Ingenieros geomáticos reivindican su papel ante la crisis climática
Redacción E3
Dice el economista estadounidense y Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, que en tiempos de incertidumbre, la confianza puede caer más rápido que cualquier otro indicador económico. Aunque esperado, el anuncio de la dimisión del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, abre un escenario de gran incertidumbre -política, pero también económica- en un momento en que las empresas valencianas continúan luchando por recuperarse del impacto de la DANA.
La hoja de ruta anunciada por la Generalitat parece clara, pero entre líneas se cuelan demasiadas preguntas. Tras anunciar su dimisión, Carlos Mazón continuaría al frente de la Generalitat en calidad de president en funciones. Tanto él como el Consell mantendrán su actividad ordinaria hasta que se publique en el Boletín Oficial del Estado el nombramiento de la nueva persona que asumirá la Presidencia.
Una vez formalizada este lunes la renuncia ante Les Corts, se pone en marcha el calendario institucional. Ahora, hay un plazo de doce días para que los grupos puedan presentar candidaturas. Concluido ese periodo, se fijará la fecha del pleno de investidura: deberá celebrarse en un margen de entre tres y siete días, tiempo en el que los partidos tratarán de cerrar los apoyos necesarios para sacar adelante el nuevo candidato.
Si, pese a ello, transcurren dos meses desde la primera votación de investidura sin que nadie logre ser elegido, o si ni siquiera se presentara un candidato dentro de los plazos legales, el desenlace sería automático: se disolverían Les Corts y la ciudadanía valenciana sería llamada de nuevo a las urnas en unas elecciones autonómicas. Un escenario que se traduciría en todavía más incertidumbre económica.
En este contexto, la Cámara de Comercio de la Comunitat Valenciana ha optado por un tono institucional y prudente. Las Cámaras aseguran que respetan la decisión tomada por Mazón y agradecen «la colaboración institucional y la labor desarrollada durante su mandato».
Recuerdan que su Gobierno ha impulsado medidas orientadas a reforzar la competitividad del tejido empresarial, favorecer la inversión y reducir las cargas administrativas y burocráticas, como la reducción de la presión fiscal sobre empresas y familias, la simplificación de trámites o la atracción de nuevas inversiones al territorio, además de «la voluntad de mantener un diálogo constante con los agentes económicos y sociales».
Sin embargo, tras ese reconocimiento implícito a la gestión económica, el mensaje de fondo apunta a la preocupación por el día después. Las Cámaras de la Comunitat subrayan que confían en que se produzca una transición que garantice una senda de diálogo, estabilidad y apoyo al desarrollo económico y social «en beneficio de la Comunitat Valenciana y de su tejido productivo».
La apelación a la estabilidad no es casual: cualquier bloqueo político, una investidura fallida o el adelanto electoral añadirían nuevas capas de incertidumbre para las empresas, justo cuando más necesitan previsibilidad para invertir y planificar.
En la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) guardan silencio. La patronal ha declinado hacer valoraciones sobre la dimisión del presidente Mazón, ahora que se encuentra en la recta final de su proceso electoral, cuya asamblea se celebrará el jueves 6 de noviembre.
No obstante, quien sí ha hecho declaraciones es Vicente Lafuente Martínez, actual presidente de la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval) y único candidato para relevar a Salvador Navarro al frente de la CEV. En un acto de Femeval que ha tenido lugar este lunes por la mañana, Lafuente ha apelado a los políticos a «tener altura de miras» y a sacar adelante unos presupuestos. «Es importante que el gobierno valenciano no pare, sea quien sea, pongan a quien pongan; lo que sí que necesitamos es que la actividad continúe», ha resaltado.
A su juicio, lo más importante es que haya «una administración estable, que haya un gobierno que funcione». «No voy a entrar en valoraciones políticas porque no toca; simplemente decir que sean conscientes los partidos políticos de que no pare la sociedad, que no pare la economía», ha añadido.
Sobre si la dimisión de Mazón traerá más estabilidad económica, ha considerado que «es pronto» para hacer esa valoración. En este punto, de nuevo, ha insistido en que «lo que necesita la economía y necesita la sociedad es estabilidad, tranquilidad y que no haya polarización política».
Desde un terreno más pegado al día a día empresarial, la presidenta de la Federación de Polígonos Empresariales de la Comunitat Valenciana (Fepeval), Patricia Muñoz, pone palabras al temor que sobrevuela muchas áreas industriales: que la crisis política acabe traduciéndose en parálisis administrativa.
«La incertidumbre nunca es buena en el mundo empresarial, ni en general y mucho menos de dónde venimos», advierte en conversación con este medio. Muñoz evita entrar en valoraciones políticas, pero lanza una petición clara: «Solicitaríamos que todos los proyectos que están ya en marcha y todos los que se tenían que empezar a poner en marcha no se frenen ni se queden bloqueados por esta situación». Y subraya la idea de fondo: «Que un impás político no frene todo lo que a nivel técnico se está haciendo».
Para Fepeval, el escenario se vuelve especialmente delicado si la crisis de Govern desemboca finalmente en elecciones anticipadas. «Es complicadísima la situación porque nunca sabes si el que está hoy en la silla la semana que viene va a continuar o no», resume. En ese contexto, Muñoz recuerda que convocar comicios supondría arriesgarse a tener que parar expedientes y volver a arrancar desde cero.
«Si realmente hubiera que paralizarlo todo y volver a empezar, sería una muy mala noticia», alerta Muñoz. No tanto porque se deshaga el trabajo de las empresas —«el trabajo de las empresas está ahí»—, sino porque «hay muchos proyectos y muchas propuestas planteadas que se deberían empezar a acometer» y se verían empujados hacia atrás.
