porcentaje más alto entre todas las nacionalidades extranjeras presentes en la CV. Hace una década la proporción de chinos en la región que trabajaba por cuenta propia era del 43%. Siempre han destacado como emprendedores, pero esta característica se ha hecho aún más patente con el paso de los años.

Alejandro Bueno asocia esta evolución a que gran parte del 58% que antes eran empleados se han hecho autónomos. “Los chinos prefieren trabajar por cuenta propia a por cuenta ajena, de hecho eso se nota mucho en los salarios. Los chinos cobran bastante más que un español medio”, afirma. También achaca este alto porcentaje al tipo de negocios dirigidos: “Son habituales las empresas familiares en las que hay dos autónomos, marido y mujer, o marido e hijo” y al mismo tiempo esa mujer puede estar ocupándose de “cinco bar-cafeterías”.

Sian Li es empleada desde hace tres décadas en la agencia Viajes Pacific Ocean, ubicada en Convento-Jerusalén, una de las calles emblemáticas del barrio chino. Sobre esta preferencia por ser autónomos, Sian explica que los chinos ”ahorran mucho, apenas gastan, y cuando tienen 30.000 o 40.000 buscan un traspaso y montan su propio negocio”.

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Sian Li, empleada en Viajes Pacific Ocean. | Foto: Javier Gracia

Para la agente de viajes, su capacidad para el emprendimiento está relacionada con su cultura del ahorro, ya que ser autónomos les permite ganar más y con ello pueden “formar y mantener una familia y a la vez disfrutar de una vejez más tranquila”.

Para Haili Liu, el principal factor de esta circunstancia es el apoyo que supone la red económica familiar existente. «Para los chinos empezar un negocio nuevo es más fácil porque entre familiares y amigos se ayudan«, afirma. Además, apunta a la comodidad de ser autónomo a la hora de hacer frente a los gastos y al sostén de la familia, ya que, a diferencia de cuando cobras una nómina a fin de mes, «todos los días hay movimiento de dinero en la caja«.

De los chinos de segunda y tercera generación que han aprendido perfectamente el idioma, Bueno destaca que aunque están mucho más integrados, siguen diferenciándose de los españoles en que “tienen más ganas de hacer negocios”. Sin embargo, Liu asegura que una gran parte de los chinos jóvenes de València optan por formarse, preferentemente en la universidad, y por buscar trabajo en empresas o crear negocios por su cuenta en lugar de heredar el negocio familiar.

Sobre la escasez de chinos con empresas de innovación o tecnología en València, Alejandro Bueno explica que “como el movimiento startup en china es tan fuerte, los chinos de aquí no necesitan hacer una plataforma para la comunidad, porque ya existe. Hacer una startup sería más de cara al público español y la haría más bien gente cualificada de tercera generación”.

Hermetismo sociocultural vs. integración

Los chinos fabrican y venden para ellos mismos, se dedican al comercio de productos fabricados allí, se financian ellos mismos, evitan pedir cualquier tipo de préstamo bancario”, afirma Rafael Granados en referencia al hermetismo que en muchas ocasiones caracteriza a la comunidad china.

Ahora bien, Alejandro Bueno desmiente el mito de que los chinos sean cerrados por cultura: “Yo he estado viviendo en China y si los chinos son cerrados aquí es porque no se quieren permear, pero lo mismo pasa con nosotros allí. Yo hablo chino y tengo amigos chinos, pero también hay muchos españoles que no se mezclan con chinos”. El miembro de Bian Min apunta que “cuando hay grandes bolsas de población de una comunidad ésta tiende a encerrarse a sí misma”.


«Cuando hay grandes bolsas de población de una comunidad ésta tiende a encerrarse a sí misma»

El mediador, además de a las dificultades derivadas del idioma, apunta a la duración de la jornada de trabajo como causa de la difícil integración china en la sociedad. “No les queda tiempo para estudiar español y relacionarse con los españoles, después de tanto trabajo los fines de semana quieren estar con su familia, sobre todo los jefes”, señala.

Haili Liu opina, sin embargo, que los chinos que habitan hoy València están mucho más integrados, en parte gracias a la labor que asociaciones como la suya o el Instituto Confucio realizan cada año. En 2017, un año después de su fundación, la Asociación Cultural Han organizó por primera vez la cabalgata del Año Nuevo Chino, que reunió esencialmente a la comunidad de Convento-Jerusalén.

En vista del éxito de participación y de público, en 2018 se sumaron a la celebración el Instituo Confucio y el resto de organizaciones chinas de la ciudad y actualmente la festividad logra emplazar cada año a miles de participantes y visitantes.

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Recreación del barrio de Convento-Jerusalén. Fuente: Google Earth.

La agrupación organiza diferentes eventos como excursiones a pueblos valencianos y visitas a museos con el propósito de que los chinos de València se integren y conozcan la cultura de la región. Del mismo modo, colabora con diferentes colegios para promover y dar a conocer la cultura china entre los estudiantes valencianos. Además, ofrece ayuda con los papeles y los trámites a los recién llegados y a los que tienen problemas con el idioma.

Aun así, Liu piensa que la aclimatación sigue siendo difícil y que sería necesaria una gran consultoría que permitiera a los chinos informarse y asesorarse de un modo más formal sobre temas jurídico-legales y de visados.

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