Ingenieros geomáticos reivindican su papel ante la crisis climática
Redacción E3
Hay indicadores económicos que caben en un escaparate. Si uno quiere tomar el pulso al ánimo del consumidor sin abrir una base de datos, la moda ofrece señales culturales que, a fuerza de repetirse, se han ganado un lugar en el debate económico. Uno de los más célebres es el «índice del pintalabios»: la observación –popularizada por el antiguo presidente de Estée Lauder, Leonard Lauder– de que, en épocas de incertidumbre, los hogares reducen grandes compras pero mantienen pequeños placeres asequibles como, por ejemplo, una barra de labios.
El lipstick effect reaparece cada vez que se descuadra la hoja de Excel del ciclo. Sus límites, sin embargo, son tantos como sus titulares: no funciona como un indicador duro y universal, pero sí como termómetro del estado de ánimo del gasto discrecional.
En 2025, con Europa avanzando con paso corto y España defendiendo tasas positivas, vuelve la pregunta: ¿está el armario anticipando una recesión o solo refleja una prudencia razonable?
La pulsión por «leer» la economía a través de la estética no acaba en la cosmética. Para muestra un botón: el hemline index –la idea de que el largo de la falda se acorta en épocas de bonanza y se alarga en las de crisis— se ha actualizado con el auge de la falda midi/maxi en las últimas temporadas. No es una ley estadística, pero sí un relato que ordena percepciones: sobriedad cromática y funcionalidad tienden a ganar terreno cuando los hogares calculan más cada euro.
Los expertos conectan la proliferación de faldas largas con el tránsito hacia una economía más fría y con estéticas de contención como el llamado recession core: prendas básicas, cortes prácticos, logos discretos, inversión en durabilidad. Es, sobre todo, una narrativa cultural sobre el consumo en tiempos prudentes. ¿Quién no recuerda las minifaldas de los «felices años 20» en Estados Unidos? ¿Y quién podría olvidar, también, el contraste con los tiempos de la Gran Depresión, con faldas largas y sobrias?
La sensación de que las tendencias –del clean look a la office siren– «avisan» de un enfriamiento del ciclo circula en redes sociales y suplementos de estilo con intensidad. Lo interesante para el lector económico no es tanto si el dobladillo sube o baja, sino qué comportamientos de compra hay detrás: más básicos premium, menos rotación de microtendencias, ticket que prima la calidad-precio y una mayor sensibilidad a promociones en campañas clave.
Un símbolo potente de este ánimo es el Color del Año 2025 del famoso Pantone Color Institute: Pantone 17-1230 Mocha Mousse, un marrón templado, cálido y discreto. Pantone lo asocia a «la búsqueda de placeres pequeños y cotidianos , a la necesidad de armonía tras años convulsos y a un lujo sin estridencias». La señal cromática no es un Índice de Gestores de Compra, pero sí un indicio del clima emocional del consumo: quietud, refugio y atemporalidad.
Para separar relato y ciclo conviene consultar los números. Respecto al comercio minorista europeo, Eurostat estima que, en agosto de 2025, el volumen del comercio minorista en la eurozona creció un 0,1 % mensual y un 1 % interanual. En julio, había caído un 0,4 % mes a mes, y aun así marcaba +2,2 % interanual. Es decir, desaceleración sí, recesión no. Además, la oficina estadística ha detectado un aumento de la tasa de ahorro de los hogares en el segundo trimestre (15,4 %), lo que ayuda a explicar el tono prudente del consumo.
¿Y en España? El Instituto Nacional de Estadística (INE) reporta en el último mes del que se tienen datos un aumento del 4,5 % interanual en el Índice de Comercio Minorista a precios constantes. La variación mensual también fue positiva. La ocupación en el comercio minorista subió un 2 % frente a un año antes. Con altibajos por calendario y campañas, el patrón es compatible con crecimiento moderado del gasto.
No podemos dejar de lado el barómetro textil. Si hay un termómetro español del sector, ese es, sin duda, el gigante Inditex. En la primera mitad de 2025, sus ventas crecieron un 1,6 %, hasta los 18.400 millones de euros. El mensaje corporativo es el de un consumo que no se desploma, pero sí pierde tracción respecto a los años de rebote pospandemia.
En conjunto, la moda se enfría sin romperse: el retail europeo avanza en positivo, España resiste mejor y el consumidor elige con más cabeza.
Sobriedad cromática y lujo silencioso. La hegemonía de los neutros –con el Mocha Mousse como emblema– y el auge de las texturas hablan de comodidad, calma y permanencia. La estética del quiet luxury o «lujo silencioso» de los años 2023-2024 evoluciona hacia una practicidad silenciosa: menos logo, mejor tejido. Para el lector de economía, la traducción es clara: compras de inversión y cestas optimizadas.
Tendencia ‘workleisure’. La actual oficina híbrida deja una huella estable: americanas desestructuradas, pantalones en tejidos confort, calzado plano. Es la versión europea de la racionalidad: prendas que justifican el precio por su versatilidad. Útiles para el trabajo, sí; pero también para el ocio.
Accesorios y ‘pequeño lujo’. El impulso del «capricho asequible» persiste, pero se diversifica: más marroquinería funcional, cinturones y joyería discreta; en belleza, más cuidado de la piel y menos maquillaje. La barra de labios convive con nuevas fórmulas de placer asequible y ciclos de compra más largos.
La respuesta corta es sí. O, al menos, con la evidencia disponible. ¿Por qué? Los datos no avalan un giro recesivo. La eurozona crece poco, pero crece; España registra tasas de retail sólidas y empleo en comercio al alza. Eso suena a aterrizaje suave más que a contracción.
La moda no anuncia una recesión inminente. Pero, sí certifica un cambio de humor: del maximalismo pospandemia a la serenidad táctica. Un ciclo que habla de confianza contenida, de «menos, pero mejor» y de un consumidor que, entre lo macro y el espejo, se queda con una certeza: cuando el mundo ruge, el armario pide Mocha Mousse.
Sara MartíCoordinadora editorial. Graduada en Periodismo por la Universidad Jaume I, estoy especializada en contenido web y ediciones digitales por el Máster en Letras Digitales de la Universidad Complutense de Madrid. Mi experiencia en el mundo de la comunicación abarca desde el institucional hasta agencias y medios de comunicación. Al día de la actualidad empresarial y financiera en Economía 3 desde marzo de 2021.
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