Viernes, 19 de Abril de 2024
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“La empresa es líder mundial en producción ecológica de dorada y lubina”

“La empresa es líder mundial en producción ecológica de dorada y lubina”

La acuicultura española atraviesa un momento de crecimiento y expansión, tendencia que también se da a escala internacional. Una situación que busca capitalizar el grupo Andromeda Ibérica, con sede en la Vall d’Uixó, y cuya cifra de negocio se sitúa en torno a los 75 millones de euros, como apunta su director general, el biólogo Tahiche Lacomba, que ve un futuro de mayor crecimiento y expansión de la empresa en los centros de producción, al compás de la obtención de las autorizaciones administrativas. Permisos que permiten ampliar las infraestructuras y crecer, tanto en número de empleados como en el volumen de negocio. En ese contexto, tienen previsto realizar inversiones este año y el siguiente. De esta forma, el grupo podría seguir produciendo lubinas, doradas y corvinas, así como una nueva especie, la seriola o pez limón, que aquí se conoce como lecha.

Lacomba fue uno de los cinco socios fundadores de lo que ahora, tras los procesos de venta y absorción, es Andromeda Ibérica. En 2001, él fue uno de los impulsores de Frescamar y la primera granja acuícola en Burriana que siete años después fue vendida a una compañía griega, manteniendo las raíces castellonenses. Fue un proceso coincidente con la crisis económica y una consecuencia más de la globalización económica que obliga a tejer alianzas para desenvolverse en una cultura comercial global.

En ese contexto llegó un fondo estadounidense, Amerra Capital y el año pasado entró un fondo de Abu Dabi.

Ve con optimismo el futuro de la empresa y del sector. Sin embargo, detecta nubarrones en el futuro más inmediato. Y es que la apuesta inversora del grupo choca con la, a su juicio, lentitud de una administración burocratizada que, en algunas ocasiones, condiciona los plazos previstos por las empresas para alcanzar sus objetivos de crecimiento.

De hecho, tenemos una gran capacidad de inversión en la Comunitat Valenciana, por lo que con esas licencias podríamos convertirla en el principal productor de acuicultura de España.

El problema parece estar en que a la Administración le hacen falta más técnicos para que agilicen el proceso. La Administración está paralizada y es una pena ya que el retorno que tendría para la Comunitat es importante. La empresa quiere aumentar su capacidad productiva por lo que tiene previsto ejecutar a medio plazo una inversión de 15 millones de euros.

– ¿Qué planes tiene el grupo para Castellón?

– Dentro del plan de expansión de la empresa para 2020 está prevista la creación de una granja más en Burriana que está en proceso, al igual que una licencia en esta localidad. Ambos proyectos generarían una ocupación de entre 90 y 100 personas, que, en la actual situación laboral del municipio, es una cifra importante. Pero precisamos la autorización administrativa para poder invertir en el proyecto y generar esos empleos.

En los dos últimos años, Andromeda Ibérica ha mantenido una línea de crecimiento mientras dispusimos de licencias administrativas para hacerlo. En 2017 invertimos 6 millones de euros en Alicante y en 2018 otros tantos en la planta de empaquetado y la instalación del mar, en Burriana.

Andromeda Iberica

– ¿Qué es el proyecto Mediterráneo?

– Nuestra ubicación en ambos extremos del Mediterráneo, Grecia y España, nos da una importante ventaja competitiva a la hora de servir nuestros productos a los mercados.

A través de nuestras instalaciones de Grecia y España ofrecemos un excelente servicio al cliente, cumpliendo siempre sus expectativas en cuanto a necesidades de especies, tallas y volumen.

– Existe la creencia de que el pescado criado en cautividad no es igual que el de mar abierto, ¿afecta a la imagen de la acuicultura?

– Así es, esa creencia es algo cultural. Por eso, estamos trabajando ahora en un proyecto de investigación en esa línea, que indica que culturalmente, sobre todo en España, la acuicultura no estaba bien vista. Queremos demostrar que el pescado de la acuicultura es tan bueno como el criado en libertad. Como también es cierto que en las zonas donde hay acuicultura se genera una vida marina alrededor, porque nuestras infraestructuras hacen de arrecife. Al ser áreas protegidas, en las que no se puede pescar y hay muchas zonas de anclaje, son aprovechadas por pulpos, sepias, mejillones o algas para sus puestas.

