Depresión causada por el síndrome del impostor

¿Qué es el síndrome del impostor y cómo superarlo?

¿Te ha pasado que te encuentras pensando que tus logros alcanzados, tus triunfos y tus éxitos no son más que un golpe de suerte? ¿Crees que cualquiera pudo haberlo hecho igual o mejor? ¿Tu vida es una mentira y hasta te has sentido culpable y temeroso al pensar que engañas a quienes te rodean? ¡Cuidado! Puedes estar sufriendo de un trastorno psicológico conocido como síndrome del impostor. Un padecimiento que no discrimina y que cualquiera puede pasar sin saberlo.

Aunque no lo creas es algo real que afecta a una gran cantidad de seres humanos alrededor de todo el mundo. Artistas, exitosos hombres de negocios, estudiantes, deportistas, etc. Nadie está exento de sufrir este trastorno. Hombres y mujeres son víctimas de este enemigo silencioso que se escurre por los rincones de la mente robándoles su seguridad y confianza en sí mismos; haciéndoles sentir que no son suficientemente buenos, capaces o merecedores del éxito obtenido.

Debes estar alerta ya que podrías estar padeciendo del síndrome del impostor sin saberlo. Puede ocurrir que estés viviendo a diario una mentira y sintiéndote culpable por los éxitos alcanzados, creyendo que no te pertenecen. Lamentablemente este trastorno no se limita solo a la vida profesional. Aunque puede pasar inadvertido y se pueda confundir con lo que la gente llama baja autoestima, es el responsable de muchos problemas que afectan la vida privada, la familia, el aspecto físico y la capacidad de interrelacionarse con otras personas.

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor se conoce también como síndrome del fraude o síndrome autodidacta. Es un trastorno psicológico que induce en quienes lo padecen una duda mórbida que los lleva a no ser capaces de aceptar sus logros profesionales, sociales o privados como el resultado de su propia capacidad. Quienes padecen este trastorno viven con la creencia de que están engañando a las personas de su entorno y el temor de ser descubiertos. Todo esto puede generar graves cuadros de ansiedad.

Aunque está mayormente asociado a las personas exitosas que destacan por sus logros y triunfos, también lo pueden padecer personas no tan exitosas. Estas pueden llegar a sentirse afortunadas al alcanzar alguna meta. Obvian por completo sus propias capacidades y esfuerzos atribuyendo su éxito a la suerte, o factores externos como la intervención de circunstancias sumamente favorables. Por las características del comportamiento que genera en quienes lo padecen, suele ser confundido fácilmente con falta de confianza o una baja autoestima.

Según algunos investigadores este trastorno está estrechamente relacionado con el perfeccionismo, principalmente entre las mujeres de mayor éxito. La marcada tendencia de las personas que lo padecen a subestimar y minimizar el éxito alcanzado como un logro personal, puede afectar de forma determinante pero negativa su carrera profesional. Convierte sus anteriores éxitos en rotundos fracasos. Es más notorio en las personas que alcanzan mayor éxito dentro de su empresa, debido a la exposición de sus logros o triunfos.

Según la Dra. Valery Young, experta en esta área, este tipo de trastorno es muy habitual y al menos 7 de cada 10 personas lo han sufrido alguna vez en su vida. Aunque, la mayoría de ellas no ha tenido conciencia de este padecimiento. Y según la asesora profesional Aida Baida Gil, se puede presentar de dos formas posibles. La primera tiende a desaparecer a medida que adquirimos mayor experiencia y confianza y la otra más grave, que lejos de desaparecer tiende a empeorar.

¿Por qué padecemos el síndrome del impostor?        

Las causas que pueden generar la aparición de este tipo de trastorno psicológico en las personas generalmente no tienen una raíz clínica. El entorno social y familiar son factores en el desarrollo, pero también podemos mencionar:

  • Presión y altas expectativas familiares, principalmente durante la infancia.
  • Baja autoestima y confianza en sí mismo.
  • Seguimiento y comparación de patrones equivocados.
  • Miedo al fracaso.
  • Niveles de auto exigencia muy elevados.
  • Estereotipos sexuales y diferencias salariales.
  • Enfrentar nuevos retos laborales o sociales.

Todas estas causas, sumadas a una gran exposición social generada por la proliferación de las redes sociales (donde la presión social hace necesario presentar la mejor imagen posible de sí mismos), crean el caldo de cultivo perfecto para la aparición de este trastorno. El mismo puede hacerse fuerte en el temor de las personas a no ser aceptadas como son y por lo que son, generando un gran miedo al rechazo e inseguridad de no estar al nivel de otras personas.

¿Cómo saber si sufrimos el síndrome del impostor?

Muchas veces los síntomas del síndrome del impostor pueden confundirse fácilmente con otro tipo de trastornos. Sin embargo, si te identificas con algunos de los descritos a continuación podrías estar padeciendo del síndrome del impostor sin saberlo.

  • Dudas de ti mismo y tus capacidades.
  • Atribuyes tus éxitos a factores externos.
  • No te sientes al nivel de tus compañeros.
  • Tiendes a sabotear tu propio éxito.
  • Menosprecias tu capacidad de enfrentarte a nuevas situaciones.
  • Te sientes incapaz de llenar las expectativas creadas.

La ansiedad, desmotivación, insatisfacción constante, tristeza y hasta la depresión son otros de los síntomas indicativos de que algo puede estar pasando. Nos hace creer que nuestros éxitos, por pequeños que sean, son un golpe de buena suerte solamente. También podemos sentir que no los merecemos porque no somos tan buenos como los demás piensan y nuestros esfuerzos no valen nada. Y por último pensar que nuestra vida es una mentira que puede quedar al descubierto en cualquier momento y seremos rechazados. Estas son las características de este trastorno.

