En 1966, año en que se conforma la Fundación Juan XXIII, España carecía de las herramientas y políticas adecuadas para atender a las personas con discapacidad intelectual. Esta falta de atención a menudo era suplida por iniciativas de carácter religioso o por grupos familiares de personas afectadas; los cuales, impulsados muchas veces por la necesidad, se convirtieron en un vigoroso movimiento que sigue siendo muy activo hoy en día.
Es el caso de esta fundación, que en su comienzo fue impulsada por un matrimonio sin familiares afectados, pero con una fuerte vocación religiosa, que puso en marcha un colegio de Educación Especial.
La institución acogió a 17 pequeños con discapacidad intelectual que, de lo contrario, habrían seguido viviendo a la sombra de la sociedad, excluidos y sin un futuro. El principal objetivo era que estos niños tuviesen una oportunidad de vida digna. Sin embargo, más adelante surgió la necesidad de, una vez superada la etapa educativa, buscar soluciones de tipo laboral y ocupacional.
Javier Arroyo, director general de la Fundación Juan XXIII nos abre las puertas de la institución.
Dar a cada persona lo que necesita
– ¿Cómo conseguís que personas vulnerables y con discapacidad intelectual tengan una mejor calidad de vida y su inclusión en la sociedad?
Lo logramos gracias a nuestro modelo pionero de inclusión 360º que abarca todas las edades y servicios. En la Fundación Juan XXIII damos a cada persona lo que necesita, que no es siempre lo mismo, lógicamente, en función de su edad o del grado de apoyos que precisa.
Contamos con cuatro grandes áreas para llevar a cabo nuestra labor: educativa, que se refiere tanto a la Educación Especial como a la labor de sensibilización que realizamos. Formativa, en la que ponemos el foco en una buena formación que les permita acceder a un empleo de calidad. Apoyos, donde ofrecemos muchos tipos de servicios, como terapia ocupacional, centro de día, rehabilitación laboral, vida independiente o atención temprana, entre muchos otros.
Por último está el área de Empleo, dirigida a la inserción de estas personas en el mercado laboral. Dentro de esta última, contamos con nueve líneas de negocio que nos permiten ofrecer una gran variedad de productos y servicios de calidad, siendo referentes dentro de las Social Facility Services . Estas incluyen soluciones en sectores como el marketing, textil e Industrial. También logística integral, digital data y servicio de empleo, entre muchos otros.
– ¿Cuál es la labor del patronato con el que cuenta la Fundación?
Velar, gobernar, administrar y garantizar que los bienes y derechos que componen el patrimonio se destinen al cumplimiento de la misión y de los fines fundacionales.
La innovación, el ADN de la Fundación Juan XXIII
– ¿Qué papel juega en la fundación la innovación y las nuevas tecnologías para conseguir vuestros objetivos? ¿Cómo la aplicáis?
La innovación forma parte de nuestro ADN y la implementamos en cuatro aspectos. Primero, en la creación de nuevas actividades generadoras de empleo y de recursos; segundo, en la puesta en marcha de servicios que palien las necesidades crecientes; tercero, en las técnicas de intervención y en las herramientas de gestión; y, por último, a través de alianzas con las empresas dando respuesta a sus necesidades y ayudándolas a materializar su compromiso social y ambiental (ESG).
Actualmente estamos inmersos en dos ambiciosos proyectos de innovación social. Por un lado, la reciente apertura de SumaMente, un centro de bienestar psicológico y social pionero para acercar todos nuestros servicios a los ciudadanos de Madrid. También el proyecto Campus FP y Empleo, con el que queremos dar un salto cualitativo muy importante en el área de la formación para el empleo.
Vocación hacia la vulnerabilidad
– Los servicios que ofrecéis cubren todas las necesidades de la vida de una persona vulnerable, pasando desde la educación hasta la vida laboral y el ocio. ¿Cómo lo lleváis a cabo? ¿Cuál es el engranaje que lo sustenta?
El engranaje que lo sustenta es la vocación hacia la vulnerabilidad, esencia del humanismo cristiano. Y cuando hablamos de personas con vulnerabilidad psicosocial, como he comentado anteriormente, no se trata de apoyos homogéneos, porque en cada edad y en cada persona las necesidades varían enormemente, y nosotros abarcamos la persona completa y sus particularidades.
La manera de abordarlo es sencillamente aplicando técnicas de gestión modernas con un único órgano de gobierno, nuestro patronato, pero con múltiples direcciones especializadas, cada una de ellas con gran autonomía.
– ¿Cuál es vuestro ámbito de actuación? ¿Dónde estáis presentes? ¿Hasta dónde llegan vuestros servicios?
En nuestros casi 60 años de historia nuestro ámbito de actuación ha estado centrado en la Comunidad de Madrid, donde hemos sido reconocidos con el sello ‘Madrid Excelente’ por nuestro compromiso social y excelencia en la gestión, reafirmando la calidad y el alcance de nuestro trabajo en la región.
Sin embargo, recientemente, siguiendo el mandato de nuestro Plan Estratégico 2023-2024, hemos ampliado el alcance de nuestros servicios a todo el territorio nacional.
Colaboración público-privada
– ¿Qué red de trabajo tenéis establecida?
Una pieza clave de esta red es la colaboración público-privada, ya que nos permite ampliar nuestras capacidades, innovar y maximizar el impacto de nuestras iniciativas. Gracias a esta colaboración podemos trabajar de manera más efectiva y eficiente, asegurando que nuestros esfuerzos se traduzcan en beneficios concretos para nuestros beneficiarios.
– ¿Qué papel juegan las empresas en la Fundación?
El papel de las empresas en la Fundación es clave, ya que actúan como donantes o clientes. Como donantes, aportan recursos financieros y materiales esenciales para la ejecución de nuestros proyectos y programas. Como clientes, las empresas confían en nuestros servicios y productos, lo que genera ingresos que sustentan nuestras operaciones diarias.
Esta relación no solo valida la calidad y eficacia de nuestro trabajo, sino que también fortalece la sostenibilidad económica de la Fundación y construye un tejido social más solidario y comprometido. En este sentido, es importante destacar que nuestra entidad no cuenta con socios particulares, lo que resalta aún más la importancia del apoyo corporativo.
Además, desde el pasado año contamos con la certificación AENOR de Sistemas de Gestión de Compliance UNE-ISO 37301:2021. Este sello evidencia, por un lado, nuestro compromiso con el buen gobierno, el control interno y la transparencia, y, por otro, contribuye al fortalecimiento de la confianza de las empresas y del resto de nuestros stakeholders.
Un gran equipo
– ¿Cuántas personas integran su equipo humano?
Somos cerca de 3.500 personas, incluyendo beneficiarios, alumnos y empleados. De estos últimos, alrededor de 800 son trabajadores, la mayoría de ellos con discapacidad. Además, nuestra plantilla está equilibrada entre hombres y mujeres, y más del 50% de ellas ocupan cargos directivos, fomentando así la igualdad de género también en nuestro entorno laboral.
– ¿Cómo financiáis vuestra labor?
Aproximadamente el 80% de nuestros ingresos son propios y privados y el 20% restante proviene de conciertos y subvenciones públicas. Como entidad sin ánimo de lucro, los beneficios resultantes de nuestra actividad se destinan íntegramente a ofrecer una mayor cobertura y apoyo.