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Grupo Gastroadictos, los bares 2.0 que han tomado Valencia con diseño y tradición

La historia del Grupo Gastroadictos demuestra que a veces sólo hace falta cuatro amigos y un buen concepto para crear una cadena de restaurantes de la que todo el mundo habla en la ciudad de Valencia.

Mistela, Cassalla, Cremaet y La Sastrería son los nombres con los que este grupo de hosteleros ha querido rendir homenaje a la tradición y al buen comer. Una oferta gastronómica atractiva y sorprendente, junto a la familiaridad del Duralex, de los servilleteros de acero inoxidable y el carácter del barrio que los acoge.

Grupo Gastroadictos, los bares 2.0 que han tomado Valencia con diseño y tradición

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La labor por crear empleo del grupo ha sido recientemente galardonada en los Premios AJEV 2023, de los que Economía 3 participó como media partner. Hablamos Néstor Vaccaro, socio de los locales y Director de Operaciones de Grupo Gastroadictos.

Repensar el bar de siempre

-Los locales del Grupo Gastroadictos han alcanzado gran notoriedad en Valencia en muy poco tiempo. ¿Puedes hablarnos un poco acerca del grupo y de cómo surge la idea?

Todo comienza con Mistela, que es el origen de todo. Somos cuatro socios (Néstor Vaccaro, Rafa Recuenco, Israel Baquero y Juanjo Masip), tres de los cuales se conocen desde la guardería. Surgió la idea de montar un bar y sucedió como con todo, uno debe de estar en el momento y lugar adecuado. Fue lo que ocurrió con Mistela, que funcionó bien desde el primer momento.

Era un concepto de «bar 2.0». En aquel momento la gente no había evolucionado mucho el concepto de bar; se había trabajado mucho el restaurante, el gastrobar…pero no el bar.

El Bar Cassalla, frente al Mercado de Abastos.

Lo que buscábamos era acercarnos a lo que vemos cuando cerramos los ojos y pensamos en un bar de los de antes. Un local acogedor, con barras y servilleteros de acero inoxidable…

Para lograr eso, trabajamos con distintos equipos de diseño – Leco Arquitectura ha diseñado Bar Mistela y Bar Cremaet, Masqueespacio diseñó La Sastrería y Marta Lluesma ilustra los espacios- que han hecho realidad el concepto que llevábamos en mente. La gente nos decía que no parecía un bar, pese a que estaban todos sus elementos: abríamos de 9 a 12 y dábamos desayunos, comidas y cenas… pero a la gente le llamaba la atención la decoración.

Y es que buscamos lograr esa familiaridad, con el color Duralex de los platos antiguos, el cañizo el barro y la paja de las alquerías de Benicalap… se ha cuidado mucho el detalle y está todo vinculado. Fue ese conjunto el que ayudó a que Mistela cogiese carrerilla.

Mistela la conoce todo el mundo dentro y fuera de Valencia.

La estructura de Grupo Gastroadictos

-Acabáis de ser galardonados recientemente con el premio al empleo por parte de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Valencia (AJEV). ¿Qué ha supuesto para vosotros recibir ese galardón?

Todos los premios son bienvenidos. El que diga que no, miente. Y más cuando es un premio al empleo, con lo complicado que es encontrar gente formada en un sector con gran demanda y en el que no es nada fácil.

Al final es una gratificación al buen trabajo que entre todas las personas que forman parte del grupo. Detrás de nosotros hay una estructura de gente que trabaja día a día en la oficina para que todo funcione. Es algo que va más allá del hostelero puro y duro tradicional. En la nueva hostelería organizada la estructura es una parte muy importante.

Pros y contras

-En cuatro años habéis crecido mucho, ¿cómo ha sido esa evolución a nivel de personal? 

Nuestros locales necesitan mucha mano de obra. Al fin y al cabo abrimos una franja de tiempo muy larga y eso tiene sus pros y contras. Nosotros al abrir de 9 de la mañana a 12 de la noche, tenemos dos turnos, lo que nos viene muy bien para dar una conciliación familiar mejor, pero por otro lado nos obliga a tener más personal.

