Bankia y el Ivie acaban de hacer público el primer documento de la colección Claves de competitividad del Observatorio GECE que recoge datos de interés para las empresas valencianas. Este primer documento analiza la competitividad de la empresa valenciana a lo largo del tiempo y qué factores pueden contribuir a mejorarla.

El informe divide a las empresas en cuatro categorías: frágiles, modestas, sólidas y superiores. Según este criterio, el 22,9% de las empresas valencianas se encuentran entre las más competitivas del país, según el Observatorio sobre Gobierno, Estrategia y Competitividad de las Empresas (Observatorio GECE).

El 22,7% de las empresas familiares alcanzan el nivel de competitividad máximo, mientras que el porcentaje entre las no familiares sube al 31.1%.

La inclusión en cada categoría se basa en siete indicadores: rentabilidad, a corto y largo plazo; solvencia, a corto y largo plazo; capacidad de generar liquidez, productividad de los activos y productividad del trabajo.

Las empresas nacionales situadas entre las llamadas superiores son un 25%, lo que sitúa a las valencianas ligeramente por debajo de la media nacional.

Más rentables y solventes

Sin embargo, las compañías familiares valencianas incluidas en ese grupo de superiores consiguen mejores ratios de rentabilidad a largo plazo y solvencia que las no familiares, que también figuran entre las más competitivas.

En concreto, las empresas familiares valencianas se sitúan, en promedio, en el percentil 81 en rentabilidad a largo plazo (es decir, entre el 20% más rentable del conjunto de las empresas españolas); frente a las no familiares, que se encuentran en el percentil 71. Por lo que respecta a la solvencia, tanto a largo como a corto plazo, las familiares se colocan 7 percentiles por encima de las no familiares.

El estudio también revela que, conforme se asciende en el nivel de competitividad, aumenta el porcentaje de empresas familiares y no familiares consideradas medianas o grandes. Mientras que en el grupo de las frágiles solo se encuentra un 6,3% de empresas familiares medianas y grandes, el porcentaje se eleva a casi un 20% en el caso de las superiores. Por su parte, las no familiares pasan de un 23,5% de empresas grandes y pequeñas en el grupo de las frágiles al 52,8% en las superiores.

Más tecnología, más competitivas

También crece el porcentaje de empresas que opera en sectores más intensivos en tecnología cuando nos acercamos a los grupos de empresas más competitivas.

El 10,3% de las compañías familiares consideradas frágiles tienen una intensidad tecnológica alta o media alta, frente al 23,2% de las que figuran en el grupo de las superiores. En el caso de las no familiares, este porcentaje pasa del 13,1% en las frágiles, al 26,4% de las superiores.

De los datos se deduce que el tamaño y la inversión en tecnología son elementos que facilitan la mejora competitiva.