Se buscan sucesores para negocios sin herederos
Ivefa y GB Consultores ponen en marcha una fórmula novedosa para evitar el cierre de las empresas familiares sin sucesión
Las causas por las que una empresa deja de existir son de todo tipo, pero hay una que afecta especialmente a la empresa familiar: que no haya sucesión.
Y es un grave problema, en primer lugar porque el 91 % de las empresas de la Comunidad Valenciana se enmarcan en el concepto de empresa familiar y, por otro, porque supone una pérdida de recursos.
Gonzalo Boronat, socio director de GB Consultores, conocedor de este problema en su doble vertiente de consultor y de socio de Ivefa, propuso al Instituto la creación del Fondo para el Desarrollo y la Continuidad de la Empresa Familiar, «una iniciativa que cuadra con la vocación de prestar servicios útiles a los asociados”, matiza José Bernando Noblejas, presidente de Ivefa.
“Es un tema que no está resuelto –prosigue– y también nos dimos cuenta de que no existe ninguna organización que se preocupe de esto”.
Según señala Gonzalo Boronat, a partir de 2011 se aprecia que las empresas que cierran tienen entre 12 y 15 años de antigüedad. Un hecho preocupante, porque en muchas ocasiones se trata de buenas empresas, con cultura, con producto, con buenas expectativas, pero que abordan el presente y el futuro con desánimo.
“Nuestro propósito –agrega Boronat– es que no cierre ni una más porque falte sucesor. Cuando no existe familia biológica, existe la familia de adopción, por qué no”.
Familia de acogida
La función del Fondo es encontrar esa familia de acogida, ese gerente o ese empresario dispuesto a “heredar” una empresa con su cultura, sus tradiciones, sus empleados, sus clientes y sus proveedores.
“En suma –continúa Boronat– la “familia” que reúna los mejores requisitos de idoneidad para realizar esa transición y que no se pierda esa cultura”.
Porque cerrar una empresa es una pérdida. La empresa tiene valor en tanto y tanto está abierta y produce. “Cuando se cierra –afirma Boronat– estamos echando por tierra montones de ilusiones y proyectos. En funcionamiento vale, pero cerrada, no vale nada”.
Pero, ¿por qué falta sucesión? Según su propia experiencia, Noblejas señala que en muchas ocasiones el empresario no sabe transmitir su experiencia. “Es –afirma- un egoismo natural. Incluso tienen hijos preparados, pero que prefieren irse a trabajar a otro lado porque son incompatibles con el padre y se quedan sin sucesores”. Pero tampoco han sabido profesionalizar la gestión, contratar a un gerente y quedarse como accionista.
Las ramas de actividad dónde más necesidad parece existir de este servicio es en comercio y servicios; seguidas de artesanos o pequeñas industrias que hacen un tipo de producto de mucha calidad. Empresas donde el propietario es todo, desde director a diseñador a contable. “Es una falta de visión -agrega Noblejas– y creo que con iniciativas como esta estamos generando una nueva cultura de colaboración, de uso de la generosidad que tengas y de estrategia”.
No hay una única solución para la sucesión en la empresa. Como dice Boronat, es un traje a medida tras estudiar caso a caso y necesidad a necesidad.
Habrá soluciones que pasen por la venta de la empresa para crear una unidad productiva de mayor entidad, con las ventajas que ello conlleva. «Una empresa de mayor tamaño -recuerda Noblejas– tiene más facilidades para entrar en temas de I+D+i”.
La forma en la que se articula el proceso pasa por el empresario sin sucesión que se acerca al Ivefa y expone su caso.
Tras una primera entrevista, se remite un cuestionario al candidato y tras valorarlo –hasta el momento todo el proceso es anónimo– ya se recibe en GB Consultores a la empresa, a la que se le solicita una serie de documentos, todo ello bajo un acuerdo de confidencialidad. «A partir de ahí –dice Boronat– se buscan soluciones, porque hay muchas, desde buscar a un gerente a buscarle un empresario. No hay que descartar que una vez iniciado ese proyecto alguien de la familia se postule como sucesor. Nos podemos encontrar con esa sorpresa”.
El Fondo publicitará el tipo de empresa que busca candidato. «Por ejemplo –sugiere Boronat– un taller de reparación de automóviles. Es posible que otro empresario lo considere interesante, porque se hace con una marca nueva o con una plaza a la que no llegaba”.
El secreto está en la cohabitación durante una temporada entre el empresario de origen y el «heredero”, de forma que todo vaya traspasándose de forma paulatina: activos, pasivos, fondo de comercio, incluso los riesgos. Todo ello buscando la idoneidad personal.
Empleo y emprendimiento
«Al final -concluye Boronat– uno se lleva lo que nunca se hubiera llevado en caso de cerrar la empresa y el otro tiene un negocio que funciona”.
Un traspaso que incluye no solo un fondo de comercio, sino, como dice Noblejas, «una cultura que, con el tiempo, se irá transformando sin rupturas”.
Un aspecto importantísimo es también la conservación del empleo, porque, señala Noblejas, «si salvamos una y con ella 20 puestos de trabajo, nos podemos dar por satisfechos, pero estoy seguro de que salvaremos más. Incluso, por qué no, pueden ser los propios trabajadores los que se queden con la empresa”.
El entorno emprendedor de la Comunidad Valenciana, del que tanto se habla, también es uno de los destinatarios del Fondo, porque, ¿qué mejor escuela que un negocio en funcionamiento al que se le pueda dar un nuevo impulso?
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