Las nuevas tecnologías también exigen la prevención de nuevos riesgos laborales 4.0
El Instituto Tecnológico Metalmecánico, Mueble, Madera, Embalaje y Afines (Aidimme), la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval), la Federación Empresarial de la Madera y Mueble de la Comunitat Valenciana (Fevama), Unión de Mutuas, Unimat Prevención y la Agrupación Empresarial para la Innovación de los Procesos Productivos del Metal y Afines (Valmetal), se han unido para analizar en profundidad el impacto de las nuevas tecnologías en su estudio R-Evolución Industrial: Prevención y retos 4.0. Esta mañana, en la sede de Femeval, se ha presentado la segunda fase del estudio centrado en los nuevos riesgos laborales que pueden acompañar a la implantación de la Industria 4.0.
El estudio, un «proyecto multidisciplinar en constante evolución», en palabras del presidente de Femeval, Vicente Lafuente, casi bordea lo que no hace tantos años pertenecía a la más pura ciencia-ficción. En en esta segunda fase se estudia «la relación persona-máquina, en busca de respuesta a riesgos inexplorados hasta ahora», con el fin de que la transformación digital sea «más productiva, más segura y más humana».

La segunda fase de R-Evolución Industrial: Prevención y retos 4.0, ha estudiado los posibles que riesgos que suponer los drones, los cobots (robots colaborativos), los exoesqueletos el IoT, la fabricación aditiva y la realidad tanto virtual como aumentada.
En lo que respecta a los ya populares drones, además del evidente daño que pueden causar sus caídas o cortes con las hélices, también se han detectado riesgos como el contacto con las baterías de litio, así como los derivados de los trabajos en altura, o en espacios reducidos o la exposición a campos electromagnéticos en el mantenimiento de antenas.
Lo cobots, que como ha declarado el presidente de Femeval, «no vienen a sustituir a las personas, sino a realizar tareas penosas y monótonas», presentan riesgos derivados de la interacción humano-robot como contactos mecánicos, movimientos repetidos por el ritmo del cobot, sobreesfuerzos y posturas forzadas. Se prevé, asimismo, la aparición de nuevos riesgos como el control gestual e incluso riesgos psicosociales derivados de los cambios de organización del trabajo.

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Los exoesqueletos, concebidos fundamentalmente para la asistencia en tareas de carga, se ha detectado que pueden ocasionar choques por escasa maniobrabilidad, caídas por desequilibrios, disconfort térmico y rozaduras por el uso, compresión de músculos o nervios, riesgos higiénicos por compartir equipos, aumento de la carga física y del ritmo cardiovascular por el peso del exoesqueleto, estrés y pueden entorpecer los movimientos.
En lo que respecta a la fabricación aditiva, sus peligros son mayoritariamente de carácter higiénico, por exposición a sustancias nocivas o tóxicas. La realidad virtual o aumentada, es susceptible de provocar fatiga visual, sobreesfuerzos en el cuello, mareos o desorientación.
Algo muy distinto se pude decir del Internet de las Cosas (IoT), ya que su función principal es automatizar la vigilancia del uso de equipos y evaluar su efectividad real, genera procesos de actuación inmediata (identificación de situaciones peligrosas, emisión de avisos y alertas, activación o inhibición de equipos o procesos, etc.), mejora los tiempos de respuesta en gestión de emergencias, y favorece una prevención predictiva al anticiparse y predecir accidentes laborales y averías a través del análisis de datos.
Lafuente ha anunciado que Femeval va a poner en práctica una política proactiva en materia preventiva de riesgos laborales adaptada a esta nueva realidad, a través de «un Plan Estratégico 2020 para bajar a la tierra la digitalización y ayudar a su implantación en los sectores más tradicionales». Ha calificado dicho Plan como «una idea práctica y necesaria, y será un proyecto en constante evolución».
El director general de Unimat Prevención, Ignacio López-Lapuente, se ha referido a los «riesgos psicosociales» que la Industria 4.0 puede provocar en los trabajadores, tales como «tecnoansiedad y tecnofobia. El avance de la tecnología en el ámbito laboral puede generar inquietudes y problemas, y debemos desarrollar técnicas para evitarlos. La base es aclarar «que no viene a sustituir a la persona, sino a ayudar»; para que la idea cale entre la mayoría de las personas, «debemos trabajar en formación y en la gestión del stress». Sin olvidar el punto clave que ha remarcado López-Lapuente: «La persona está en el centro de la evolución, y eso es lo que nunca puede cambiar».
La presentación de este análisis de riesgos 4.0 también ha contado con la presencia del director general de Trabajo, Bienestar y Seguridad Laboral de la Generalitat Valenciana, Gustavo Gardey, quien ha dado la enhorabuena «por esta iniciativa» a todas las entidades participantes en el estudio R-Evolución Industrial: Prevención y retos 4.0, y ha recordado que uno de los valores de la Industria 4.0 es el de «producir con mayor seguridad, eliminar puestos penosos e insalubres» y ha anunciado que, además, «va a impactar en el marco regulatorio y en la negociación colectiva de los próximos convenios laborales» para asegurar que las nuevas formas de producción «no menoscaben los derechos».