El Corredor Mediterráneo, como infraestructura clave para la Comunidad Valenciana y Cataluña, ha centrado la reunión que el secretario autonómico de la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, Josep Vicent Boira, ha mantenido con su homólogo catalán, Ricard Font.

En la reunión se han tratado entre otros temas las distintas experiencias en la implicación de la sociedad civil en aspectos ligados con el Corredor y la económica productiva y se han planteando posibles iniciativas ligadas a una visión global y única de la logística a la escala del Corredor.

En este sentido, reclaman una planificación real del Corredor como eje económico vital y han coincidido en exigir «una planificación conjunta de las obras y proyectos, el cumplimiento de plazos y un coordinador del Corredor con una visión global». También han denunciado que sigue sin conocerse las características del tramo Castellón-Tarragona.

Nula planificación de Fomento
Para ambos secretarios autonómicos, «la nula planificación del Ministerio de Fomento es una rémora insoportable para el Corredor y la fuerza exportadora, económica, turística y portuaria de los territorios es única en el Estado y merece una inversión justa». Según ha explicado Boira, «los problemas del Corredor no se circunscriben solo al ámbito de la obra pública, sino a la gestión y planificación. La infraestructura presenta distintos cuellos de botella, que Fomento sigue sin solucionar».

El primero de estos cuellos de botella, ha indicado, sería el túnel fronterizo, «cuya gestión es ruinosa y sigue sin ponerse solución. Los problemas se agravan al sur de Barcelona, donde el tramo Tarragona-Castellbisbal lleva 3 años con las obras paralizadas, a pesar de estar adjudicadas, con una fuerte inversión que no se ha realizado».

En cuanto al tramo Tarragona-Vandellós, Josep Vicent Boira ha recordado que «sigue en obras, que duran ya más de 10 años, y el ministerio continua retrasando su puesta en marcha. Este tramo es clave y permitiría reducir el tiempo de viaje entre Valencia o Alicante y Barcelona en media hora, a pesar de lo cual Fomento no lo considera prioritario». El siguiente tramo, Vandellós-Castellón «es el ejemplo de la desidia del ministerio, dado que a pesar de estar adjudicado desde 2014 no se han empezado las obras y no se sabe ni siquiera qué se va a ejecutar al no existir un proyecto».

«Algo similar ocurre en el tramo Valencia- La Encina, que pese a tener gran parte de las obras hechas siguen sin acabarse y ponerse en marcha, lo que permitiría reducir a una hora el viaje Valencia-Alicante. Así las escasas inversiones del ministerio siguen dar servicio a los posibles usuarios», ha manifestado.

En opinión de Boira, «la continuidad del corredor entre Elche, Murcia o Almería sigue siendo una incógnita, dado que Fomento trabaja con una mentalidad de tramos y no de un único corredor que conectaría, si se acabase, a más de 15 millones de habitantes y a la mayor concentración económica, industrial y agrícola del estado».