Isabel Sanz

De policía nacional a influencer de belleza y maternidad: así es Isabel Sanz

La vida (profesional) da muchas vueltas. Y hoy, con la cantidad de salidas y emprendimientos que tenemos a nuestro alcance, cada vez es más habitual —especialmente entre los jóvenes— saltar de un ámbito a otro totalmente diferente si la oportunidad nos seduce.

Las redes se han convertido en un instrumento de trabajo para muchos. Y para otros, además de eso, son un altavoz y un canal de divulgación. A veces ambas cosas se mezclan. Es el caso de los influencers y creadores de contenido, que no solo llevan años profesionalizados, sino que además se han especializado. Ya es posible encontrar creadores de absolutamente cualquier temática y nicho.

Una de las temáticas más populares, probablemente por la propia naturaleza visual y estética de las redes, es la belleza y los cuidados personales. Las marcas del sector tienen puesta su atención permanente sobre los influencers y creadores de contenido con mayor tirada. Cualquier mención o promoción es de gran utilidad. Y para incrementar las ventas, colaborar con famosos con quienes comparten su mismo target es clave.

Hoy tenemos con nosotros a Isabel Sanz, influencer especializada en belleza, vida saludable y maternidad. Nos cuenta sus inicios en internet, su día a día a la hora de tratar con las marcas y cómo ve el sector de la crianza y maternidad en redes sociales.

-Cuéntame un poco sobre tus comienzos en internet… ¿Cuándo decidiste ser influencer? ¿Fue algo buscado y vocacional? ¿O te vino por casualidad?

Comencé en 2009 en Youtube. Yo era policía nacional en prácticas y el tiempo que no trabajaba me gustaba estar conectada en esa plataforma hablando de productos de belleza. Jamás lo hice por algo económico, yo solo quería compartir con otras chicas las cosas que me gustaban. Desde hace ya años lo he compaginado con Instagram y es mi trabajo actualmente a tiempo completo, ya que estoy de excedencia.

-Alguna vez has comentado que prefieres el término “creadora de contenido” porque supone una menor carga de responsabilidad. ¿Cómo vives y cómo te afecta la repercusión que tienen las cosas que haces o dices en redes?

Pues…. Como les pasa a todos en la vida en cualquier trabajo, hay días que te afectan más y días que menos. Si todo el tiempo pensáramos que estamos “influenciando” no saldríamos a hablar de nada porque alguien se puede sentir ofendido o porque a alguien el producto que tú recomiendas a lo mejor no le funciona. Sí, es una carga a veces difícil de llevar, pero el tiempo me ha dado la experiencia para poder llevarlo mejor.

-¿Te planteas volver a ser policía nacional?

A día de hoy no. Valoro ser la dueña de mi tiempo. Aunque trabajo mucho más que de policía, no lo cambiaría. Para mí la libertad en el ámbito profesional es fundamental ahora que sé lo que es y creo que no volvería a ser subordinada, pero nunca se sabe lo que el futuro me deparará.

-¡Sería digno de ver una policía-influencer! ¿Ves viable compaginar ambos trabajos?

¡Fue así durante 5 años, de hecho! Pero jamás lo dije hasta que no me cogí la excedencia. En el cuerpo nacional de policía tenemos que ser celosos y cautos con nuestra intimidad. De hecho, te recomiendan para tu protección crearte de cara a la sociedad una profesion pantalla. Es inviable combinar ambos trabajos porque no me dieron la compatibilidad cuando la socilité, ya que siendo policía solo puedes trabajar en ciertas cosas muy concretas fuera.

-¿Qué es lo más gratificante de tu trabajo?

Mi idea cuando comencé a hacer vídeos no ha cambiado: compartir con otras personas, hablar de temas que me gustan con libertad, sentir esa sensación de comunidad…

-¿Y lo más duro?

Lo más duro, evidentemente, es el hate que se puede recibir y por supuesto el no desconectar nunca.

-Instagram se suele considerar una red donde abunda la superficialidad. Twitter, por otro lado, es famosa por su haterismo y toxicidad. Facebook en cambio se ve como un lugar un poco desfasado y en declive. ¿Qué opinas tú? ¿Qué red social te gusta más? ¿En cuál te sientes más como pez en el agua y por qué?

Opino que es cierto. Aunque Facebook haya comprado Instagram, son redes que ya no tienen nada que ver. A mí me gustaba Facebook en su día, pero Instagram es un consumo mucho más rápido. Es mi red social favorita junto a Youtube, aunque también consumo Tiktok y cada una para un fin diferente.

-¿Cómo es normalmente tu proceso de creación de contenido?

Me dejo bastante llevar por mi día a día. Suelo tener la semana organizada por temáticas, pero desde que soy mamá me cuesta muchas veces llevar a cabo las ideas al final. Pero he de reconocer que me sale natural según lo que suceda en mi día a día.

-¿Tienes trabajadores que te ayuden con tus redes sociales?

Sí, tengo a Alex y va a entrar una asistente porque sola no puedo con todo.

-¿Cómo seleccionas las marcas con las que trabajas en redes? 

