La historia de este sevillano de Alcalá de Guadaíra está llena de constancia y tenacidad, es la historia de éxito de aquel que sabe que no hay que tirar la toalla a la primera de cambio, y que de los errores es mejor percatarse cuanto antes, para no seguir perdiendo dinero.
Rafa Fernández, fundador y CEO de CEMA Baterías, confiesa que empezó como camionero en CEMA Maquinaria, pero que siempre tuvo la inquietud de montar su propio negocio.
Desde entonces y hasta ahora, tras algunos fracasos y un acierto; en solo siete años se ha consolidado como una de las empresas más importantes en el ámbito nacional en la distribución de baterías; la cuarta en el pódium por ventas. Pero sus aspiraciones van más allá y en breve explotará una de las mayores instalaciones de almacenaje de baterías de toda la península Ibérica.
Hablamos con él de esta peculiar historia de emprendimiento.
– Siempre supiste que acabarías montando tu propio negocio… ¿Cómo fueron los inicios?
– Exacto, yo trabajaba en una empresa de maquinaria conduciendo el camión, pero desde hacía incluso años tenía la inquietud de montar mi propio negocio; no tenía claro ni de qué; ni por qué tenía esa inquietud, pero interiormente sabía que mi camino pasaba por emprender. Pronto me di cuenta de que sin dinero es muy difícil arrancar un proyecto; y aunque inicié algunos proyectos, las cosas no funcionaron del todo bien.
Un día vi un posible negocio que me convenció, se trataba de unas máquinas que regeneraban baterías, eran capaces de darle una segunda vida… Yo no tenía ni idea, pero ni idea de baterías, pero me pareció muy novedosa esa tecnología que venía de Estados Unidos. El problema una vez más era el capital, yo no tenía suficiente dinero, con lo cual le presenté el proyecto a los que eran mis jefes y decidieron apoyarlo, conmigo al frente.
Tras el primer año de vida, vimos que el negocio iba muy mal económicamente, la tecnología no funcionaba como esperábamos; era prácticamente imposible darle una segunda vida útil a una batería; y mis jefes deciden cancelar el proyecto.
No obstante, yo había detectado la importante necesidad de baterías que había en todos los mercados; un negocio que iba in crescendo; por lo que, lejos de tirar la toalla les volví a proponer un nuevo negocio, esta vez como distribuidor de baterías y ahora sí formando parte del accionariado de la empresa.
Estaba tan entusiasmado en llevarlo a cabo, que uno de los socios enseguida me dijo que sí; y en 2014 arrancamos el proyecto.
Desde entonces hemos crecido tanto que nos hemos posicionado como uno de los players más importantes del mercado nacional, con un equipo de unas 25 personas.
– ¿Es un sector con gran demanda?
– Por supuesto, cualquier avance que conozcamos tiende a tener una batería, en todos los campos, desde movilidad, hasta NNTT, placas solares, ropa inteligente…. El futuro está en la acumulación de energía.
– ¿Qué gama de producto abarca CEMA Baterías?
– Principalmente distribuimos baterías para vehículos (coches, camiones, motocicletas…), también para sillas de ruedas, pequeños vehículos eléctricos, patinetes…
Un sector donde también estamos muy bien posicionados es en las plataformas y maquinaría de elevación; y en las carretillas elevadoras (muy utilizadas en los centros logísticos).
También suministramos baterías para barcos o baterías que son capaces de procurar dos horas de autonomía en hospitales por si se fuera la luz; batería para instalaciones de energía solar, etc.
Nuestra intención es seguir creciendo en productos y en mercados.
– ¿Y cuál es la foto actual de la empresa?
– Tenemos acuerdos con fabricantes de varios continentes. Actualmente exportamos baterías a 12 países, entre ellos de Sudamérica, África y gran parte de Europa y tenemos presencia, tanto en España como en Portugal.
– Sois distribuidores, pero ¿habéis pensado en fabricar?
– No, aunque parezca una locura los fabricantes de baterías no tienen una red de distribución propia; llegan a acuerdos con grandes distribuidores como nosotros.
Pero es cierto que, en nuestro caso, tenemos una política de marcas propias registradas; que, aunque no las fabricamos directamente, acordamos con un fabricante todas sus características. Le decimos queremos este producto, con estas características técnicas bajo esta marca y él nos entrega el producto acabado.
Además, ahora estamos creando marcas para nuestros clientes. Un cliente que consume gran cantidad de baterías nos puede demandar que le hagamos un registro y diseño de marca, además de su propia página web… y nosotros les suministramos el producto bajo dicha marca.
-¿Qué clientes están demandando más este servicio?
– Sobre todo, baterías convencionales de coches (vehículos) y en el campo de la energía solar, distribuidores de placas fotovoltaicas que quieren ofrecer también su marca de baterías.
– ¿Por cuota de ventas en qué posición os situáis en el mercado?