Lo que más preocupa a Fepeval es el posible «impás», un paréntesis que podría alargarse «días, semanas o incluso meses», si se llega a unos comicios en marzo. «Ese volver a pararlo todo no puede ser. No puede ser que el tema político y el ruido mediático vuelva a bloquear el trabajo necesario de los técnicos», concluye.
En la misma línea, aunque con un mensaje más explícito sobre los riesgos para la economía real, el presidente de la Unión Empresarial de la Provincia de Alicante (UEPAL), César Quintanilla, ha pedido que la salida de Mazón no se traduzca en un paréntesis institucional. Reclama que la dimisión no «paralice el esfuerzo que el tejido productivo está realizando día a día» y exige «estabilidad política que permita la recuperación de las zonas afectadas por la DANA en Valencia y el impulso económico del empresariado ante una situación internacional compleja y cambiante».
Quintanilla advierte de que «los objetivos políticos no pueden anteponerse a los intereses de la ciudadanía» y confía en que las decisiones que se tomen «no supongan un bloqueo que merme las posibilidades de desarrollo económico y empresarial» de la Comunitat Valenciana, «un lujo que en estos tiempos no nos podemos dar». A su juicio, los municipios más afectados por la riada y las empresas de esos territorios «no necesitan que la administración autonómica se paralice, sino todo lo contrario, que continúe en marcha ayudando a salir a flote».
El dirigente empresarial subraya que «no son tiempos de fracturas, sino de mirar al futuro con la vista puesta en las personas y en las empresas, como agentes de garantía de progreso socioeconómico».
Por su parte, los principales sindicatos, CCOO PV y UGT PV, subrayan que la salida de Mazón era «imprescindible» y que debería haberse producido tiempo atrás. Ahora, ante el nuevo escenario que se abre, las dos organizaciones sindicales ponen el acento en la reconstrucción en la zona cero, donde todavía queda mucho trabajo por hacer.
Desde UGT han apuntado que la salida de Mazón era «un paso imprescindible para avanzar en la recuperación de la confianza ciudadana y en la estabilidad institucional que la Generalitat había perdido». «La situación que hemos estado viviendo durante estos meses era insostenible», han añadido.
El sindicato ha advertido de que la Comunitat Valenciana afronta «retos económicos y sociales que exigen grandes consensos», por lo que considera que el relevo al frente de la Generalitat debería «contribuir a reducir la tensión política y a sentar las bases para reconstruir los puentes necesarios que nos permitan afrontarlos con garantías», especialmente teniendo en cuenta el proceso de reconstrucción en la zona cero.
Por parte de CCOO PV, la secretaria general, Ana García Alcolea, ha tildado de «inaceptable» la estrategia de salida de Mazón y ha criticado la actuación por parte del Partido Popular.
La secretaria general de CCOO PV ha censurado que, después de un año y con muy pocos avances en la reconstrucción, el PP se queda gobernando «en interinidad» hasta que encuentre una salida con Vox, partido al que ha calificado de «negacionista del cambio climático y con políticas antiambientales».
La responsable sindical ha calificado esta respuesta como «una nueva afronta para las víctimas y la ciudadanía valenciana» y ha descrito la dimisión de Mazón como una iniciativa «descafeinada que poco tiene de solución». Por ello, CCOO PV reclama que se convoquen elecciones anticipadas.
La reacción de Vox no despeja precisamente el horizonte institucional. Al contrario, las palabras de su líder, Santiago Abascal, —«no moveremos pieza hasta que el PP se aclare» y «no vamos a hacer ninguna valoración anticipada»— apuntan a un escenario en el que el socio del Govern se coloca en la banda, a la espera de que los populares resuelvan primero su propio laberinto interno. Sin un interlocutor claro y sin un candidato definido, la Generalitat corre el riesgo de quedar atrapada en una especie de interinidad prolongada, con un Consell en funciones y un socio que, de momento, se limita a mirar.
Ese mensaje se refuerza en Les Corts. El síndic de Vox, José María Llanos, admite abiertamente que no ha habido «ningún contacto» con el PP, que «no se ha hablado de ningún sustituto» y que ni siquiera hay una reunión prevista. Al insistir en que ellos solo hablan de «ideas» y que las «personas quedan en segundo lugar», Vox se reserva la capacidad de bloquear o condicionar cualquier alternativa que planteen los populares. En la práctica, esa posición sitúa la llave de la estabilidad en manos de una formación que, por ahora, no tiene prisa por usarla.
A este tablero se suma un factor clave: la dirección nacional del PP ha forzado la salida de Mazón precisamente para evitar el escenario que más teme, unas elecciones anticipadas en un momento en que las encuestas le son claramente desfavorables. Vox, en cambio, tendría mucho que ganar en unos comicios adelantados y saldría previsiblemente reforzado, por lo que sus incentivos para facilitar una transición rápida y sin ruido serían limitados.
Borja RamírezGraduado en Periodismo por la Universidad de Valencia, está especializado en actualidad internacional y análisis geopolítico por la Universidad Complutense de Madrid. Ha desarrollado su carrera profesional en las ediciones web de cabeceras como Eldiario.es o El País. Desde junio de 2022 es redactor en la edición digital de Economía 3, donde compagina el análisis económico e internacional.
Laura SanfélixGraduada en Periodismo por la Universitat de València, con un máster en Periodismo Político Internacional y otro en Comunicación y Marketing Político. He desarrollado mi trayectoria profesional en medios como Europa Press, así como en el ámbito de las agencias de comunicación. En la actualidad, escribo sobre información económica y empresarial en la web y la revista de Economía 3.
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