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S. Peiró (Fisabio): “Habrá más pandemias como la de la covid-19 en el futuro”

¿Se podía prever que un virus afectaría con tanta magnitud a un planeta entero? Salvador Peiró, director del Área de Investigación en Servicios de Salud de Fisabio, tiene claro que en el futuro habrá más pandemias como esta, aunque es difícil conocer el cómo y el cuándo aparecerán.

Respecto a su detección, Peiró afirma que, “habíamos tenido otras situaciones con coronavirus serias, antes del SARS-CoV-2, que produjeron bastantes casos en China y en Canadá, pero que se contuvieron bien”. Sin embargo, en general, explica el investigador, eran patologías que presentaban síntomas y, por tanto, no daban tanta transmisión por asintomáticos. Según expresa, este tipo de enfermedades se pueden contener mejor porque “por un lado, la gente que tiene síntomas es consciente y tiene menos contacto con los demás. Se transmite menos porque si alguien se encuentra mal se queda en casa. Por otra, porque sanitariamente los puedes detectar y aislar mejor”.

Peiró asegura que durante el año se contienen muchas enfermedades contagiosas por contacto como el ébola o la viruela del mono “con bastante éxito”. Pero que las respiratorias con transmisión por asintomáticos, en un mundo como el actual, “con muchos viajes y desplazamientos tan rápidos y frecuentes” se convierten en todo un desafío. “Desde luego no sabes cuándo van a empezar, ni tampoco exactamente lo que dan de sí hasta que no vas teniendo experiencia en algún país. En el mundo de hoy, mientras ganas experiencia en el foco de origen la enfermedad se te está difundiendo ya por el resto del globo”.

¿Estamos preparados para una nueva pandemia?

En opinión del epidemiólogo, a pesar de no poder evitar otra pandemia, esta situación “está sirviendo para armarnos mejor”. Como ejemplo, resalta la mejora de los laboratorios de control o la ampliación de la vigilancia a animales portadores de virus como los murciélagos.

No obstante, al mismo tiempo, otros condicionantes empeoran la situación: “El cambio climático es un gran reto. Tendremos epidemias de países del sur que subirán a países más fríos, habrá migraciones de población que huirán del hambre y de la sequía portando nuevas enfermedades… Además, al aumentar la necesidad de producir proteínas, las granjas de animales ya están invadiendo espacios en China o la Amazonia. Esto nos pondrá en contacto con nuevos virus”.

Respecto a si ya ha llegado el momento de ‘gripalizar’ la covid-19, Peiró hace un inciso antes de responder: “No me gusta el término ‘gripalizar’ porque la gripe no es una enfermedad banal. En un año tranquilo, deja alrededor de 5.000 muertos. Por eso, esa idea de que si la covid se convierte en una gripe no hay que hacer nada no es buena. La gripe está siempre presente, es el virus que más miedo de pandemia nos da y sobre el que tenemos más vigilancia siempre”. Dicho esto, el investigador de Fisabio afirma que ve “muy poco probable” el retorno a medidas de corte general como los confinamientos o las cuarentenas.

¿Una ley de pandemias?

¿Necesita España una ley de pandemias? “No le veo necesidad. Tenemos una Ley de Salud Pública que en 10 años nadie ha querido desarrollar. Aplicar esta ley me parece lo primero que hay que hacer, antes de crear nuevas”.

Aunque Peiró agrega que ve factible retocar o cambiar algún aspecto concreto de las leyes para permitir ciertas actuaciones, ya que España “tiene un problema con la declaración de estados de emergencia”. Y añade: “La Ley de Salud Pública incluye aspectos de medioambiente, cambio climático, informes de impacto… Esto sí que es importante que se desarrolle en la práctica. España es un país que tiene tendencia a regular mucho y luego esa regulación muchas veces no se desarrolla”.

Los problemas del sistema sanitario español

En general, el director del Área de Investigación en Servicios de Salud de Fisabio sentencia que el sistema sanitario español “lleva arrastrando muchos problemas desde hace tiempo”.

“Es un sistema que prácticamente está configurado como se creó en los años 70, marcado por el crecimiento de los hospitales de la entonces Seguridad Social, y por el desarrollo de la atención primaria de los años 80. Empeoró bastante con los recortes en el periodo de crisis económica de 2010. Digo 2010 y no 2007 o 2008 porque la sanidad funciona con mucha inercia. En realidad, en sanidad la crisis llega un par de años o tres después que en el resto de sectores. En parte, porque sacar concursos de personal nos cuesta años y cuando quieren recortar plantilla resulta que ya tienen convocadas un montón de plazas o hay hospitales en construcción. Esto deteriora mucho el sistema”, argumenta.

En palabras de Peiró, la pandemia “nos ha hecho ver muchas de las costuras mal cosidas que tiene el sistema. Tenemos una atención primaria extraordinariamente deteriorada, listas de espera enormes sin una clara prioridad de lo que va antes y lo que va después, un sistema de base muy funcionarial que se adapta mal a la atención clínica y a las emergencias sanitarias. En definitiva, un sistema que se mira mucho a sí mismo y muy poco hacia fuera, hacia la atención a los propios pacientes”.

A pesar de ello, también destaca que la sanidad española tiene una parte “fantástica”: “Somos el primer país del mundo en trasplantes. Además, el sistema es muy capaz de adoptar el cambio tecnológico; incorporamos rápidamente tecnologías muy nuevas. También es muy resistente al cambio organizativo”.

Otro punto que ha ganado popularidad tras la pandemia ha sido la investigación científica. “Nos están llegando, por ejemplo, fondos europeos para los estudios y también está cambiando la concepción”, comenta. Un cambio que, según Peiró, debe hacerse sí o sí, ya que “buena parte del motor económico e industrial de los países desarrollados es la I+D+i”.

Financiación a base de deuda

No obstante, se muestra preocupado, precisamente por la temporalidad de esos fondos. “Estamos financiando con fondos excepcionales y temporales –en buena parte con deuda,– aspectos que son estructurales”, destaca.

Los avances, eso sí, son notables. “Hay un salto importante en investigación, en particular, en la biomédica. También, últimamente, en la transferencia, es decir, saltar de la investigación a la práctica, a la comercialización de productos. Esto también se ha acelerado en los últimos años. Sin embargo, tanto con pandemia como sin ella, todavía se escribe mucho artículo científico, pero se patenta poco”, sentencia.

Trabajo en equipo

Como profesional de la sanidad, Peiró estuvo al pie del cañón durante los momentos más complicados de la pandemia. De esa experiencia también fue capaz de extraer aprendizajes positivos: “Quizá el más llamativo para mí fue la organización del trabajo en equipos de expertos multidisciplinares, donde no solo había gente de Salud Pública, sino también personas de ingenierías, de comunicación, de ética…”. Un ejemplo claro fue, según relata Peiró, cómo gracias a las personas del equipo que trabajan en ciencias ambientales con mascarillas y ventilación “caímos muy pronto en la importancia de la transmisión por aerosoles, hecho que Salud Pública, al principio, negaba”. Y concluye: “A pesar de lo inusual, creo que es algo que se tiene que mantener, que gente tan diversa trabaje unida para abordar un mismo problema”.

Salvador Peiró ofrece a ese medio otra importante lección de presente para el futuro: “En una epidemia, más importante que la enfermedad en sí, es el comportamiento de las poblaciones que la padecen”.

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