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¿Tiene el gas natural los días contados en Europa?

Evidentemente no. Más aún, teniendo en cuenta la elevada dependencia energética a este combustible fósil que tiene el viejo continente. Además, aproximadamente un 90% del gas que se consume en suelo europeo es importado. Pero lo que aparentemente es un hándicap, debería ser una motivación para disminuir la sumisión europea a este hidrocarburo, resultante de la mezcla de gases ligeros de origen natural.

Bruselas tendría que revisar su posición respecto al gas natural. De hecho, cada vez son más las voces contrarias respecto a esta fuente de energía. La meteórica subida en el precio del gas natural, que lleva produciéndose en los últimos meses, ha contribuido –y de qué forma- a que los precios de la luz se hayan disparado. Esta circunstancia ayuda, considerablemente, a que el  número de adeptos a esta nueva corriente ‘antigas’ siga creciendo día a día.

También están los argumentos medioambientales. Una apuesta por el gas natural iría en dirección opuesta a los objetivos energéticos de la Unión Europea, los cuales abogan decididamente por las energías renovables. No obstante, esa transición energética requiere de mayores plazos y de alternativas que puedan dar viabilidad a semejante transformación. ¿Alternativas al gas natural? La energía nuclear sería, sin el menor atisbo de duda, una de ellas. No exenta, ni mucho menos de polémica –nada lo está hoy en día-. Sin embargo, ese es otro debate -muy interesante, por cierto- que ya trataremos otro día.

Pero no nos engañemos. Además de las ecológicas, existen razones geopolíticas, tan importantes como las anteriores o más,  para que Europa se replantee el asunto. Rusia, principal proveedor, ya ha jugado –demasiadas veces para mi gusto- su particular carta del gas natural para presionar a la Unión Europea y mantener, si no incrementar, su influencia en la zona. Tener excesiva dependencia de algo tan necesario como la energía no un buen negocio para ninguna economía. Menos para la europea, a la que se le acumulan los frentes y los contratiempos.

Enel, primera gran energética europea que se pronuncia

La multinacional italiana Enel, que controla el 70% de Endesa, ya ha anunciado un giro de 360 grados en su plan estratégico: abandonará todo su negocio de gas antes del año 2040. Por lo tanto, el gigante italiano productor y distribuidor de energía y eléctrica y de gas –a esto último le quedan menos de 20 años- es la primera gran compañía en sumarse a esta nueva corriente. ¿Será una pionera que marque tendencia dentro del sector? ¿Será una excepción? Lo que parece claro es que el gas natural irá perdiendo peso en la actividad energética europea. O, al menos, debería…por nuestros intereses. Los muchos que tenemos al respecto. Sin que importe demasiado de qué tipo sean.

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