Sábado, 04 de Mayo de 2024
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Sergio Fuster (Codorníu): «Somos el mayor elaborador de cava ecológico»

Sergio Fuster (Codorníu): «Somos el mayor elaborador de cava ecológico»

Raventós Codorníu es la compañía bodeguera más antigua del país, con más de 3.000 hectáreas de viñedo repartidas entre España, Argentina y California. El valenciano Sergio Fuster dirige desde hace más de dos años la firma, con 15 bodegas, y marcas de prestigio internacional como Viña Pomal, La Vicalanda, Ederra, Raimat, Mont-Ferrant, Parxet, Legaris, Bach, Portal de Montsant, Abadía de Poblet, Raventós d’Alella, Titiana, Scala Dei, Tionio, Rondel, Artesa (California), Séptima (Argentina), y la joya de la corona, Codorníu.

Sergio Fuster se define como un «apasionado por crear y construir negocios rentables a través de la innovación y la construcción de marca». Los números avalan su gestión. En el último ejercicio, las ventas crecieron un 25 %, hasta superar los 219 millones de euros. Las previsiones pasan, este año, por crecer el 10 % más. El grupo Raventós Codorníu es líder de ventas en España con el 22,5 % de cuota de mercado de cava.

Hablamos con Sergio Fuster, CEO de Raventós Codorníu.

Dos años al frente

En 2020, el fondo norteamericano Carlyle se hizo con el control de la empresa familiar, cuyas disputas estaban perjudicando la firma. Fueron a buscarlo a Kellogg. ¿Por qué aceptó? ¿Cómo lleva el cambio?

Sin duda, era un reto. El porfolio de cavas y vinos de Raventós Codorníu es excelente y es una de las razones por las que acepté la propuesta, por su gran potencial de marca. A la vez, fue un privilegio y una enorme responsabilidad incorporarme en la dirección de una casa con más de cuatro siglos de historia y un legado incalculable.

– ¿Cuál es su visión para los próximos años? ¿Qué objetivos tiene?

En Raventós Codorníu tenemos el foco puesto en el valor, en ofrecer vinos y cavas de gran calidad, gamas altas como, por ejemplo, Codorníu Ars Collecta, la colección de cavas de alto prestigio que el mercado ha recibido con grandes datos de ventas. Probablemente, es el lanzamiento más exitoso en los últimos 20 años después del de Anna de Codorníu.

La calidad y el valor van a seguir guiando nuestra innovación en producto, mientras exploramos segmentos incipientes que están creciendo mucho en otros países como los vinos sin alcohol. Otro gran objetivo estratégico es crecer en el exterior y situar las ventas en extranjero por encima del 70 % de la facturación.

Sostenibilidad como propósito

– ¿Qué pasos está dando para asegurar la sostenibilidad del grupo a largo plazo?

Estamos totalmente comprometidos con nuestro propósito corporativo, que guía todas nuestras acciones: dar valor a la tierra. Hoy somos el mayor elaborador de cava ecológico, contando, en 2022, con la mitad del cava ecológico mundial y liderando la transición global.

Pero este año, Codorníu, nuestra bodega insignia, será 100 % ecológica, un hito que ya han alcanzado otras marcas de cava del grupo como Parxet, Titiana y Raimat. También tienen viñedo orgánico y en transición Scala Dei, Poblet, Legaris y Bodegas Bilbaínas, entre otras bodegas de Raventós Codorníu.

Poner en valor el cava

– Usted apostó por valorizar el cava frente al champán, elevando el precio. ¿La propuesta está dando resultados? También criticó la deficiente comunicación. ¿Ha mejorado?

Defiendo que el cava de calidad es perfectamente comparable al champán, que competimos de igual a igual. Y tenemos que saber transmitirlo. El cava es un espumoso muy consolidado en España, está presente en más de 100 países y crece año tras año en ventas internacionales. Pero está claro que tiene un gran potencial de crecimiento, sobre todo en el ámbito internacional.

También defiendo, sin titubeos, el valor y la calidad. Un ejemplo es la colección Codorníu Ars Collecta, con cavas de excepcional calidad que simbolizan el legado de casi cinco siglos de maestría enológica y el compromiso con el origen y la expresión del terroir.

Los resultados, además, refuerzan esta estrategia: la colección Codorníu Ars Collecta ha pasado de representar menos del 10 % de las ventas a cerca del 20 %, y crece un 50 %, versus el objetivo que teníamos.

Las mejores cifras de la década

– ¿Cuáles son los últimos datos de facturación y ventas disponibles? ¿Se han incrementado tras la pandemia?

En el último ejercicio (julio 2021-julio 2022) hemos crecido un 25 % en ventas, hasta superar los 219 millones de euros, muy por encima de todos los registros precovid. Son las mejores cifras de negocio de la última década. Hemos vuelto al camino del crecimiento y vamos en la buena dirección.

Crecemos en todos los canales y nuestra previsión es cerrar el ejercicio 2023 con un crecimiento por encima del 10 %.

Cuidar de la cadena

– ¿Se han calmado los ánimos en la capital del cava, Sant Sadurní d’Anoia? ¿Cómo es la relación con los pequeños productores?

Las relaciones son totalmente positivas. Sant Sadurní es un gran ecosistema que concentra el 99 % de bodegas de cava. Hay de todos los tamaños y estilos, en la diversidad está la magia. En Codorníu, al ser los pioneros, nos autoexigimos cuidar de ese legado y asegurar que el valor reside en toda la cadena, desde la uva hasta la copa.