En torno a nuestra granja acuícola de Burriana, que está en un fondo desierto y arenoso, se ha generado en estos quince años gran vida alrededor. Por ello es preciso concienciar a la gente para que cambie la visión que tiene de la acuicultura, como ocurre en Noruega o en Galicia con las bateas. En ambos casos lo tienen interiorizado como algo propio y culturalmente lo tienen incorporado y lo defienden.

– ¿Ayuda a evitar la pesca excesiva?

– El problema de la pesca es la sobreexplotación, que hace que cada vez haya menos peces, a lo que se suma el hecho del incremento progresivo del consumo de pescado, porque hay muchos países como China, que antes no compraban pescado, que se han sumado a los países demandantes de estos productos, por lo que es preciso fomentar la acuicultura para complementar la producción de pescado y poder hacer frente a la demanda mundial que se produce.

Andromeda Iberica

– ¿Qué papel juega el pescado orgánico y cómo se llega a ello?

– La gama de pescado orgánico de la compañía es el resultado de un exhaustivo trabajo iniciado en España por Grupo Andromeda en 2014 con el fin de ofrecer una alternativa para la conservación del equilibrio en los ecosistemas marinos. Siempre hemos apostado por no producir lo mismo que los demás, porque es la manera de tener éxito y rentabilidad. Así, hace unos años, nuestra preocupación por los ecosistemas marinos, reforzada por la tendencia del mercado hacia los productos ecológicos o bio nos llevó a empezar a producir paulatinamente ese tipo de productos, no en muchas toneladas, pero sí las suficientes. Somos los principales productores mundiales en la actualidad en producción ecológica de dorada y lubina. Creemos que esta es una tendencia que va a ir a más. Por eso, vamos a seguir en esa línea, impulsando producción y consumo y tratando de llegar a otros mercados. Aquí en España es una tendencia que va a más supermercados y áreas especializadas están introduciéndola y, aunque está costando, es una tendencia que va a llegar.

– ¿En esa línea se encuadra la marca Frescamar Bio?

– Una de las claves que nos permiten estar vivos como empresa es la diferenciación. En ese contexto, en Andromeda Ibérica hemos lanzado una gama de pescado ecológico bajo la marca Frescamar Bio. Un proyecto resultante de un exhaustivo trabajo iniciado en 2014 en España para poder ofrecer una alternativa para la conservación del equilibrio en los ecosistemas marinos atendiendo, asimismo, a la actual preocupación del consumidor por cuidar su salud y la del Planeta, algo que permite a Frescamar ofertar doradas y lubinas ecológicas criadas en mar abierto. Esta marca, que aglutina la producción de lubina y dorada, tiene la certificación ecológica desde que depositamos a los alevines en las jaulas hasta que ponemos los ejemplares en el mercado. En ese tiempo, los peces tienen una alimentación equilibrada y controlada a base de piensos ecológicos de origen sostenible, un hecho que corroborá la certificación ecológica obtenida, que indica que respetamos los ciclos naturales de nuestro ecosistema.

La apuesta por lo bio es parte del compromiso con la seguridad alimentaria, la salud y el bienestar de los peces que criamos. Queremos alcanzar en 2020 una producción de unas 400 toneladas de pescado ecológico para el mercado español y el internacional, caso de Bélgica, Holanda y Francia.

– ¿Hay demanda mundial de este tipo de alimentos?

– Nuestra apuesta por el mercado de alimentos ecológicos obedece a seguir una tendencia que muestra que los consumidores están más sensibles a incorporar a su dieta productos más sostenibles o más ecológicos.

En Andromeda Ibérica seguimos las normas de cría ecológica de alevines de dorada y lubina. Normas que atañen a la ubicación en la granja, con densidades bajas para que los alevines tengan más espacio y cumplan la normativa de tratamientos ecológicos y, sobre todo, con alimentación a base de productos ecológicos.

Somos líderes en España en producción ecológica de lubina y dorada y los mercados son el francés, fundamentalmente, pero ya empezamos a tener aquí demandas de grandes superficies que van introduciéndolo.

