La empresa de gestión cultural Menta Valencia ha iniciado las visitas regulares a la Real Parroquia de los Santos Juanes de la mano de guías especializados para dar a conocer el edificio a sus visitantes. Menta gestiona, desde este verano, las visitas con audio guía, disponible en cinco idiomas, para explicar a sus visitantes la historia y el patrimonio de este templo, ubicado frente a La Lonja y al Mercado Central. Las entradas pueden adquirirse en cualquiera de los tres edificios o en el espacio que ocupa Menta Valencia en el Mercado de Tapineria desde este verano.

«Desde el año 2016, Menta se dedica a gestionar espacios culturales. En junio de ese año, empezó con la gestión de la Iglesia de San Nicolás, y a partir de ahí creamos un equipo. Juan Pedro Viladrich, como director, aportó todos sus conocimientos de gestión empresarial, y yo me incorporé por mi bagaje como gestora cultural de la Catedral de València, donde había estado más de once años», nos explica su directora de operaciones, Mariluz Segarra. «Tras la inauguración de los frescos restaurados en febrero de 2016 hubo un boom grandioso de visitas a San Nicolás», añade.

-Supongo que os contactó la Fundación Hortensia Herrero.

-Tras la restauración de la iglesia realizada por la Fundación Hortensia Herrero, la Parroquia de San Nicolás contactó con nosotros para que gestionáramos las visitas, porque se quiere difundir el patrimonio, pero no estropearlo. Nuestro director ejecutivo ya había colaborado en San Nicolás para el diseño de la exposición sobre la restauración, que se mostraba en la misma iglesia, por lo que ya hubo una colaboración previa, y a partir de esa colaboración y de la confianza demostrada, se le pidió que creara un equipo de trabajo que gestionara las visitas. A los pocos meses, nos contactaron desde el Museo de la Seda al ver lo bien que funcionaban las visitas culturales a San Nicolás y empezamos a gestionar también ese espacio.

-Me gusta mucho tu apreciación de difundir el patrimonio pero sin estropearlo. ¿Cómo lo logrías? Ya sabes que el turismo es nuestra principal fuente de ingresos, pero hay un temor creciente a sus efectos en la ciudad. 

-Nosotros adoramos el arte, de hecho yo soy Licenciada en Historia del Arte, y a la hora de visitar un espacio, si te lo explican lo valoras mejor. Si ves mucha gente en un espacio, piensas que debe ser importante; pero si la explicación que recibes, el ambiente que creas, es de calidad, y me refiero a un ambiente de respeto y silencio, se disfruta mucho más. Desde el primer momento, tuvimos la idea de que, como ya no hacía falta poner en valor a San Nicolás porque ya lo tenía por sí mismo, teníamos que cuidarlo bien. Me refiero tanto a la gestión de las reservas de entradas, es decir, escalonar bien los grupos para que no se acumule una gran cantidad de gente al mismo tiempo, y a ofrecer una explicación de calidad por parte de profesionales con rigor histórico-artístico. Así, si se hace una visita guiada el grupo sólo nos escucha a nosotros a través de los auriculares y por lo tanto no se rompe el silencio, pero todos reciben a la vez una información cuidada.

Espacio de Menta Valencia en el Mercado de Tapinería. | E3

-Con lo que os diferenciáis de esa típica imagen del guía que va a grito pelado…

-Nuestros guías saben que no es lo mismo la explicación que le pueden dar a un grupo de estudiantes de primaria o secundaria que a un grupo de jubilados, a empresas…El discurso se va acoplando al perfil de visitante que se tenga, nunca dando nada por sentado, desde luego.

-Os definís como empresa de gestión cultural. ¿Qué os diferencia de una empresa de turismo cultural?

-Hemos crecido en varios ámbitos del tema de gestión de espacios. Además de la iglesia de San Nicolás, también gestionamos el Museo de la Seda, y recientemente la iglesia de los Santos Juanes. Ahora nos hemos instalado en un espacio nuevo, nuestra agencia en el Mercado de Tapinería, y cuidamos mucho nuestro modelo de gestión y el tipo de atención al público que visita nuestros espacios. Ofrecemos rutas por la ciudad: la Ruta de la Seda y una Ruta Sacra, y a partir de ahí creamos la “tercera pata” de la empresa: los tours. Los visitantes contactan con nosotros, normalmente con una semana de antelación y nos pueden pedir rutas que combinen los monumentos que gestionamos, e incluso se puede sugerir que las visitas duren más tiempo. Pero para personalizar las visitas necesitamos una semana de antelación para localizar al guía depende del idioma en vaya a ser, establecer horarios, etc.

-Tenéis un estudio creativo, que entiendo que se refiere a diseño. ¿A qué tipo de diseño os referís?

-Nos refierimos tanto al diseño en papel, es decir, lo que entregamos a los visitantes al entrar a San Nicolás o a la Seda, un folleto sobre el espacio que están visitando. También tenemos folletos destinados a los hoteles para que el visitante que llega a la ciudad, tenga una herramienta fundamental, un plano del centro histórico diseñado por nosotros en el que además le hablamos de nuestros espacios.

-Sabes que uno de los tópicos que nos acompaña a los valencianos es que no sabemos apreciar lo que tenemos. ¿Estás de acuerdo con eso?

-Sí que estoy un poco de acuerdo, sobre todo a partir de fijarme en la reacción que veía en los visitantes. Sobre todo en la Catedral. Pero fíjate, creo que San Nicolás ha marcado un antes y un después, porque vienen muchos valencianos a la puerta de la iglesia a decirnos que traen a familiares y amigos porque les han dicho que no se la podían perder. Eso nos alegra mucho a todo el equipo, porque somos muy sensibles al patrimonio. Es como por fin haber entendido que tenemos una joya, y no una, sino muchas en la ciudad. Creo que San Nicolás ha logrado que los valencianos hayamos puesto en valor de verdad nuestro patrimonio.

Bóveda de la iglesia de San Nicolás. | Foto: Menta Valencia

-Puede ser, fue un impacto tan grande a nivel nacional e internacional, que sí que nos espabiló, quizá…

-El Museo de la Seda también es una joya que no debemos perdernos. Hemos estado años pasando por la puerta y quejándonos de que se caía, y por fin lo tenemos recuperado. Creo que con Santos Juanes nos va a pasar un poco lo mismo. Tiene la misma trayectoria histórica que San Nicolás, aunque se quemó durante la Guerra Civil. Pero desde que hemos empezado con las visitas guiadas, ya notamos que la gente la está redescubriendo, y eso que todavía no han empezado las obras de restauración.

-¿Qué porcentaje de residentes en València tenéis entre vuestros clientes?

-En invierno es un porcentaje mucho más alto que en verano, y rondaría un 25%, generalmente. Al principio, era mucho más alto, en el momento del primer boom, entre 2016 y el primer semestre de 2017. Ahí ya estaríamos hablando de un 50%, de valencianos y residentes en la Comunitat.

-¿Notáis el impacto de la desestacionalización del turismo?

-Ya es una realidad. Y te hablo desde mi experiencia personal, yo la he vivido. La desestacionalización del turismo es un hecho. Es verdad que es muy cambiante, cambia el turista del verano al del invierno. En invierno hay más grupos, unas nacionalidades nos visitan en invierno y otras en verano, pero salvo enero y febrero, que suelen ser los meses más flojos, estamos en buenos niveles durante todo el año.