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García-Muñoz (Iceye): «El incremento de gasto en defensa es un tabú, pero necesario»

Publicado a 12/05/2025 12:46

El actual y turbulento contexto geopolítico, marcado por el aumento de las amenazas a la seguridad, y el incremento de desastres naturales consecuencia del cambio climático está impulsando el crecimiento exponencial de empresas como Iceye. Esta compañía internacional se dedica al diseño, fabricación y operación de satélites SAR (Radar de Apertura Sintética), capaces de detectar y monitorizar cambios en cualquier punto del planeta con rapidez y precisión.

Iceye, que cuenta con la constelación de satélites SAR más grande del mundo, ofrece datos e inteligencia estratégica a clientes de todo el mundo, incluidos gobiernos como el de Ucrania. Sus servicios abarcan sectores como la defensa, la seguridad, y la gestión y recuperación ante catástrofes naturales.

García-Muñoz (Iceye): «El incremento de gasto en defensa es un tabú, pero necesario»

El CEO de Iceye en España, Gonzalo García-Muñoz. Imagen: Iceye.

Ante un entorno global cada vez más inestable, no resulta sorprendente que la empresa prevea un crecimiento superior al 60 % para este 2025. Según el CEO de la compañía en España, Gonzalo García-Muñoz, disponer de tecnologías como las que desarrolla esta compañía es esencial: «No tener satélites en los conflictos militares del futuro es como jugar al ajedrez con los ojos cerrados.»

Más allá del ámbito de la seguridad y la defensa, los satélites de Iceye también ofrecen un gran potencial para gobiernos y organizaciones que deben hacer frente a emergencias naturales. Un ejemplo reciente es su colaboración con la Generalitat Valenciana, en la que Iceye analizó el impacto de la DANA que afectó a Valencia el pasado 29 de octubre.

La compañía acaba de inaugurar sus nuevas instalaciones en Paterna (Valencia), que se convierten en las más grandes que tiene a nivel global. Desde este nuevo centro se impulsará la innovación en investigación, desarrollo y producción, consolidando a Valencia —y a España— como un enclave estratégico para el futuro del sector aeroespacial.

Observar la Tierra para obtener información

– En sector aeroespacial está en auge, ¿a qué os dedicáis en Iceye?

Somos una compañía que produce y manufactura satélites. Básicamente, hacemos tres cosas. En primer lugar, tenemos un negocio que se llama ‘Misiones’, que se dedica a producir satélites y venderlos a clientes, que normalmente son gobiernos o entidades gubernamentales.

En segundo lugar, producimos satélites para nosotros mismos y, de hecho, contamos con la constelación de satélites SAR más grande del mundo. Esto nos permite tomar imágenes de la Tierra y venderlas a clientes que están interesados en observar lo que sucede en un área de interés muy concreta. Por ejemplo, en el caso de Ucrania, esto forma parte de lo que estamos haciendo: Ucrania nos compra imágenes de diversas zonas de interés que ahora mismo son tremendamente importantes.

Satélite de Iceye. Imagen: Iceye.

Y, en tercer lugar, tenemos una división llamada ‘Soluciones’, en la que utilizamos nuestras propias imágenes, las combinamos con datos de terceros y generamos soluciones orientadas a hacer frente a catástrofes naturales, como ocurrió en Valencia con la DANA del pasado mes de octubre.

Satélites más económicos y menos pesados

– ¿Qué os diferencia de otras empresas del sector?

Nosotros somos una compañía que logró un breakthrough, es decir, un avance tecnológico importante, al miniaturizar la tecnología SAR, que básicamente consiste en satélites con radar de apertura sintética. Lo que hicimos fue miniaturizar esa tecnología y adaptarla a un satélite que, en lugar de pesar 2 toneladas, pesa 150 kilos; en lugar de costar 500 millones de euros, cuesta una fracción de ese importe; y en lugar de tardar cinco años en desarrollarse, se puede construir en un plazo de entre 12 y 18 meses.

Aplicaciones en defensa y en gestión de catástrofes

– Teniendo en cuenta el momento que atraviesa el sector defensa, con gobiernos apostando por aumentar de forma significativa el gasto, y el incremento de catástrofes naturales como consecuencia del cambio climático, Iceye estará viviendo un buen momento en términos de crecimiento empresarial.

Efectivamente. La realidad es que nuestra tecnología tiene un uso dual: por un lado, aplicaciones en defensa o seguridad, y por otro, en la gestión de catástrofes.