Bar Mistela, en el barrio de Benicalap.

En cada uno de nuestros bares y aquellos nuevos que queremos abrir, las plantillas no bajan nunca de 32 personas. Hemos hecho una apertura por año, el año que viene tenemos previsión de realizar una nueva apertura y eso se traduce en que nos pondremos en 250 trabajadores.

El grupo se expande

-Háblanos un poco de esa nueva apertura.

Aperturamos un bar en Cortes Valencianas, frente al nuevo Mestalla. Si todo va bien, abriremos el 15 de enero de 2024.

Llevamos una línea de nombres valencianos en nuestros locales, pero todavía no hemos decidido cómo se va a llamar. Estamos dándole vueltas todavía.

Además, si todo va bien, tenemos previsto abrir otro a finales de 2024.

Comer como antes

-Todos vuestros locales hacen gala de ese espíritu valenciano. ¿Puedes describir el concepto o la experiencia que buscáis aportar en vuestros locales?

Hay un hilo conductor que tiene que hacerte creer en nosotros. Pero cada uno tiene su identidad propia. Mistela fue el comienzo, pero después vino Cremaet y tuvimos que girar un poquito. Posteriormente el Bar Casalla frente al mercado de Abastos, La Sastrería en el Cabañal…

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Bar La Sastrería, en el Cabañal.

Todos cuentan algo, pero lo que siempre hemos defendido es que se tiene que comer bien y que debe ser una comida de tradición. Que salgas y digas «he comido como antes». Ese es un poco nuestro símbolo de identidad y de dar siempre el mejor servicio posible en relación a calidad y precio.

Todo o nada

-Además de todo ello, ¿cuál diríais que es vuestro elemento diferenciador en un mercado tan saturado?

Poniendo todo en conjunto, el diseño tiene una gran importancia. No es simplemente un bar 2.0, eso solamente no atraería al público, se necesita un conjunto de varios aspectos para poder afianzar el cliente. Es necesario un buen concepto, un local cuidado, un personal bien formado y una cocina que se coma bien.

O está todo o no funciona.

El Bar Cassalla, por ejemplo, es un local de 700 metros cuadrados en el que se ha cuidado muchos detalles de cara al cliente y el trabajador. Tenemos vestuarios separados, parking para patinetes…todo un conjunto de infraestructura que hace que el trabajador esté a gusto y, por tanto, el cliente lo esté también.

Valencia, vanguardia gastronómica

– En los últimos años Valencia ha experimentado un boom en el panorama gastronómico. Se han abierto muchos nuevos locales y la oferta es ahora mayor que nunca. ¿Cómo describiríais vosotros esa evolución y cómo creéis que ha influido en vuestro grupo?

Este es un tema del que se habla mucho dentro del sector. Tradicionalmente cuando se pensaba en oferta gastronómica se pensaba en Madrid y Barcelona. Pero ahora eso ha cambiado, Valencia es una ciudad con un gran panorama gastronómico que ha estallado desde 2019 hasta ahora.

La ciudad no para de crecer y, al fin y al cabo, todo eso influye no sólo en el turismo nacional, sino que también repercute en el turismo extranjero. Contar con una gran oferta gastronómica puedee no marcar tu destino final, pero sí puede influir en lograr atraer un tipo de cliente que lo que busca es comer bien. Valencia está aterrizando el contar con este abanico de posibilidades, que yo creo que es un bien para todos.

Trabajar local

– En el grupo hacéis bandera de lo local. ¿Cómo colaboráis con los productores y proveedores locales?

Trabajamos con muchos proveedores locales; pero no sólo eso, sino que también trabajamos con la huerta de cercanía. Queremos seguir creciendo en ese sentido, porque todo lo que es de «la terreta» es mucho mejor.

Todo lo que nos pueda aportar calidad, estamos agradecidos. Puedo darte algunos ejemplos, desde que abrimos estamos trabajando con una cárnica llamada Rosa Lloris, situada en el Mercado Central. Trabajamos con mucho productor valenciano y de cercanía.

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