En líneas generales, tratamos de ofertar variedad y en esa línea creemos que la corvina tiene un margen de crecimiento importante.

Tahiche-Lacomba

– ¿Qué lugar ocupa la investigación en la empresa?

– Es una línea de trabajo que tiene la empresa. El I+D+i es algo que tenemos presente en nuestra actividad. Estamos buscando nuevos productos. Así, igual que hace unos años recuperamos la corvina, estamos trabajando con jaulas en el mar con la seriola o pez limón, la lecha como se conoce aquí. Es un pescado de gran tamaño, que llega a alcanzar los 40 kilos y en 2018 ya hemos producido y vendido 70.000 kilos y cada año seguimos poniendo alevines para ver si podemos recuperar una nueva especie para ofrecer al consumidor.

Actualmente, tenemos dos jaulas y estamos investigando y destinando una parte de la producción a la venta para ver si conseguimos progresar en la investigación y conocer los hábitos y problemas que presenta la cría de este pez. Más adelante intentaremos generar la suficiente producción para atender el mercado. En esa línea, recientemente hemos conseguido una licencia para poder sacar 300 toneladas en Burriana.

– ¿Las tecnologías también ocupan un papel decisivo en la empresa?

– Apostamos por la diferenciación y para ello nos esforzamos en buscar especies nuevas. Por ello, la investigación ocupa un lugar preferente en nuestra política empresarial, además también buscamos mejorar la alimentación. Así, somos pioneros en instalar cámaras en el mar, con sensores, disponemos de robots que hacen tareas en el mar y que nos ayudan a supervisar todo el proceso de producción.

Además, con la tecnología controlamos el proceso de cría de los peces. Con ello podemos vigilar la trazabilidad de todo el proceso porque realizamos todas las fases desde la cría, a la selección y distribución y venta, lo que nos permite ofrecer un valor añadido a nuestros clientes. En todo caso, conjugamos el empleo de los recursos que nos ofrece la tecnología con la investigación que realizan nuestros técnicos.

– ¿La globalización es un activo para Andromeda?

– La globalización es, además de necesaria, una realidad y te tienes que adaptar. Quien quiera estar en un mundo independiente está fuera de la realidad. Hoy hay que pensar a nivel mundial en muchas facetas de la actividad empresarial. Tanto para adquirir tecnología como para vender o para captar talento para la investigación.

– ¿Tiene apoyo de la Administración?

– Con los responsables de las administraciones tenemos buenas relaciones y los políticos conocen nuestras necesidades. Saben que no pedimos ayudas económicas, sino que se agilicen los trámites burocráticos. Esa es la mayor y mejor ayuda que nos podrían dar. Porque lo que necesita la empresa es agilidad en la tramitación para que podamos ejecutar los proyectos con la inversión pertinente y así poder seguir creciendo. Ese es nuestro objetivo prioritario, poder crecer y aumentar la capacidad de producción de nuestros centros, porque repercutirá en la generación de nuevos empleos y contribuirá a dinamizar la economía de la Comunitat Valenciana.

-¿Cuáles son los planes de expansión de la empresa?

– En estos momentos necesitamos criar más alevines para poder meterlos en las jaulas en el mar. Para ello hemos solicitado una licencia administrativa que nos permita abrir un criadero en Burriana. Además, tenemos pendientes varias instalaciones a la espera de obtener la licencia. Ahora tenemos allí 40 jaulas y hemos pedido licencia para otras 32, con lo que Burriana se convertirá en un importante centro de producción, tras una inversión de entre 7 y 8 millones de euros.

– ¿Qué plantilla tiene Andromeda Ibérica?

– En la Comunitat Valenciana tenemos 325 empleados, de los que 265 están en los tres centros de Burriana (la granja del mar, el criadero de alevines y la planta de procesado) y el resto trabaja en las oficinas de la Vall d’Uixó y en los centros de Calpe y Villajoyosa.

– ¿Cuál es el volumen de negocio de la empresa?

– El año pasado, la compañía facturó 75 millones.

– ¿Y la producción de ejemplares?

– Entre las tres especies que producimos en las instalaciones que tenemos en la Comunitat Valenciana estamos en torno a una produccion de 10.000 toneladas al año.

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