Trece años después, Pixelcom, se ha consolidado como referencia internacional en el sector del desarrollo de hardware y software deportivo. Sus productos pueden verse en recintos deportivos de renombre como el circuito de Fórmula 1 (F1) de Paul Ricard, Motorland o Suzuka Park o en coliseos futbolísticos como el Estadio de la Cerámica o los del Girona o la Real Sociedad. José Manuel Osuna y Héctor Llop han alcanzado un objetivo que parecía lejano en 2005 cuando proyectaron su empresa que echó a andar un año después. En ese tiempo, además de luchar por hacerse un hueco en un mercado competitivo e internacional, han logrado eludir la crisis económica y ampliar su plantilla y su red de clientes.

José Manuel Osuna confiesa que Pixelcom, unión del pixel, la unidad mínima de imagen y com por el componente de la comunicación, surgió fruto de la necesidad de trabajar tras el cierre de la empresa en la que estaban empleados. Precisamente en su exempresa, en su exjefe y su afición por el karting, está el origen de su iniciativa vinculada a la dotación de servicios tecnológicos y de control de estos circuitos.

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