Enrique Ramírez: "Pladur no ha llegado a la madurez en España, puede crecer un 50% más"
Como comerse un Danone, sonarse con un Kleenex o limpiarse los dientes con Profiden, Pladur se ha convertido en sinónimo del sistema constructivo, arraigado en nuestro lenguaje diario. La marca busca crecer el 50% en España, impulsada por la innovación y una competencia estimulante. Pese a su penetración, la compañía -presente en 40 países y con cerca de 50 años de historia- aún no ha alcanzado la madurez total del producto tras 20 años trabajando en su introducción

Enrique Ramírez, director general de Pladur
Pladur, marca pionera en sistemas constructivos en seco, no solo ha transformado la forma de construir en España, sino que sigue apostando por la innovación, la sostenibilidad y el talento joven. Presente en más de 40 países, la compañía busca consolidar su liderazgo impulsando la industrialización del sector y reforzando su compromiso con la sociedad, como demuestra su última edición de los Premios Pladur, celebrada en Valencia tras la DANA.
Hablamos con su director general, Enrique Ramírez sobre los retos futuros de la compañía.
– Pladur es un nombre que ha trascendido lo comercial para convertirse en sinónimo de un sistema constructivo. ¿Cómo se gestiona esa responsabilidad como marca líder y referente del sector?
Este hecho se ha debido al trabajo y al esfuerzo de haber sido los primeros en haber puesto en marcha este sistema constructivo y de haber creído mucho en la marca.
La formación y la comunicación también han contribuido mucho. De hecho, la llegada de internet y las redes sociales nos he permitido propagar de una manera mucho más rápida las ideas y los conceptos que hay detrás de estos sistemas constructivos, uno de los más utilizados en el mundo.
No ocurre igual en España, aunque no hay estadísticas fiables, estimamos que entre el 40 y el 50% de los edificios que se construyen o se renuevan en nuestro país se llevan a cabo con nuestros sistemas pladur o de competidores.
Esto demuestra que en España todavía tenemos una palanca de crecimiento muy importante.
Competencia estimulante
¿Cómo ves a la competencia?
La vemos con buenos ojos porque nos estimula y nos ayuda a seguir avanzando y a salir de nuestra zona de confort. Por ello, la innovación para nosotros es clave.
Nacimos para cambiar un sistema milenario como es el ladrillo, el cemento, la arena, el polvo…
– ¿Cuál es la foto actual de la compañía? ¿Se trata de una empresa familiar?
Estamos presentes en cerca de 40 países del mundo. El capital social es 100% del grupo familiar belga Etex desde 2017, que tiene más de 100 años de historia.
La sede social está en Madrid. Nuestra fábrica más importante en cuanto a eficiencia, rapidez y mayor capacidad de producción de su sector que hay en estos momentos en toda Europa está en Valdemoro, al sur de la capital de España.
Nuestra segunda fábrica está en Gelsa (Zaragoza). Contamos con otras cuatro fábricas de yeso en polvo, que se sigue empleando todavía con el sistema tradicional de construcción.
– ¿Cómo ha evolucionado Pladur desde hace desde los años 70 hasta nuestros días?
Todos los sistemas constructivos y los productos pasan por cuatro fases: introducción, crecimiento, madurez y declive.
En nuestro caso, la primera fase fue larguísima. Estuvimos casi 20 años introduciendo el producto, desde 1977 hasta 1997. Esto significa que creyeron firmemente en el futuro de estos sistemas constructivos.
A partir de esta fecha comenzó un crecimiento a dos dígitos de la compañía hasta 2008. Fueron diez años en los que España pasó a ser de edificar 200.000 viviendas al año, a construir cerca de 780.000, algo insostenible.
La internacionalización ante la crisis de 2008
Se produjo un cambio en la sociedad española. El número de miembros por unidad familiar empezó a disminuir, había más separaciones de parejas… A todo ello se sumó que España ha sido muy querida por los extranjeros, que elegían nuestro país para pasar su jubilación gracias a nuestros 360 días de sol, buenas comunicaciones y sistema de salud..
Con la llegada de la crisis de 2008, pasamos de las casi 700.000 viviendas a 30.000. Despareció el mercado.
Aprovechamos aquellos años de crisis hasta 2014 para iniciar nuestra internacionalización y, de esta forma, evitar el riesgo país, poder sobrevivir y tener una capacidad productiva razonablemente buena, eficiente y competitiva para exportar a países como Corea, Latinoamérica, África, Asia y norte de Europa.
– ¿Habéis llegado ya a la madurez?
Después de 20 años de introducción del productos, todavía no hemos llegado a la madurez del sistema.
Seguimos creciendo a pesar de los vaivenes de la construcción. No somos un país maduro como Francia, Reino Unido y Estados Unidos donde cerca del 95% de los edificios se hacen con pladur
Lo que sí puedo decir es que en ningún país del mundo, que sepamos, nuestro producto ha llegado a la fase de declive.
Una segunda piel
– ¿Cuál es el futuro entonces?
Vemos una serie de tendencias como la construcción industrializada que va a contribuir a paliar la falta de mano de obra actual, a mejorar la calidad y reducir los tiempos de ejecución en obra, lo que nos va a permitir seguir creciendo.