En cuanto a la primera parte, con toda la situación geopolítica que se está dando actualmente a nivel global, lo cierto es que sí, estamos viendo un incremento muy importante en el nivel de conversaciones durante los últimos 12 meses. No es algo nuevo: esta tendencia viene de hace 12 o 18 meses. El crecimiento que hemos tenido hasta ahora ha sido históricamente del cien por cien anual —excepto el año pasado—. Cuando eres una empresa pequeña es más fácil crecer a ese ritmo, pero la realidad es que ya no somos tan pequeños, y este año estamos proyectando un crecimiento por encima del 60%.

Equipo de Iceye. Imagen: Iceye.

Esto es muy relevante, porque estamos en un buen momento de mercado, y además nos encontramos en una situación en la que ya tenemos un producto que funciona, que está probado, y que varios gobiernos están utilizando. Por tanto, podemos capitalizar toda esta demanda que está empezando a surgir de forma muy significativa a nivel global.

En la parte de catástrofes naturales también vemos un aumento importante de la demanda. Evidentemente, la dinámica es diferente a la del sector defensa, pero sí estamos viendo cómo varios organismos ya están utilizando estas soluciones de forma recurrente. Por ejemplo, en Estados Unidos, varias agencias de protección y respuesta ante catástrofes usan nuestras soluciones; Japón también es un cliente importantísimo. Luego hay situaciones puntuales en las que también recibimos peticiones desde países como Holanda, Polonia, entre otros. Cuando ocurre un evento de este tipo, ya se empieza a utilizar información espacial para responder de forma eficaz ante las catástrofes.

Nuevas instalaciones de Iceye en Valencia

– Recientemente, Iceye ha presentado sus nuevas instalaciones en Paterna (Valencia). ¿Qué operaciones se van a realizar desde allí?

Se trata de una instalación dedicada a desarrollar productos de I+D. Posteriormente, también se llevará a cabo la producción y manufactura tanto de estos proyectos de investigación como, potencialmente, de líneas de negocio más tradicionales que estamos considerando trasladar aquí. Son las instalaciones más grandes que tenemos a nivel de compañía. No es el lugar donde más empleados tenemos, pero sí es el centro más amplio en cuanto a superficie.

Hemos trasladado dos proyectos clave de I+D que son estratégicos para nosotros, y ya contamos con equipos establecidos aquí. Algunos los hemos trasladado desde otras zonas de España, otros son profesionales que estamos contratando a nivel local, y también hay personal que se está trasladando desde Finlandia.

Más de 20 millones de inversión

– ¿Por qué se ha escogido Valencia para instalar este centro?

Teníamos una presencia pequeña en España, y el equipo que teníamos aquí nos estaba funcionando bastante bien. Lo que decidimos fue realmente apostar y redoblar esfuerzos, con una apuesta estratégica por este mercado. En el caso de Valencia, fue por varias razones.

Primero, el acceso al talento, que es algo clave para nosotros. Algunas de las posiciones que estamos tratando de cubrir son tan especializadas que, probablemente, solo haya unas 400 personas en el mundo que puedan desempeñarlas. Por eso, el acceso al talento se convierte en un factor muy importante. En este sentido, contar con la Universidad Politécnica de Valencia, y el hecho de que Valencia se haya convertido en los últimos años en un polo de atracción para muchos expats y profesionales internacionales, es algo fundamental.

Nuevas instalaciones de Iceye en Paterna (Valencia). Imagen: Iceye.

Segundo motivo por el que elegimos Valencia: el ecosistema que se está empezando a generar en torno al sector espacial. Ya existen dos compañías en la Comunidad Valenciana —una en Castellón y otra en Alicante— que operan en nuestro sector. Esto nos beneficia a todos, porque empieza a formarse un pequeño ecosistema, con intereses comunes. Somos tres empresas que no somos competidoras directas, cada una opera en una parte distinta de la cadena de valor, pero a las tres nos interesa que este ecosistema funcione.

El tercer punto, aunque no fue la razón principal ya que la decisión estaba tomada, es que el Gobierno valenciano nos apoyó con subvenciones para trasladar nuestra planta a Valencia. Y, al analizar otros posibles destinos en Europa —porque no solo consideramos España— creemos que Valencia ofrece un equilibrio entre coste, competitividad y nivel de especialización del talento que es difícil de igualar en muchas otras regiones europeas. Así que esas fueron, en esencia, las tres razones.

– ¿Qué va a suponer estas nuevas instalaciones en España en términos de inversión y de contratación?

Tenemos 35 personas en España, pero la idea es subir a más de 100 en tres años e invertir más entre 20 y 25 millones de euros en los próximos años.

Lecciones extraídas de la DANA

  • Volviendo a las aplicaciones de vuestros satélites, el pasado año colaborasteis con la Generalitat Valenciana para analizar el impacto de la DANA en Valencia. ¿Qué lecciones se pueden extraer de esta tragedia? ¿Pueden vuestros satélites contribuir a la prevención de desastres?

