De la química a la empresa

De la química a la empresa

2015-dic-Lideres-SPB-Miguel-Burdeos-02Miguel Burdeos (65 años) está casado y tiene tres hijos. “Mis dos hijas mayores trabajan conmigo en la empresa y mi hijo está trabajando por su cuenta en París. Gracia es licenciada en Farmacia por la Universitat de València y directora de Producto en SPB y Mariam es licenciada en ADE también por la UV y dirige Cleanity, la división de productos para limpieza industrial. Miguel estudió Comunicación y RR.PP. en el CEU y está en París trabajando por su cuenta”. Hijo de una familia de empresarios, Burdeos estudió CC. Químicas en Valencia, carrera que finalizó en el 72, “para incorporarme enseguida al negocio familiar”. Durante la carrera, “en verano y en las vacaciones, iba a los laboratorios de la empresa a ayudar. El amor a la química me lo inculcó mi padre, que disfrutaba con su trabajo”. Una de las primeras asignaturas que aprendió en la carrera de la vida fue “gestionar una crisis empresarial. Concretamente la del petróleo, en 1973”. Se llevó por delante una de las dos compañías del sector químico que tenía en funcionamiento su padre; precisamente, SPB.

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– ¿Qué provocó al cese de actividades de SPB en el 74?

– Mi padre había emprendido unas inversiones fuertes en Castellón junto con la multinacional petrolífera ESSO, creando una empresa conjunta en el Grao de Castellón, pero en el 75 los americanos decidieron vender su participación y retirarse de España. Acababa de morir Franco y no se fiaban de lo que pudiera pasar. El comprador de la participación de ESSO, que era el Banesto de aquella época, no veía claro el proyecto y decidió romper el acuerdo. Eso provocó el cese de actividad de la compañía, pues mi padre no podía seguir en solitario con el proyecto. Cuatro años después del cierre de SPB también cesó en sus actividades la otra empresa familiar, Ingralesa.

– ¿Qué hizo tras el cierre de la segunda empresa?

– Al año siguiente, en 1979, decidí establecerme por mi cuenta. Le pedí a mi padre que me cediera la titularidad de SPB, que estaba limpia y sin deudas. Sabía que esa marca era importante para mi padre, que sufría una enfermedad que arrastró durante diez años.

Estos son los cimientos en la trayectoria humana de un químico que, superando la necesidad de tener que salir a comerse el mundo todos los días, hoy lidera una de las principales empresas de su sector en España. “Tengo que reconocer que he tenido suerte en casi todas las decisiones importantes que he ido tomando”, asegura Miguel Burdeos, pero como explicó gráficamente Picasso, hay que procurar que la inspiración (en este caso la suerte), llegue cuando estés trabajando.

Burdeos, además de poner en pie y hacer funcionar todos los días una máquina de precisión como es SPB, desarrolla una significativa actividad de representación empresarial: preside la Asociación Nacional de Empresas de Detergentes y Productos de Limpieza (Adelma); la Asociación de Empresas Químicas de la Comunidad Valenciana (Quimacova); es vicepresidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), de la que forma parte del Consejo Asesor de I+D+i; miembro de la Cámara de Comercio de Valencia, de Cierval y de la comisión de I+D+i de la CEOE. “Presidir y participar en estas asociaciones y organizaciones empresariales me permite mantener el pulso del sector químico y del tejido empresarial de nuestra Comunitat y también a nivel nacional. Y en la medida de mis posibilidades –basándome siempre en mi experiencia de muchos años como empresario químico–, intento aportar y defender este sector y el mundo empresarial”.

Además de la vida empresarial, la motivación por la investigación y la innovación aplicada al mundo de la empresa también forma parte sustancial de la personalidad de Miguel Burdeos. Es patrono y director de la Cátedra de Cultura Directiva y Empresarial de la Universitat Politècnica de València (UPV), miembro del Consell Valencià de l’Innovació y patrono, además, de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados.

El Colegio de Químicos y la Asociación de Químicos de la Comunidad Valenciana le concedió hace unas semanas la Medalla Gascó Oliag al Mérito Profesional, que reconoce su apuesta decidida por la innovación. Prueba de ello son las sinergias que ha establecido con centros tecnológicos, institutos de investigación y universidades, así como la participación de SPB en proyectos europeos de I+D+i. “Recibir este reconocimiento es muy importante para mí. Me lo están concediendo colegas químicos y es una medalla que han recibido investigadores de gran prestigio. Ha sido un auténtico privilegio y lo he recibido con humildad pero con la convicción de una certera pasión y vocación por la química. Con esta medalla están reconociendo a todos los trabajadores de la empresa, a las 450 personas que comparten conmigo las ganas de trabajar, de adaptarnos a los cambios, de innovar y de construir cada día SPB”

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