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La economía valenciana creció en los últimos 25 años, pero menos que la media española

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Joaquín Maudos y Francisco Pérez, director adjunto y director de Investigación del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie)

El bienestar de los valencianos, medido en términos de porcentaje de PIB per cápita, se ha incrementado un 27% desde 1990, por debajo del 38% que ha aumentado en España. Por tanto, el crecimiento del PIB pc en la Comunitat no ha convergido con España, sino que se ha alejado. En la actualidad, la renta de un valenciano es un 11% menor que la española. También en el resto de indicadores (productividad, mercado laboral, I+D…) estamos por debajo.
Los desmanes de un sector inmobiliario, que llegó a duplicar su peso actual y dejó aparcada parte de la reconversión del tejido productivo, así como una financiación pública claramente deficitaria, que acarrea más deuda no por gastar más sino a pesar de gastar menos, dejan un pobre balance en la economía valenciana del último cuarto de siglo.

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La visión macroeconómica de la economía valenciana en los últimos 25 años centra el primero de los análisis en profundidad que desde la revista Economía 3 abordaremos hasta enero de 2017 para conocer cómo han evolucionado y se han transformado algunos de los sectores productivos más representativos de nuestra economía, coincidiendo con nuestro 25 aniversario. De la mano de una de las instituciones independientes de nuestro país más solventes y prestigiosas en la realización de estudios de investigación y en la realización de evaluaciones de políticas públicas, el Ivie, analizamos la trayectoria de la economía valenciana en el último cuarto de siglo.
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Estructura Productiva

Francisco Pérez, director de investigación del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y Joaquín Maudos, director adjunto, ambos catedráticos de Análisis Económico de la Universitat de València, explican cómo la economía valenciana ha alterado sustancialmente su estructura productiva en los últimos 25 años y cómo han perdido peso la agricultura y la industria en beneficio de los servicios. La economía se ha «terciarizado» hasta alcanzar el 72,7% del PIB valenciano. La construcción ha fluctuado: aumentó mucho más en nuestra región que en el resto de España, al pasar del 7,9% en 1990 al 13% en el 2008, para reducirse hasta el 6,3% en la actualidad, por lo tanto, pesa hoy menos que hace 25 años, aclaran.

Por su parte, la industria ha perdido 8 puntos desde principios de los 90, aunque se ha producido una cierta reindustrialización a partir de 2008.

F.P.: El proceso de desindustrialización ha afectado a todo el mundo desarrollado, es notable que las manufacturas se han ido a Asia, pero además en este dato hay otro elemento que también influye estadísticamente, y es que muchas de las actividades y servicios que concentraban las empresas de manera interna (servicios de transporte, limpieza, de aprovisionamiento…) se han clasificado históricamente según la actividad principal de la compañía  (en cuanto a valor añadido, empleo, etc.). Si tenemos en cuenta que en los últimos quince años se ha acentuado la externalización de servicios, a efectos estadísticos crecen los servicios y se deteriora aparentemente la industria, por ello decimos que parte de ese descenso en la industria e incremento terciario tiene una componente de normalización estadística.

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Francisco Pérez

F.P.: Es posible, sobre todo, cuanto más intensiva sea en conocimiento.

J.M.: Tendremos más capacidad de retener producción industrial, en la medida en que nuestras producciones requieran más especialización y mayor valor añadido. También hay que tener en cuenta que, en los países emergentes, además de salarios bajos, también hay productividades bajas o entornos empresariales poco favorables.

Como ejemplo, Pérez cita a uno de los sectores –de tecnología media-alta– anclado en nuestra Comunitat que ha sabido “encontrar el equilibrio entre costes y productividades” en su modelo de relaciones laborales, como es el sector de la automoción y, en paralelo, su industria auxiliar: “totalmente alineada y capaz de ofrecer flexibilidad y garantías en cuanto a productividad, calidad y precios”, subraya el catedrático.

– Si analizamos ahora el mercado laboral, ¿qué es lo más significativo?

F.P.: En 1990, la CV tenía una tasa de paro inferior a la media de España: 14,2% frente a 16,2%. La tasa de paro más baja registrada en la región correspondió a 2006 (8,33%) y en España a 2007 (8,45%).

Sin embargo, desde el inicio de la crisis, la tasa de paro valenciana ha aumentado más que la de España, alcanzando un máximo del 28% en 2013, 2 puntos por encima de la media.

J.M.: Según los datos del 4º trimestre de 2015, el paro valenciano sigue siendo mayor que el de la media nacional (21,4% vs 20,9%), pero, afortunadamente estamos convergiendo a la media, solo nos separa medio punto. Pero si la comparamos con la situación de hace 25 años, la tasa de paro de nuestra Comunitat es un 50% mayor que la de 1990 ( –del 14 al 21%–, 7,2 puntos de diferencia frente a los 4,7 de la media de España –del 16 al 20%–).

No obstante, hoy el número de ocupados de la CV es un 42% superior al de 1990 y ha crecido más que el de España (39%). A pesar de la dureza de esta crisis, podemos decir que hay un 42% más de personas trabajando que hace un cuarto de siglo.

– ¿Cómo se explica que partiéramos de una tasa de paro sustancialmente más baja en la Comunitat en los 90 y se acabara abriendo una brecha con España que llegara a superar los dos puntos?

F.P.: El problema es que la expansión económica fue menor en la Comunidad Valenciana que en el resto de España y, por tanto, menor también la creación de empleo y el incremento del resto de indicadores. Además, la llegada de la crisis impactó con mayor virulencia en la Comunidad Valenciana.

J. M.: En la salida de la recesión desde el tercer trimestre de 2013, la Comunidad Valenciana ha recuperado el empleo de manera más vigorosa  y llevamos dos años donde la tasa de crecimiento del PIB es mayor en la Comunitat que en España. Esto ha permitido la corrección de parte de la brecha –hasta el medio punto actual que comentábamos anteriormente-.

– ¿Podemos medir cómo ha evolucionado el bienestar de los ciudadanos?

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Joaquín Maudos

– J.M.: El indicador básico comúnmente aceptado del bienestar es la renta per cápita. Aunque la renta per cápita de la Comunitat ha crecido en estos 25 años un 27%, es decir los valencianos vivimos mejor que hace 25 años, somos más pobres en términos relativos a España, ya que su PIB per cápita ha crecido un 38%. La brecha por tanto es de once puntos, cuando al inicio de la década de los 90 apenas alcanzaba los tres. De nuevo ese diferencial se acentúa cuando empieza la fuerte expansión de la economía en el año 2000, ya que la Comunitat crece pero más despacio y, posteriormente, la crisis aquí es más intensa.

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