La estrella Michelin que consiguió no ha hecho más que impulsar su capacidad de trabajo. Manuel provenía del mundo de la sala y la atención directa a los clientes y debido a la marcha de su hermano Juan Carlos, tuvo que ponerse el delantal y comenzar la labor en cocina.
Lo primero que hizo fue rescatar la barra y el comedor de la entrada, creando un menú de mediodía y noche, que se denomina Daily, al más que correcto precio de 18 euros incluyendo pan y una bebida, pero no el IVA. Un menú en el que encontramos producto, elaboración y, sobre todo, mucha sensatez. Y esto es importante, porque si hay que destacar algo en la trayectoria de Casa Manolo, eso es la sensatez.
Desde su llegada, Manuel ha apostado por la playa de Daimuz y todo aquello que crea lo hace pensando en poner en valor dicha playa, para que sus clientes puedan disfrutar de ella.
Dotar de valor a la playa
Todos los veranos, Casa Manolo monta delante de su terraza un lounge, con un estilo cuidado y perfectamente integrado en el entorno marino y playero. Allí podemos tomar desde una caña de cerveza hasta de una botella de champagne, siempre atendido por magníficos profesionales y sentado en el cómodo mobiliario que el chef y su padre han preparado para que la gente disfrute de una gran estancia.
También se puede comer y las propuestas se encuadran en los bocadillos, sándwiches y tapas que el propio Manuel prepara en su cocina.
Las propuestas de la carta del restaurante son un compendio de buenas intenciones, sinceridad y cordura. La carta que nos ofrece nace de la reflexión sobre la cocina de mercado, la mediterránea, donde el respeto por el producto es total.
Hay producto –gamba roja, langostinos de Vinaròs, ostras, almejas, navajas, langosta–; hay buenas carnes y es sobresaliente la oferta de arroces convencionales o personalizados por él.
Por descontado, arroces
En Casa Manolo cuidan todos los aspectos del restaurante y los cuidan en todos sus aspectos; por ejemplo, haciéndose ellos mismos el pan.
Hace unos años Fominaya incorporó los callos a la madrileña, que se han situado entre los mejores que puedes encontrar en la gastronomía española. Manuel es consciente de que muchos de sus clientes vienen ávidos de comer un buen arroz y en su casa lo pueden encontrar.
Además de los clásicos –paella valenciana, arroz a banda, arroz de verduras o paella de langosta–, el chef presenta arroces innovadores y con gran personalidad, como el de bogavante, el de gamba blanca con verduras verdes de tierra y mar, o el arroz con cresta de gallo y pichón