La principal novedad es el diseño. Se trata de unas espiras magnéticas dobles que, además de medir con gran precisión el flujo del tráfico, permiten calcular la velocidad y longitud de los vehículos y otros muchos datos viales con márgenes de error nunca vistos hasta ahora.

Estos nuevos sensores reducen a un 6 % el margen de error en el cálculo de la velocidad frente al 20 % de los sistemas duales actuales, y prácticamente lo eliminan en el caso de su longitud. Además, el coste de instalación y mantenimiento de este nuevo sistema, ideado por investigadores del Instituto Universitario de Aplicaciones de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones Avanzada (Itaca) de la UPV, se reduce casi a la mitad.

El investigador del Grupo de Sistemas de Control de tráfico (SCT) del Instituto Itaca, Ferran Mocholí ha indicado que «todo ello ayudaría disponer de una información mucho más precisa y real sobre el estado de las carreteras, lo que facilitaría su gestión desde los centros de control».

Mocholí ha explicado que para el control de velocidad, la Dirección General de Tráfico exige sensores radar con márgenes entre 3 km/h en velocidades inferiores a 100 km/h y un 3% en velocidades mayores. Y ha apuntado que «teniendo en cuenta que la velocidad en ciudades está limitada a 50 km/h, las espiras dobles cumplirían este requisito y, por tanto, podrían incluso ser utilizadas como sensores radar de gran precisión en entornos urbanos».

Así es el prototipo

Las espiras o bucles magnéticos son el sensor vial de referencia y, por su simplicidad, coste y modo de funcionamiento, dominan las instalaciones y son los detectores más usados por los nuevos algoritmos de gestión y control de tráfico.

Se trata de un hilo enrollado enterrado sobre el pavimento cuyo modo de operación se basa en la variación de inductancia que se registra al circular los vehículos sobre ellas, de forma que, cuando las sobrepasa, obtiene su «huella o perfil magnético», del que extraer información clave para la gestión del tráfico.

Carreteras de la Comunitat Valenciana | E3

Mocholí ha resaltado que «en este momento su potencial no estaba siendo totalmente explotado, ya que ni el sentido de circulación, la velocidad o la longitud de los vehículos podía ser calculada con una sola espira»,  y ha indicado que lo «más común» es encontrar dos espiras por carril a cierta distancia, refiriéndose a los sistemas duales. Con ello, se está «desperdiciando totalmente su gran potencial» porque «la gran mayoría» solo se usan en la actualidad para medir el flujo de tráfico y contabilizar vehículos, opina el investigador.

Por estas razones, han apostado por las espiras dobles, basadas en su antecesor y que ha demostrado mejorar sus características y funcionalidades sin incrementar el coste; al contrario, pues reduce prácticamente a la mitad el precio de instalación y mantenimiento.

Tecnología en el transporte

La transformación del transporte «es una realidad» y las nuevas tecnologías aplicadas a la automoción, el big data y la economía compartida «están cambiando la forma en la que la población se acerca» a él, lo que, unido al crecimiento de la población mundial, augura un mayor parque vehicular y un tráfico «insostenible» si no se toman medidas, ha sostenido Moncholí.

Por ello, a su juicio, la extracción de información, identificación y clasificación de vehículos en tiempo real es una «prioridad» en los Sistemas Inteligentes de Transporte (ITS) y su investigación responde a ese «reto».

Por su parte, el investigador de la UPV ha defendido que el nuevo sensor desarrollado por Itaca sería también idóneo para el control y gestión de los nuevos modelos de vehículos eléctricos como bicicletas o patinetes «de manera muy sencilla» y a un bajo coste.

En el Instituto Universitario de Aplicaciones de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones Avanzadas tienen previsto iniciar una investigación para la caracterización magnética de estos nuevos vehículos eléctricos sobre todo tipo de espiras, para el desarrollo de un sistema óptimo que ofrezca y permita extracción e intercambio de información vial entre diferentes infraestructuras y ayudar a la gestión y control del tráfico urbano en un momento crucial de cambios.