La UE trabaja a contrarreloj para evitar una escalada en la guerra comercial de Trump

Este próximo miércoles, 9 de julio, vence el plazo fijado por el presidente de EE.UU., Donald Trump, para alcanzar acuerdos comerciales. Mientras tanto, la incertidumbre continúa latente en el seno de la Unión Europea. La Comisión Europea trabaja contrarreloj con el fin de cerrar un pacto que evite una nueva escalada en la guerra comercial, mientras desde Washington llegan señales contradictorias. La pregunta que muchos se hacen ahora es: ¿qué sucederá?

A tan solo tres días de la fecha límite, la Comisión Europea anunció este lunes que se ha logrado avanzar hacia «un acuerdo de principio» con Estados Unidos, con el objetivo de frenar la guerra arancelaria. De hecho, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el presidente estadounidense, Donald Trump, mantuvieron una conversación telefónica el domingo para tratar el tema.

«Se ha avanzado hacia un acuerdo de principio, consultamos a nuestros Estados miembros el viernes. Nuestra presidenta habló ayer con el presidente estadounidense. Y estamos trabajando duro en todos los frentes para conseguir algo antes del 9 de julio», declaró este lunes el portavoz comunitario Olof Gill.

Desde distintos frentes dentro de la UE se asegura que se están haciendo esfuerzos a nivel político al más alto nivel para evitar que el conflicto se agrave. Sin embargo, aún no hay un pacto definitivo sobre la mesa. En cualquier caso, si las negociaciones no prosperan, Von der Leyen ha dejado claro que la Unión Europea está lista para responder y proteger sus intereses.

Cabe recordar que, por ahora, Estados Unidos aplica unos aranceles del 10% a todos los productos procedentes de la UE y otros del 25% sobre las importaciones de acero, aluminio y vehículos, pero el mandatario republicano amenazó con elevar estos recargos hasta el 50%.

Mensajes contradictorios desde EE.UU.

La postura de Estados Unidos sigue siendo incierta, ya que sus mensajes continúan siendo contradictorios. Aunque en un principio se consideraba el 9 de julio como la fecha límite definitiva, ahora parece que ese día servirá más bien como un punto para identificar qué países han mostrado disposición a colaborar. En consecuencia, los aranceles no entrarían en vigor hasta el 1 de agosto, lo que implica una prórroga en el calendario inicialmente previsto.

En este contexto, el pasado domingo, el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, declaró que los aranceles se aplicarán a partir del 1 de agosto. Esta afirmación supone un nuevo aplazamiento respecto a la entrada en vigor de las tarifas más elevadas anunciadas por Trump el pasado 2 de abril, fecha que él mismo denominó el «Día de la Liberación» y que marcó el inicio de la actual guerra comercial.

Por su parte, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, también hizo referencia a esta nueva fecha límite. En una entrevista en CNN, advirtió que los aranceles volverán como un «boomerang» a los niveles del 2 de abril si para el 1 de agosto los países o bloques no han cerrado acuerdos.

Trump, por su parte, tiene previsto comenzar este lunes —después de haber anunciado inicialmente que lo haría el viernes— el envío de cartas a sus socios comerciales. En ellas detallará los aranceles que pretende imponer a partir del 1 de agosto en caso de no alcanzarse un acuerdo antes del 9 de julio, la fecha límite establecida originalmente.

¿Qué dice el Gobierno de España?

Sobre la relación de España con Estados Unidos, la secretaria de Estado de Comercio, Amparo López Senovilla, ha admitido este lunes que, si bien el mercado estadounidense «es difícilmente sustituible», la alternativa más efectiva frente a la política arancelaria impulsada por la Administración Trump consiste en diversificar destinos comerciales.

Respecto a las cartas que Trump ha dicho que recibirán los países con los que se había establecido una tregua comercial, López Senovilla ha señalado que, hasta el momento, España no ha recibido comunicación oficial por parte de Estados Unidos.

Respecto a la advertencia de Trump de aplicar sanciones comerciales a España por no incrementar su inversión en defensa hasta el 5% del PIB, López Senovilla ha subrayado la necesidad de «distinguir las declaraciones en ocasiones subidas de tono con la materialización de las decisiones», recordando además que España fue firmante del comunicado final de la última cumbre de la OTAN.

En este marco, ha manifestado que resulta «muy difícil» ignorar la relevancia de ratificar el pacto comercial entre la Unión Europea y Mercosur, pese a las dudas expresadas por Francia o las inquietudes en sectores como el agrícola. No obstante, López Senovilla ha insistido en que existen mecanismos adecuados para paliar los posibles efectos adversos del acuerdo.