En los últimos años se ha instaurado un debate acerca de la racionalización de los horarios españoles, debate que en el ámbito de la Comunidad Valenciana ha dado lugar a que las Cortes Valencianas hayan constituido una comisión que está analizando esta materia.

Se trata de una cuestión que puede ser abordada desde muchos puntos de vista: el huso horario que le corresponde a España por nuestra ubicación geográfica, el número de horas que se trabaja efectivamente en comparación con otros países, la duración del tiempo dedicado a la comida, la conciliación personal-profesional, el número de horas de sueño, los horarios prime time en televisión, etc.

En mi opinión, en un debate sobre los horarios y su racionalización no puede dejar de tratarse uno de los problemas que, con carácter general, se le atribuye a la economía española, el de su baja productividad laboral.

Según datos de Eurostat correspondientes a 2019, la productividad laboral por hora trabajada en España se encuentra por debajo de la media europea (un 5,6%), muy por detrás de los países de la zona euro (un 15%) y sustancialmente alejada de la de algunos de los países europeos más relevantes (29% por debajo de Alemania, 32% de Francia y 45% de Dinamarca). Además, no se trata de un resultado aislado o estático, sino que su evolución ha sido negativa en el periodo 1995-2019. Por ello, la Comisión Europea, en su Informe sobre España 2020, ha concluido que es fundamental incrementar la productividad.

«La Comisión Europea ha concluido que es fundamental incrementar la productividad en España»

A la hora de analizar la productividad laboral hay que subrayar que influyen muchos factores, desde los tecnológicos hasta los financieros, pasando por otros como el tamaño medio de las empresas. Sin embargo, no debe dejar de subrayarse que en la productividad laboral influye también el capital humano y la gestión que del mismo se efectúa.

En este sentido, es muy importante destacar la importancia que tiene la gestión del tiempo de trabajo, una variable que influye en la productividad laboral y que, según los expertos, admite un sustancial recorrido de mejora.

En primer lugar, es fundamental que en el seno de las empresas y de las administraciones se adopten medidas organizativas que permitan mejorar la gestión del tiempo de trabajo, incrementando la flexibilidad, y que avancen en la implantación de una cultura de valoración de la importancia del tiempo -y de la puntualidad- y del rendimiento.

En segundo lugar, en dicha mejora debe buscarse la reducción de aquellos elementos que restan, como el absentismo laboral. Según datos del VIII Informe Adecco sobre la materia, en 2018 se perdieron un total de 1.350 millones de horas de trabajo, lo que equivale a 753.000 puestos asalariados a jornada completa.

«La optimización de la gestión del tiempo de trabajo es fundamental para incrementar la productividad»

En dicho informe se calcula que el absentismo injustificado podría tener un coste estimado equivalente al 0,4% del PIB. Por otra parte, el denominado absentismo presencial o presentismo, entendido como tiempo que se dedica durante la jornada laboral a cuestiones no relacionadas con el trabajo (atención del teléfono particular, redes sociales e internet, correos electrónicos privados, tabaquismo, faltas de puntualidad, etc.), podría representar según cálculos reflejados en el citado Informe, entre el 0,1% y el 0,3% del PIB. Una mejora en la gestión del absentismo, por tanto, tendría un efecto sustancial para incrementar la productividad laboral.

En conclusión, la búsqueda de una mayor racionalización de los horarios españoles es una excelente oportunidad para plantearse los mecanismos que permitan mejorar la productividad laboral a través de una optimización en la gestión del tiempo de trabajo.