¿Está el mercado preparado para el comienzo de una nueva era para los Bonos Verdes europeos? Se avecinan tiempos de cambio para esta modalidad de deuda. El nuevo estándar europeo de bonos verdes empezará a aplicarse a partir del 21 de diciembre de 2024. ¿Cómo se comporta el stock actual de estos bonos con respecto a sus requisitos? Un informe de MainStreet Partners tiene las respuestas.
Esta nueva normativa tiene como objetivo mejorar la transparencia, la credibilidad y la coherencia de este tipo de bonos. Los emisores de bonos verdes deberán alinear los ingresos con la taxonomía de la Unión Europea, mantener un margen del 15% para las actividades no alineadas y cumplir los criterios de «No causar daños significativos» y «Salvaguardias sociales mínimas», lo que establecerá una etiqueta «oro» para estos emisores.
Para el mismo conjunto de valores, con un valor aproximado de 3 billones de dólares, la alineación media con la taxonomía europea es del 53% (62% para los bonos verdes y 21% para los bonos sostenibles). Si lo comparamos con el aún bajo nivel de alineación con la taxonomía a nivel corporativo, esto sitúa a los bonos GSS en una posición cada vez más relevante dentro de los mandatos de los fondos de inversión sostenibles.
Bonos verdes europeo, un segmento al alza
En este contexto, el mercado de bonos GSS sigue representando un segmento al alza del mercado mundial de renta fija, alcanzando más de 550.000 millones de dólares en el primer semestre de 2024 (11% del volumen total emitido en este periodo). En cuanto al total de bonos GSS emitidos desde la creación de este mercado, su volumen se acerca rápidamente a los 5 billones de dólares. Los bonos verdes siguen siendo los que más contribuyen, con un volumen total emitido del 58% en el primer semestre de 2024, frente al 52% en el segundo semestre de 2023.
Según la consultora, tan solo lo el 23% del stock actual de bonos verdes y sostenibles podría declararse conforme al Estándar de Bonos Verdes Europeo (EBE). «Se espera que esta cifra aumente a medida que tanto los emisores como los inversores se den cuenta de las ventajas añadidas de la etiqueta, como pueden ser un cumplimiento más sencillo de la normativa y menores riesgos reputacionales. Esto es algo que ya estamos viendo en el mercado: si nos fijamos solo en los bonos emitidos en 2023 y 2024 a nivel mundial, la elegibilidad para el Estándar de Bonos Verdes Europeos de la UE se eleva al 58%», explican fuentes de la firma.
Los bonos verdes europeos en el mundo
Si atendemos al desglose geográfico de los aptos para el Estándar de Bonos Verdes Europeos, encontramos que el 83% de los bonos elegibles para el estándar son emitidos por entidades europeas, con Alemania y Francia a la cabeza. En el caso de los emisores alemanes, el 18% del total de la alineación taxonómica procede de proyectos relacionados con la transmisión y distribución de electricidad.
Los emisores asiáticos muestran también una participación significativa, con un 9% del volumen elegible. En parte, gracias al solapamiento parcial de las taxonomías medioambientales locales con la taxonomía de la UE. Asimismo, cabe destacar que, desde principios de año, varios países han emitido sus primeros bonos verdes, como Australia y Japón y que también han aumentado las emisiones en América Latina y Asia.
Impacto medioambiental
Desde una perspectiva sectorial, la industria manufacturera desempeña un papel muy positivo en los bonos elegibles para el Estándar de Bonos Verdes Europeos de la UE, representando el 5% de la alineación media total de estos. En comparación con los bonos no elegibles, donde solo representa un 1%.
Si tenemos en cuenta el impacto medioambiental de estos bonos, por término medio, el CO2 evitado/reducido por cada millón de euros invertido es mayor en el caso de los bonos elegibles para el Estándar de Bonos Verdes Europeos de la UE, situándose en 565 toneladas por millón de euros, frente a las 486 toneladas por millón de euros de los bonos elegibles no pertenecientes a la UE.
¿Qué son los bonos verdes europeos?
Los bonos verdes son instrumentos financieros destinados a proyectos que tienen un impacto positivo en el medioambiente. Estos bonos se utilizan para apoyar iniciativas relacionadas con energías renovables, eficiencia energética, transporte limpio, gestión sostenible de recursos naturales, conservación de la biodiversidad, entre otros proyectos ambientales. La creciente conciencia sobre la sostenibilidad ha impulsado su popularidad, convirtiéndolos en una herramienta clave para canalizar inversiones hacia un futuro más sostenible.
Algunas de sus principales características es que los recursos obtenidos se destinan exclusivamente a proyectos con beneficios ambientales claros; los emisores deben proporcionar informes periódicos que demuestren cómo se utilizan los fondos y los resultados ambientales alcanzados; y la mayoría de ellos buscan la certificación bajo estándares internacionales para asegurar su alineación con criterios ambientales.