Por eso, cuidamos de nuestro entorno y de nuestra comunidad, ejemplo de ello es que hace cuatro años firmamos acuerdos estables de compra a cinco años vista con productores de uva ecológica. Firmamos los primeros acuerdos en 2019 y cada año ofrecemos nuevos contratos plurianuales a nuevas familias de viticultores del Penedès.

En total, ya tenemos acuerdos estables con más de 300 familias. Esta política es coherente con nuestro compromiso de dar valor a la tierra, revalorizar el cava y reivindicar su calidad.

Polémica en el sector

– ¿Por que hay polémica en el sector, en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cava? ¿Hay solución?

El cava es, históricamente, un negocio que busca realzar su valor y calidad. La fragmentación existe tradicionalmente en la industria, hay muchos competidores, estamos hablando de más de 300 empresas, con un histórico accionarial muy familiar.

Esos aspectos han influido en la visión de futuro de las compañías. Hay empresas que no se identificaron con las estrategias que se realizaban y decidieron que la mejor vía era crear otra cosa (hace cinco años varios productores de cava abandonaron la DO y crearon una nueva marca, Corpinnat, formada actualmente por 11 bodegas).

En Codorníu apostamos por lo mismo, realzar el valor del cava, la calidad, la sostenibilidad, lo orgánico y los cavas de envejecimiento desde la DO Cava. En este sentido apoyamos mucho el último trabajo que se ha hecho en años muy recientes, de zonificación, para ayudar al consumidor, en este caso, a distinguir las diferentes calidades del cava, que es algo que está empezando pero que en los próximos años se verá en restaurantes y lineales.

Se puede alcanzar esta visión de desarrollar el valor y el prestigio desde cava. Creo que la única forma de lograrlo es a través de la unión de los cavistas. La fragmentación con diferentes nombres solo va en detrimento de todos, pero, sobre todo, creo, de los que se separan. Si ya es difícil explicar fuera de España lo que es cava, y esto, con una masa critica importante, imagínate lo complicado que es hacerlo con otro nombre.

Es un trabajo de David contra Goliat. Codorníu apuesta por la unión. Que cava sea sinónimo de calidad y seguir trabajando en esta línea, la que siempre ha diferenciado a nuestra casa y he intentado reforzar todavía más desde mi llegada.

Un momento dulce

– ¿Cuál es la posición actual del cava frente al champán?

Es un momento muy dulce como consecuencia de varios factores. Lo que ha ocurrido es la respuesta a la apuesta sostenida por la calidad y el cava de envejecimiento que se hizo hace años. Actualmente se venden muy bien las gamas altas. Hace unos años era impensable, se decía que los cavas no tenían suficiente calidad para envejecer.

Las investigaciones y los trabajos realizados desde hace más de quince años en viticultura demostraron lo contrario. La apuesta por envejecer, por uvas de calidad, procesos más cuidados y transición orgánica que han hecho muchos cavistas, la principal Codorníu, han empezado a dar sus frutos ahora.

El mundo del vino ha visto que el cava no tiene nada que envidiar al champán porque es la misma calidad y proceso. Solamente que ahora tenemos un reto: comunicar ese valor al consumidor. Todo en una etapa en que llevamos un par de años con escasez de champán. El mercado de vino espumoso a nivel mundial goza de muy buena salud. El segmento de calidad es el que más crece. El cava ha recuperado cuota de mercado de espumosos frente al champán, el prosecco y a cualquier otro vino. Es una oportunidad única para cava en los próximos años seguir consolidando su posición. Los datos de demanda a pesar de la incertidumbre y la volatilidad continúan creciendo de forma muy importante.

Un gandiense en la capital del cava

Sergio Fuster, nacido en Gandia (València), hace 48 años, ha pasado casi la mitad de su vida en el extranjero por motivos profesionales y porque «quería ver mundo». Experto en desarrollo y expansión estratégica de grandes corporaciones, antes de liderar el grupo Raventós Codorníu, era el CMO de la multinacional Kellogg Company.

El ejecutivo también desarrolló su carrera profesional en compañías como Procter & Gamble, United Biscuits o Danone, cuya división láctea americana presidió. Además de su exitosa década en Estados Unidos, –la familia tiene doble nacionalidad–, Fuster ha liderado negocios en México, Reino Unido y Suiza. Una larga trayectoria internacional que, de momento ha culminado en Sant Sadurní d’Noia.

Su mujer y sus tres hijos lo acompañan, como siempre. «Había llegado el momento de volver a nuestras raíces mediterráneas. Y en ese momento surgió un proyecto que aunaba una serie de características que lo hicieron muy interesante para mí. Primero, la oportunidad de trabajar con marcas icónicas y un grupo de casi 500 años de historia y proyectarlas al futuro. Era un reto que a nivel empresarial es difícil de equiparar y conseguir. Punto número uno y más importante. Toda la vida he crecido viendo los anuncios de Codorníu, y que ahora pueda ser el embajador de una marca de mi tierra y venderla por todo el mundo, fue un factor muy determinante. En segundo lugar, trabajar en un proyecto más personal, después de hacerlo en compañías con miles de empleados. Era el momento. Me enamoró la empresa y sus posibilidades. Unido a un momento personal en el que la idea de volver cerca de casa nos resultó atractivo».

Fuster empieza cada día su jornada a las seis de la mañana. Sale a correr de una a dos horas. «Trabajar, tener éxito y ser feliz es posible», destaca este firme practicante de la dieta saludable y defensor del «propósito de la marca», la práctica comercial sostenible para consumidores, minoristas y accionistas. Que aplica en la histórica bodega. El dirigente empresarial señala que quiere «dar valor a la tierra más allá del beneficio económico. Fomentar una cultura empresarial que asegure la viabilidad de un futuro sostenible que se traduzca en mejoras sociales y económicas».

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