Jueves, 18 de Abril de 2024
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Duato: «No me planteo que la entidad resultante no permanezca en la Comunitat»

Duato: «No me planteo que la entidad resultante no permanezca en la Comunitat»

La previsible fusión de Bankia y Caixabank daría como resultado la mayor entidad bancaria de España con activos totales superiores a 650.000 millones, con cerca de 7.000 sucursales y más de 50.000 empleados. Ambos bancos tienen su sede en la Comunitat Valenciana donde se espera que se mantenga el domicilio social de la nueva entidad resultante. Hablamos de qué supondrá para la región la fusión de ambas entidades financieras con Francisco Duato, Tesorero y copresidente de la Comisión Financiera del Colegio de Economistas de Valencia.

-¿Qué supone para la Comunitat Valenciana la fusión entre ambas entidades? ¿Cómo quedará dibujado el escenario bancario de la Comunitat?

-Si finalmente se produce la fusión, la Comunitat Valenciana sería la sede del banco más grande de España con, aproximadamente, 650.000 millones de activos (25% del total de las entidades de depósito en nuestro país), 6.700 sucursales (28%) y 51.500 empleados (29%). Su cuota de mercado se situaría en torno al 25%, frente al 20% de Santander o del 15% de BBVA.

Tras la fusión, la Comunitat Valenciana acogería la sede social dos bancos (Bankia-Caixa y Sabadell), Caixa Popular y Caixa Ontinyent, además de las cajas rurales.

-¿Qué supondría que la nueva entidad fruto de la unión entre Bankia y Caixabank decida asentarse en la Comunitat? Y en caso contrario, ¿cómo repercutiría la marcha de la sede de ambos bancos?

-Básicamente supondría un nuevo espaldarazo reputacional muy importante. La elección de la Comunitat Valenciana como sede de la nueva entidad reafirmaría la imagen de región segura y creíble para el establecimiento de compañías de primer nivel.

Teniendo en cuenta que ambas sociedades ya están domiciliadas en la Comunitat, no me planteo otro escenario que no sea el de la permanencia de la entidad resultante.

-Algunas entidades y personalidades políticas han mostrado su preocupación por esta operación debido a la pérdida de competencia y al exceso de concentración bancaria, ¿qué opina al respecto? ¿cree que hay motivos de preocupación o son mayores las ventajas?

El sector arrastra, básicamente, tres problemas: baja rentabilidad sobre el capital, exceso de capacidad y la creciente competencia que viene de fuera del perímetro bancario. La baja rentabilidad del sector no es nueva y es preocupante. Se suele estimar el coste del capital de un banco en el entorno del 10% y si acudimos a las últimas estimaciones, el BCE ha estimado que el ROE promedio en 2020 será del 2% y del 3% en 2021. La brecha es muy importante.

Una fusión entre entidades saneadas debe aflorar economías de escala y ahorros de costes que permitan afrontar mejor esta situación y que se estiman en unos 750 millones de euros. Quiero subrayar lo de “entidades saneadas” porque en el pasado, especialmente cuando se puso de manifiesto la situación de las cajas, se hablaba de fusiones muchas veces sin sentido como si fuese el remedio de Fierabrás.


«Una fusión entre entidades saneadas debe aflorar economías de escala y ahorros de costes que permitan afrontar mejor esta situación»


Si a lo males conocidos del sector le sumamos el esperado aumento de las provisiones por los posibles impagos derivados de la pandemia, un balance más robusto garantiza una mayor capacidad de resistencia y viabilidad futura.

Personalmente opino que veremos pronto algún movimiento más en España. El hecho de que el BCE relajara, antes del verano, los requisitos de solvencia en caso de una fusión, confirma que el campo está abonado para sembrar nuevas operaciones. Pero quedarnos únicamente en este tipo de movimientos defensivos como respuesta al panorama competitivo actual sería un error. La banca tiene que definir una estrategia para sortear la amenaza de los nuevos competidores, que no sólo hacen mella en créditos al consumo o a las empresas sino que también ofrecen a los clientes nuevas formas de relación.

Respecto a la situación de mercado, el gobernador del Banco de España declaró, a principios de mes, que en España todavía queda margen para una mayor consolidación sin riesgo de incurrir en una situación de oligopolio, porque la banca tiene otros competidores que, poco a poco, van tomando participación. En mi opinión, el problema es que hasta que estos nuevos actores tengan entidad suficiente, el inevitable proceso de concentración pueda crear situaciones de exclusión financiera en compañías con perfiles poco atractivos para unos bancos cada vez más grandes.

Francisco Duato Vayá, Tesorero y copresidente de la Comisión Financiera del Colegio de Economistas de Valencia.

La posible fusión tiene muchos ángulos en los que ver ventajas o inconvenientes pero, parafraseando a Paul Samuelson, uno ve los problemas en función del color de los cristales de sus gafas. De entrada, la operación, con forma de fusión, parece más una adquisición de Bankia por parte de Caixabank. Todavía no sabemos como se estructurará, pero el hecho que se que haga mediante una fusión por absorción o mediante la creación de una nueva entidad tiene distintos mecanismos de revisión por parte de los reguladores.

La participación del Estado en Bankia es de un 61% y dado que la cotización de Caixabank triplica la de Bankia, las arcas públicas podrían ver reducida su participación al 14%, eso sí, en un banco más fuerte. El mayor o menor éxito en la integración determinará el reembolso de las ayudas públicas que convirtieron al Estado en accionista de Bankia.

El pasado 4 de septiembre supimos de las negociaciones entre ambas entidades y desde entonces el mercado ha dado su visto bueno, ese día la cotización de Bankia subió un 33% frente a un 12% de Caixabank y a día de hoy las cotizaciones se mantienen en los mismos niveles. Además, la operación ha sido bien recibida por la Autoridad Bancaria Europea (EBA).

Como argumento en contra de la fusión se ha abierto el debate sobre el carácter público de Bankia y la conveniencia de convertirla en un banco público.
Los antiguos accionistas de Banco de Valencia ven con optimismo la fusión, por entender que mejoran su posición en la batalla por intentar recuperar parte del perjuicio económico que sufrieron con la quiebra y posterior rescate del banco.

No debemos dejar de lado la implicación que puede tener esta operación para las empresas que comparten pool bancario con las dos entidades. En algún momento el banco resultante analizará la concentración de riesgos en sus clientes y redefinirá sus posiciones.

-Por último, preguntarle por el previsible cierre de oficinas y los despidos, ¿qué afectación tendrá en la Comunitat?

-La búsqueda de sinergias es un objetivo en cualquier operación corporativa. En este caso, sin duda, buena parte de las sinergias se obtendrán mediante reducciones de gastos con la finalidad de mejorar la rentabilidad. El cierre de oficinas y las consiguientes reducciones de personal serán la parte amarga de la operación.

A pesar de que las dos entidades tienen mucha complementariedad geográfica, las mayores duplicidades de oficinas están en Madrid, Baleares, Comunitat Valenciana y Andalucía. Se estima que el ajuste total podría afectar a 1.500 sucursales, lo que podría afectar a unas 8.000 personas. En la Comunitat Valenciana las dos entidades cuentan con 650 oficinas y 4.500 trabajadores, aproximadamente.

En el pasado los ajustes de plantilla de las dos entidades, resueltos principalmente a través de prejubilaciones con buenas condiciones, se llevaron a cabo sin especiales tensiones laborales y no sería comprensible que en esta ocasión fuese diferente.

No obstante el ajuste de capacidad, tanto en la Comunitat como fuera de ella, podría verse incentivado en función de como se gestione su transformación digital.

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