Nosotros vivimos situaciones como esta todos los meses en diferentes lugares del mundo. Evidentemente, en este caso le tocó a España, pero sucede también en Estados Unidos, Australia, Sudamérica… Contamos con un equipo de meteorólogos y especialistas que se dedica a este tipo de tareas y que responde independientemente de si es fin de semana, de noche o de día. Para nosotros, por tanto, es una situación habitual.

¿Se puede predecir? ¿Se puede prevenir? No se puede prevenir, porque no puedes evitar que llueva. Lo que sí puedes hacer es disponer de más información para reaccionar con mayor rapidez y precisión.

En nuestro caso, cuando detectamos que en una zona concreta puede empezar a haber un problema meteorológico —como una inundación—, lo que hacemos es orientar nuestra constelación de satélites hacia esa área, por ejemplo, Valencia, y empezamos a observar qué está ocurriendo de forma mucho más precisa y frecuente. En lugar de reaccionar a posteriori, cuando el problema ya está encima, y depender de que algún servicio satelital europeo te proporcione imágenes con cierto retraso, nosotros actuamos con mayor agilidad.

El CEO de Iceye en España, Gonzalo García-Muñoz. Imagen: Iceye.

Esa agilidad viene, por un lado, de cómo tenemos estructurados nuestros procesos, y por otro, del tamaño de nuestra constelación. Contamos con una constelación que permite tiempos de revisita de entre una y dos horas. ¿Qué significa eso? Que cada una o dos horas podemos tomar una nueva imagen de una misma zona, frente a otros servicios que ofrecen una imagen al día o incluso cada dos días.

Imagínate una situación que evoluciona con las horas —como ocurre con la lluvia o las inundaciones— y poder disponer de información actualizada cada hora o dos horas. Es decir, nuestros satélites realizan varios pases sobre una misma zona a lo largo del día, lo que permite tener un conocimiento mucho más detallado de lo que está ocurriendo. Esto se traduce, en segundo lugar, en una capacidad de reacción mucho más adecuada, precisa y con mayor antelación, lo que permite responder de forma mucho más eficaz a la emergencia. No lo evita, pero mejora enormemente la gestión.

Muchas organizaciones no gubernamentales que trabajan en desastres naturales utilizan nuestra información. Por ejemplo: si tienen que evacuar a la población, necesitan saber qué carreteras están cortadas, qué edificios están dañados y cuáles no, cuál es la profundidad del agua, y en consecuencia, cuál es el nivel de daños en distintas zonas. Esto les permite organizar mejor los servicios de rescate y atención a la población. Este tipo de información puede obtenerse con bastante precisión gracias a nuestra tecnología, algo que antes no era posible. En medio de una catástrofe, muchas veces no se sabe con claridad qué está pasando, cuál es la extensión de una inundación o su profundidad. Con nuestras herramientas, se reduce ese nivel de incertidumbre y se mejora la capacidad de reacción.

La importancia de los satélites en el ámbito de la defensa

– En el contexto actual de aumento del gasto militar y de una nueva ola de rearme tanto en la Unión Europea como a nivel global, ¿qué papel desempeñan vuestros satélites? ¿Qué oportunidades se presentan en este nuevo escenario?

No tener satélites en los conflictos militares del futuro es como jugar al ajedrez con los ojos cerrados. Los satélites te permiten entender cómo es el tablero. Nuestro satélite, además, te permite verlo de día y de noche, cada hora.

El rearme que estamos viendo significa que nos estamos dando cuenta de que Europa tiene que ser autosuficiente y que no debemos depender de otras potencias para que nos resuelvan la vida. Creo que es un tema importante, y ya se está reflejando en el compromiso político a nivel europeo. En ese sentido, me parece que somos, de momento, la alternativa más creíble a nivel europeo para responder a este tipo de desafíos. Porque, además, somos una empresa europea con ADN europeo.

En los últimos meses, estamos manteniendo conversaciones con varios gobiernos europeos debido a todo lo que está ocurriendo, y esas conversaciones se han incrementado de forma exponencial. Evidentemente, el aumento del gasto en defensa siempre ha sido un tema muy tabú, pero es algo necesario. Esto nos afecta no solo a nosotros, sino también a muchas otras empresas del sector, y nos afecta de forma positiva.

Como te decía, somos la alternativa —o el jugador europeo más creíble— en temas de SAR en el mercado actual en Europa, y a nivel global, diría que casi también. Creo que sí estamos viendo un interés creciente, al menos hacia nosotros, por parte de varios gobiernos europeos. Y eso ya refleja, en mi opinión, que la maquinaria se está poniendo en marcha y empieza a moverse.

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