Las marcas escriben a mi email. Yo no tengo agencia de representación. Tanto mi marido como yo lo llevamos todo. Cuando ese email llega hacemos una valoración de muchas cosas: si conocemos la marca, la imagen global que tiene en la sociedad, el tipo de contenido que quiere la marca y si cuadra conmigo, los tiempos, y por supuesto el fee destinado a esa campaña.

-¿Qué valoras más a la hora de recomendar un producto?

Lo que más valoro sin duda es la libertad de creación del contenido. ¡Para eso soy la creadora de contenido! Cuando una marca me pide un guion establecido o una idea inamovible no me siento cómoda y al final acabo diciendo que no. No me gusta sentirme presionada y me tiene que salir natural.

-Trabajar la salud mental siempre ha sido necesario, pero vivimos una época en la que los complejos, las inseguridades y la exposición constante hacen esto especialmente necesario en ciertos casos. ¿Crees que es posible compatibilizar el mundo de la belleza y el sentirse atractivo con una faceta más «relajada» en la que no le demos tanta importancia a la imagen?

Creo que ambas cosas en equilibrio sería lo ideal. Yo es cierto que soy más insegura físicamente ahora que estoy tan expuesta en redes y todo el mundo opina hasta del color de tus pestañas. Verte tanto en vídeo y hacerte tantas fotos hace que te veas más que una persona que no se dedica a esto y el ojo busca a veces sin querer el fallo, incrementado no solo por tu percepción propia sino por la opinión de los demás. Yo estuve en terapia, de hecho, hace unos meses para poder sobrellevar ciertas cosas de este trabajo tan nuevo para todos. Yo hablo de belleza porque me gusta. Me gusta la cosmética y cuidarme, tanto por dentro y por fuera.

-Imagino que tus seguidores son sobre todo mujeres. ¿Has notado un interés creciente de los hombres en el contenido que ofreces?

Sí, son al 90% mujeres, no suelo tener casi interacción de hombres.

-Desde hace dos años, gran parte de tu contenido gira en torno a la maternidad. Al contrario que en otros trabajos, donde desgraciadamente la maternidad sigue siendo un hándicap, en el trabajo de influencer te da la oportunidad de mostrar y hacer divulgación sobre cosas importantes y ganarte la vida con ello. ¿Qué ha supuesto la maternidad para ti como creadora de contenido? Y al revés: ¿qué implica ser creadora de contenido cuando se es madre?

¡En las redes también sigue siendo un hándicap! Hay muchas formas de educar a una hija, pero el amor siempre es la llave. Sin embargo, no todo el mundo opina igual. Yo por ejemplo apenas muestro a mi hija. No la saco por sacar. No me gusta vulnerar su intimidad y cuando hablo de cosas como madre que me ocurren me pienso muy, muy bien el impacto que puede tener sobre ella. Ahora soy mucho más cautelosa si cabe que antes, pues hay una personita a la que mis palabras y actos en redes pueden afectarle en un futuro. Yo a la semana de dar a luz ya estaba en redes de nuevo, no tuve baja de maternidad porque este trabajo no lo permite. Si te vas de redes, Instagram o YouTube, cuando quieres volver te han ocultado por completo.

-¿Ser madre te ha hecho ser más prudente a la hora de publicar según qué contenidos?

Justo eso comentaba antes. No la saco nunca de forma que puedan opinar personas sobre su educación y otros campos. Las colaboraciones están muy, muy medidas y no acepto casi ninguna en la que tenga que salir ella, porque no suelo sentirme cómoda. Solo trabajo con alguna marca seleccionada que me deja hacerlo como yo quiero y de la manera más respetuosa.

-Aunque muchas cosas están cambiando, la crianza de los hijos está todavía muy asociada a la figura femenina. ¿Piensas que las familias que se forman actualmente tienden a ser más paritarias e igualitarias?

En este tema mi opinión es bastante dispar. Ya sea por lo que yo he vivido o por lo que tengo cerca de mí, mi maternidad y la paternidad de mi marido han sido totalmente igualitarias. Porque mi hija, por ejemplo, no tomó pecho, entonces absolutamente todas las tareas fueron las mismas para ambos. De hecho, mi marido fue quien cogió la baja y yo no. Esto es una decisión de cada pareja. Cómo se reparten las tareas y demás. En la sociedad veo normal que una mamá que da el pecho pase más tiempo con su bebé. No es que no sea igualitario, es que tiene una función principal que el padre en ese caso no podrá tener jamás.

-La maternidad se ha convertido en un mercado gigantesco. Una buena muestra de ello son el contenido especializado en maternidad o el surgimiento de todo un sector de productos dirigidos a las madres. ¿Qué te parece esta tendencia?

Me parece bien que sea un sector que está al alza. Hoy día yo sigo a cuentas de maternidad como matronas, pediatras, psicólogos, escritores sobre este tema… De hecho, leí muchísimo antes de mi maternidad para «prepararme» lo mejor posible. Es cierto que no consumo cuentas de maternidad en general de otras mamás, porque no me suelo sentir identificada, ya que cada maternidad es tan diferente…

-¿Crees que con la paternidad pasará en algún momento algo parecido?

Mi chico siempre ha hablado de su paternidad con total confianza y libertad en sus redes de igual forma que yo. Como te decía, no he sentido nunca diferencias entre ninguno de los dos respecto a nuestro bebé.

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