Además, estos sistemas en su fabricación, envío a obra y ejecución e implantación, emiten menos CO2 que los sistemas constructivos tradicionales.
Por otra parte, hay muy pocos materiales que sean eternamente reciclables, mientras que el yeso es casi eterno.
Cumplimos con los más altos estándares en reglamentos como fuego, acústica, térmica, sísmica…
Nuestros productos cuando están instalados son como una segunda piel ya que ayudan a regular la humedad relativa.
– ¿Qué planes tenéis para el futuro?
En cuanto a mercados, seguimos trabajando en continuar integrando la placa de yeso en nuestros mercados domésticos. En nuestro camino internacional, que iniciamos en 2012, queremos consolidarnos en Escandinavia, África y Caribe
Otro de nuestros planes de la compañía pasa por conseguir la eficiencia energética reduciendo el consumo de energía en nuestras plantas productivas; y digitalizando nuestros procesos tanto de las áreas operativas como en las no operativas.
Otro de nuestros ejes estratégicos es la circularidad. Una vez conseguido “zero landfill” en nuestras fábricas, estamos trabajando un plan de reducción de los plásticos en los embalajes.
Por último, y para conseguir la circularidad seguimos con planes de avanzar en nuestra hoja de ruta.
Tras la primera fase, en la que instalamos huertos solares fotovoltaicos en las fábricas, estamos evaluando diferentes energías renovables para sustituir el gas natural para cada una de nuestras plantas y así conseguir el objetivo de reducir las emisiones de CO2 en un 30% en el año 2030 respecto a la base de las emisiones de 2018.
– ¿En qué innovaciones estáis trabajando?
En cuanto a innovación de sistemas, lo más relevante son las soluciones de sistemas de placa de yeso para exteriores.
Una vez finalizado su diseño, estamos en la fase de ensayos y certificación en los laboratorios oficiales para poder iniciar los diferentes lanzamientos este año y que continuarán en 2026.
– ¿Qué previsiones tenéis para este año?
En el ámbito doméstico esperamos terminar el año con un incremento en nuestras ventas de entre el 4 y el 8%. Mientras que en los mercados exteriores el crecimiento será a doble dígito en su conjunto debido a la entrada en nuevos mercados.
– Por otra parte, acabáis de celebrar la 35 edición de los premios Pladur donde ponéis el foco en el talento joven. ¿Qué valor tiene para vosotros seguir impulsando este tipo de iniciativas?
Esta iniciativa tenía como objetivo, hace ya más de tres décadas, dar a conocer el pladur en España. La compañía nació a finales de los años 70. Uno de los colectivos más importantes con los que había que trabajar eran los arquitectos, que son los que prescriben las soluciones constructivas. Pensamos que la colaboración empresa Universidad está poco trabajada en España.
Para nosotros, el conocimiento reside en la Universidad mientras que la experiencia, la realidad y el conocimiento de los mercados y las tendencias reside en las empresas. Esa colaboración podría ser muy fructífera para innovar, algo que está en nuestros genes. Nuestro objetivo residía en cambiar la forma de construir tradicional hacia la tabiquería pladur.
Cinco años después de iniciar esta colaboración con las universidades españolas decidimos dar un paso más y convertirlo en internacional con los futuros arquitectos y ahora es España y Portugal. Nuestro objetivo ha pasado por acompañar la educación, clave para contribuir al cambio.
Llevamos formando a 35 escuelas tanto públicas como privadas de España y Portugal. Con lo cual, casi todos los arquitectos que en los últimos 35 años han salido de nuestras escuelas, les hemos acompañado en la formación y han contribuido al cambio, evolución, modernización, industrialización y calidad de la construcción en este país.
Proyecto singular
– En esta edición, los estudiantes tenían que reflexionar sobre la relación entre naturaleza, arte y técnica mediante un proyecto singular. En concreto, consistía en diseñar un centro de creación artística en el entorno del Santuario de Aránzazu (Guipuzkoa).
Hemos planteado intervenir en una estructura de ingeniería civil situada bajo el aparcamiento del santuario, para transformarla en un espacio de residencia, trabajo y convivencia para jóvenes creadores de distintas disciplinas artísticas y culturales. El objetivo es que estos jóvenes puedan crecer unos con otros compartiendo las diferentes disciplinas artísticas y culturales.
En esta edición han participado cerca de 1.000 futuros arquitectos y se han presentado 250 proyectos de 36 universidades de España y Portugal.
De hecho, el Premio Ibérico al Mejor Proyecto de Arquitectura ha sido concedido al proyecto «Suspensus», de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, realizado por Xavier Arés Marín.
– ¿Por qué os habéis decantado por Valencia y la Ciudad de las Artes y las Ciencias para llevar a cabo este evento?
No ha sido una casualidad. Después de la catástrofe de la DANA debíamos estar allí como empresa y como parte de la sociedad, que necesitamos ayudar a reconstruir y a seguir adelante a tantas personas que se han visto afectadas en Valencia. En Pladur creemos que construir también significa estar cerca de las personas cuanto más lo necesitan. Nuestro compromiso pasa por conseguir el bienestar de las personas, creando espacios sostenibles, confortables y seguros.
Mientras que en estos momentos hay mucha gente que no tiene ni un espacio sostenible, ni confortable, ni seguro. Por ello pensamos que deberíamos estar en Valencia con este evento.
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