La Diputación de Castelló tendrá un presupuesto de 138 millones de euros en 2019, como avanzó el presidente de la institución provincial, Javier Moliner, durante su intervención ayer en los Desayunos del Casino Antiguo. Supone un ligero incremento en relación con los 135 millones del año en curso.

Moliner avanzó también que cerrará su etapa de ocho años al frente de la institución provincial dejando a cero la importante deuda heredada de su antecesor Carlos Fabra. En este sentido, la corporación provincial ya cerró el ejercicio contable de 2017 con una deuda a los bancos de 27 millones de euros. Cantidad que, de acuerdo a lo avanzado por el presidente provincial, se reducirá al final de este año, aunque no avanzó cifras.

El equipo de gobierno de Moliner ya trabaja en la confección de su último presupuesto. Así, tras la reunión mantenida con sus diputados hace dos semanas en Culla para ajustar las partidas por área, la semana pasada mantuvo reuniones con los portavoces de los cuatro grupos políticos de la oposición: PSPV, Castellón en Moviment, Ciudadanos y Compromís, con la intención de volver a consensuar el presupuesto como ya ocurrió con el actual. Sea como fuere, la mayoría absoluta del PP en el pleno de la institución le facilita la aprobación de su documento económico.

En su intervención de ayer Moliner recordó que la institución que preside es «la primera administración pública de España que consigue rebajar su capítulo de personal por debajo del 20%, siendo del 18%, con 150 trabajadores menos que hace ocho años y gestionando más expedientes». De ahí, y de la llegada de más recursos de terceras instituciones, sale la «capacidad inversora» de su gobierno.

Añadió que «con los 25 millones del 2018, y prácticamente otro tanto del año próximo, sumaremos más de 100 millones de euros de inversión esta legislatura, lo que supone que la Diputación de Castelló  es la administración que más invierte en la provincia pese a que su presupuesto es más modesto que el de otras».