– Según nuestras estimaciones por volumen de negocio, somos el cuarto actor en la península Ibérica, porque para desarrollarnos en Portugal adquirimos una empresa lusa.
– ¿Cuántas baterías comercializáis al año?
– El año pasado cerramos con 250.000 baterías vendidas y este año queremos alcanzar entre 300.000 y 310.000 unidades.
– ¿Qué peso tiene el vehículo convencional en las ventas?
– Actualmente, el 75% del volumen de negocio son baterías para vehículos. Pero estamos haciendo un gran esfuerzo por diversificar y que este porcentaje se reduzca, sin perder volumen.
Además, el año pasado vendimos un 14% fuera de España y este año esperamos que la exportación alcance el 24% de la facturación; para en 2023 llegar al 30%.
– En cuanto a baterías de vehículo eléctrico ¿os estáis empezando a posicionar de algún modo…?
– El problema en ese sector es que cada fabricante de vehículo eléctrico fabrica la batería a su medida, con la tecnología que decide y con las dimensiones y potencia que quiere; por lo que no hay una estandarización del mercado y como tal, no existe una venta de reposición porque hay muchísimos modelos distintos.
Para realmente abaratar la batería del vehículo eléctrico tendría que existir una normativa donde se estandarizara el producto. Me imagino que eso pasará; pero hoy por hoy no hay una estandarización del mercado y ningún repositor de batería puede abastecerlo. Lo que perjudica claramente al usuario final. Si el mercado de reposición interviene, la competencia lleva a abaratar los precios.
– ¿Os habéis planteado llegar al cliente final?
– No, nunca; ni siquiera vendemos a un taller. Nuestro nicho son tiendas grandes de recambios que, a su vez, venden a los talleres. La cadena de distribución en baterías en el caso de los vehículos está muy estipulada y en ningún caso queremos romperla.
Nuestro posicionamiento pasa por la internacionalización.
– De ahí el proyecto que tenéis en marcha… Háblanos del centro logístico…
– Estamos hablando de una ambiciosa construcción, un centro logístico enorme con una capacidad inicial de 5.000 pallets. El objetivo es poder suministrar baterías en un espacio corto de tiempo a muchas partes del mundo. Si tienes un producto interesante; disponibilidad; buen precio y un cliente dispuesto a comprarlo, podemos llegar a cualquier parte del mundo. Hace poco hemos aperturado el mercado en Finlandia.
El centro logístico contará en una primera fase con 3.500 m2 construidos, los cuales se destinarán a almacén, oficinas (500 m2) y cinco muelles de carga y descarga. En una segunda fase, contará con 2.000 m2 extras para continuar con la expansión internacional.
– ¿El tema de energía solar lo veis interesante?
– Ahora mismo es un boom, es un mercado con muchísima demanda y proyección. De hecho, acabamos de adquirir una participación en una empresa solar para desarrollarnos en este sentido, porque entendemos que el potencial en los próximos años va a ser muy importante.
– ¿Qué sinergias podrá generar esta empresa con CEMA Baterías?
– Principalmente en el tema de acumuladores y baterías de energía solar, pero obviamente al tomar una participación es porque creemos y pensamos que hay futuro en todo el negocio que representa la empresa: en instalaciones industriales, inversores…, creemos que podemos hacerla crecer. En el mercado, la demanda hoy por hoy va más rápido que los propios fabricantes y distribuidores, que no dan abasto, tal y como estamos comprobando en las últimas ferias a las que asistimos en Alemania, líder mundial en la tecnología.
– ¿Y en cuanto al vehículo eléctrico?
– Creemos sin embargo que va a ir mucho más lento. Según los datos de consultoría que manejan nuestros fabricantes de baterías convencionales, dentro de 20 años tan solo se espera que el VE esté instaurado en un 30% del mercado.
No obstante, nuestra apuesta está en la diversificación del negocio como decía; si ahora mismo un 75% del negocio procede del vehículo; en 3 años tendremos un 60% y dentro de 5 un 30%; pero no porque vayamos a vender menos, seguramente venderemos más baterías de vehículos que actualmente; pero también creceremos mucho más en otros sectores.
Hay tanto terreno donde crecer y evolucionar que estaremos allí donde sea necesario.
– ¿Y en materia de sostenibilidad cómo se tratan las baterías?
En nuestro caso al tratar con producto nuevo, apenas reciclamos baterías que no son útiles; pero en cualquier caso, actuamos como marca la legislación, todas las no útiles las reciclamos. Sus componentes se reciclan al 100%. El plomo es un material 100% reciclable, el plástico, el cobre…, son componentes que tienen muchas vidas.
Ahora mismo en el VE siguen investigando qué tecnologías pueden ser las más adecuadas, porque deben estar hechas de un material que haya en cantidad, y que se pueda reciclar al 100%.