¿Cómo afecta el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor puede afectar de forma negativa la vida de quienes lo padecen llegando inclusive a afectar a su entorno. Familiares, amigos y compañeros de trabajo se pueden ver también afectados debido a que el comportamiento de las víctimas de este trastorno cambia considerablemente. Comienza a sufrir cuadros de ansiedad y tensión constante, nerviosismo continuo y gran inseguridad. El temor de creer que vive una mentira y puede ser descubierto le hace sentir que es un fraude.

En muchos casos quien sufre del síndrome del impostor se sentirá obligado a multiplicar sus esfuerzos para obtener el éxito tratando de compensar sus incapacidades inexistentes. Pero su esfuerzo nunca será suficiente. En otros casos podría actuar de una forma totalmente diferente entregándose a la apatía y la inactividad. Siempre se sentirá inferior, inseguro, y temeroso de ser descubierto y ser visto como un fraude y un fracaso total incapaz de merecer algún tipo de reconocimiento por el logro alcanzado.

¿Cómo superar el síndrome del impostor?

Reconoce los síntomas

Para superar el síndrome del impostor debes estar dispuesto a realizar ciertos cambios en tu vida. No existe una fórmula mágica que te ofrezca resultados de la noche a la mañana. Lo primero que debes hacer como en otros casos de trastornos psicológicos es enfrentar el problema. Para eso debes ser capaz de reconocer los síntomas y aceptar que tienes un problema que no te deja avanzar. Ubicar la raíz del problema, identificar qué lo causa será de gran ayuda.

Busca ayuda

Una vez que estés consciente de tu problema busca ayuda en tu entorno familiar y social. El aislarse y pensar que estás solo pueden convertirse en un problema mayor. Recuerda que según las estadísticas 7 de cada 10 personas pueden haber sufrido o estar sufriendo de este mismo trastorno y el número va en aumento. En este punto un buen amigo, alguien que haya pasado por lo mismo, un asesor personal o un psicólogo profesional podrían ser de gran ayuda.

Acepta tus logros

Empieza a aceptar que tus logros pueden ser tuyos. No caigas en falsas modestias, una cosa es ser modesto y humilde y otra muy diferente es considerarse inmerecedor del reconocimiento por el éxito alcanzado. Debes aceptar que tus propias capacidades, tu conocimiento y tu experiencia aunados a tu trabajo son los que te han traído hasta aquí y son los responsables de tu éxito. El azar y la suerte no tienen nada que ver con tu desempeño y su resultado.

Evita las comparaciones

Caer en la tentación de compararte con otras personas puede resultar sumamente negativo. Todos tenemos algo bueno que ofrecer y cada persona es diferente. Seguir patrones equivocados puede llevar al fracaso y hacer un gran daño a nuestra propia autoestima. Es muy común que dejemos de ver nuestros propios éxitos y empecemos a restarles importancia cuando comenzamos a establecer comparaciones con otras personas sin saber si las condiciones que la llevaron a alcanzar su éxito son similares a las tuyas.

Revisa tu historia

El éxito no llega de la noche a la mañana ni tampoco es un premio que se obtiene en ningún sorteo. Debes tomar conciencia que toda meta alcanzada y el éxito obtenido son el resultado de un proceso y muchas veces un largo camino de trabajo y sacrificios. Haz un recorrido sobre tu propia historia y de ser necesario documéntalo. De esta manera te será más fácil ver el camino recorrido, tiempo, esfuerzo y trabajo que te trajo hasta aquí.

Acepta nuevos retos

Cada día trae un nuevo reto, tanto en el campo profesional como en lo social. Cuando nos encontramos bajo la influencia de un trastorno psicológico como el síndrome del impostor resulta muy difícil moverse o desarrollarse. Nos convertimos en personas cobardes, temerosas e incapaces de enfrentar nuevos retos por temor a defraudar a los demás, sobreponernos a ese temor es imperativo. De esta manera podremos ponernos a prueba explorando nuevas opciones que nos brindarán la oportunidad de demostrar nuestra capacidad.

¿Cuándo se empiezan a ver los resultados? 

Hablar de un tiempo determinado para conseguir la remisión de este padecimiento sería aventurado. Se debe tomar en cuenta que tan arraigado puede estar en la persona este trastorno y la forma en que toma parte de su realidad. A un paciente con el transtorno avanzando es muy difícil convencerle de que su padecimiento es real y que su actitud obedece a directrices puestas en su cerebro por el trastorno en sí; que sus capacidades son reales y sus logros y sus éxitos son realmente suyos.

Todo proceso de remisión lleva tiempo, muchas veces hay que recorrer un largo camino antes de empezar a ver los resultados del proceso. Otras veces se pueden empezar a ver en un corto plazo, y otras, simplemente no se alcanza ningún resultado. Los procesos mentales obedecen a las propias capacidades de cada uno y a su disposición de buscar y aceptar la ayuda necesaria. Sumergirse en el proceso es vital si se quiere superar este padecimiento del síndrome del impostor.

Es importante aceptar que se tiene un problema. Este es, sin duda alguna, el primer paso para iniciar el proceso de remisión y liberación. El tiempo que dure este proceso puede variar, en algunos casos puede ser largo, en otros puede ser corto y en algunos casos aislados tal vez nunca termine. Lo importante es no ceder en el empeño de superarlo y trabajar continuamente para lograr dejar atrás este trastorno psicológico que no te permite sentirte bien contigo mismo.

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