Donna Hicks: «Los tsunamis emocionales entorpecen el alcanzar acuerdos»

Donna Hicks: «Los tsunamis emocionales entorpecen el alcanzar acuerdos»

«Os invito a que os relajéis y disfrutéis», comenzaba ayer Donna Hicks, profesora de la Universidad de Harvard, su ponencia sobre cómo liderar con dignidad y resolver problemas en los entornos empresariales organizada por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) y la Fundación Étnor. Se trató de una charla distendida en la que explicó a líderes de corporaciones como mejorar las relaciones con y entre sus empleados.

Sus más de 20 años de experiencia como mediadora en conflictos internacionales como los de Medio Oriente, Sri Lanka, Colombia, Cuba, e Irlanda del Norte, la avalan para asesorar a empresarios sobre como gestionar las relaciones en el trabajo. «Lo que he descubierto es que a pesar de contar con grandes negociadores, algo siempre entorpecía el alcanzar un acuerdo y no eran temas políticos, era algo emocional», expuso Hicks.

Señala la profesora de Harvard que el recrudecimiento de ciertas negociaciones en las que participó iba más allá de los puntos discutidos. «Los tsunamis emocionales entorpecen el alcanzar acuerdos», indicó y apunto que estas reacciones emocionales tienen como origen la vulneración de la dignidad. Algo que puede traspasar generaciones e influir en el estado de ánimo así como en las decisiones que se toman durante los periodos de negociación.

Para Hicks la dignidad se encuentra en la «base de lo que significa ser persona» y es «un valor inherente al ser humano así como una vulnerabilidad», ya que que esta supone una fortaleza pero también «puede abrir heridas». Prosiguió exponiendo que «todos nacemos con dignidad» y que «somos iguales» ante ella.

Dignidad en la empresa

Expuso, a su vez, que tras su dilatada experiencia en el mundo de los conflictos se abrió camino en el mundo corporativo para hacerse la pregunta de si «¿se siente la gente segura psicológicamente en su lugar de trabajo?». Señaló que los elementos que conforman la dignidad dentro de los entornos empresariales como el reconocimiento, la justicia, la seguridad o la independencia, pueden ser vulnerados por las personas si no los comprenden ni tienen conocimiento de ello, por lo que es preciso establecer una «cultura de la dignidad».

A este respecto apuntó que las empresas «son el lugar perfecto» para educar en esta cultura ya que se dan las «tres conexiones» que son necesarias para comprender la dignidad. La primera es una conexión con uno mismo, ya que si no entiendes los límites de tu propia dignidad, no puedes comprender la de los otros. La segunda es la conexión con los demás y la tercera es una conexión con «algo superior», puso el ejemplo de los millenials que no se contentan con tener un trabajo para ganar dinero sino que buscan un empleo que «sirva a un bien mayor».

Finalizó exponiendo que un buen líder tiene que comprender estos preceptos y mostrar su vulnerabilidad con los empleados ya que «no es una debilidad, sino una fortaleza» y ayuda a los trabajadores a ganar confianza con sus jefes ya que el elemento más vulnerado, según la experiencia de Hicks es la seguridad. «La seguridad para hablar cuando algo malo nos pasa», apuntó y añadió que «no nos gusta hablar con nuestros jefes cuando vulneran nuestra dignidad».

«La dignidad tiene que formar parte de la educación de la empresa», aseveró Hicks y concluyó con que «la dignidad puede curar a las personas».

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