Mujeres al Timón
La Diva 2013
Aunque no existe en la legislación vitivinícola actual, los vinos que elabora Bodegas Gutiérrez de la Vega podrían ser paradigma de una categoría cualitativa que bien podríamos denominar como “vinos de familia”. Son vinos que transmiten un origen, un saber hacer y, además, una filosofía propia familiar.
Proponemos hoy la cata de La Diva 2013, un vino naturalmente dulce de vendimia tardía. Naturalmente dulce porque la fermentación alcohólica (proceso en el que las levaduras transforman el azúcar presente en el mosto en alcohol), se corta naturalmente (sin adición, por ejemplo, de alcohol) debido al nivel de azúcar natural del mosto, alcanzado gracias a una vendimia de la uva prácticamente pasificada.
Aunque en unos meses saldrá al mercado la añada 2016 de este vino que nace en Parcent, en las montañas de La Marina Alta alicantina, en la bodega de El Corte Inglés es posible adquirir la añada 2013, que se encuentra ahora en un momento sublime.
Dialogar con Felipe Gutiérrez de la Vega es asistir a una clase magistral de coherencia vitivinícola. Es un auténtico “mago”, y solo magia puede salir cuando tiene una uva como la moscatel en sus manos.
La define diciendo “es una uva pletórica”, y defiende La Marina Alta como una “zona de cultivo privilegiada” para esta variedad; una de las variedades blancas mediterráneas por antonomasia y considerada una de las más antiguas que quedan sin modificar genéticamente.
Gutiérrez de la Vega explica que lo que más le impresionó de la moscatel cuando inició el proyecto de su bodega (allá por los años 70) fue “su frescura dentro de la dulzura”. Este moscatel nace de viñas de la finca denominada de La Riba, con suelos calizos y aterrazados, y sometidos a un benigno régimen de vientos.
Como hemos señalado, la vendimia se atrasa hasta prácticamente noviembre, cuando siete de cada diez granos están ya pasificados. Tras un despalillado suave (queda algo de raspón en fermentación), las levaduras autóctonas arrancan una lenta fermentación (recuerden las fechas de las que estamos hablando), en barriles de roble (donde conviven el hollejo, el mosto y ese poco de raspón).
La actividad fermentativa se prolonga aproximadamente durante dos meses, cuando las levaduras se “agotan”, pues no pueden digerir tanto azúcar natural, y la fermentación se detiene. A continuación, un mínimo de 12 meses en barricas de roble francés.
Ambrosía concentrada
El resultado es una ambrosía concentrada, homenaje particular a la soprano María Callas y a Gaetano Donizetti por su “Elixir de amor”. En copa, la añada 2013 se muestra de color ambarino anaranjado y cobrizo, con reflejos rojizos, no excesivamente brillante. Glicérico y denso.
Intensidad aromática elevada, en la que encontramos una armonía de frutas confitadas, mieles y fruta pasificada (orejones, pasas). Con un fondo de recuerdos a bosque mediterráneo, en forma de hierbas aromáticas (manzanilla) y matices balsámicos (poleo y una nota ligeramente de resina).
Un vino que se muestra complejo, con un perfil floral que nos habla de flor blanca (azahar) ajada. La primera aproximación a la copa ya es embriagadora.
Al oxigenarse, las sensaciones se refuerzan. La Diva 2013 gana en complejidad y matices, aparecen las notas tostadas y especiadas (clavo, vainilla, canela…), antes opacadas por la intensidad aromática.
Gana en intensidad y corpulencia sin perder elegancia. Sigue muy presente la uva en toda su integridad, pulpa, hollejo y raspón, y se hacen más evidentes aromas cítricos en su formato de piel de cítrico y naranja escarchada. En boca es inmenso. Con un equilibrio perfecto entre una acidez cítrica y el azúcar que lo arropa, junto con una sensación amargosa final que lo levanta. Amplio en boca y largo en el paladar. Franco. Sorprende su frescura. Redondo. Sublime ahora y llamado a engrandecerse en botella todavía.
Como reza su contraetiqueta: “Como todo lo bueno en la vida, este vino deja poso”. Está entre los grandes vinos dulces del mundo; sin duda, sin complejos.
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