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Covid persistente: ¿Qué es y cómo podemos prevenir esta afección?

El COVID, actualmente, representa una de las pandemias más trágicas de la humanidad. A pesar de lo cual, muchísimas personas pudieron vencer esta enfermedad y recuperar sus vidas. No obstante, hay quienes, tras haber superado el rato amargo, no sienten que sean los mismos al desarrollar algunas actividades anteriormente cotidianas. ¿Qué sucede con el cuerpo? Se debe al llamado COVID persistente y no son alucinaciones. Es una nueva terminología que la ONU está acuñando con estudios médicos para dar explicación a esta afección.

¿Qué es COVID persistente?

Desde la detección por análisis de sangre hasta la remisión, pueden pasar semanas. Sin embargo, en algunas personas los dolores o efectos secundarios, persisten en el tiempo hasta ahora de una forma inexplicable. El COVID persistente, también conocido como COVID prolongado, es una afección o condición de tipo patológica, padecida por individuos previamente infectados con Sars-Cov-II. Y en especial, quienes más resultan afectados son los adultos. Este es el concepto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha redactado para definir esta afección.

Esta condición afecta a quien lo padece, al tener funciones disminuidas a nivel corporal, y pueden persistir durante meses e incluso años. Se detecta a los 3 meses siguientes al diagnóstico inicial de la enfermedad y se cree, según estudios, que afecta al 20% de los pacientes. Lo peor de esta condición, es que puede ocasionar diversas patologías clínicas, comenzando por afectar los pulmones, aunque algunas podrían ser asintomáticas. Por el momento solo se presumen algunas hipótesis de su comportamiento orgánico, según investigaciones apoyadas en pleno por la OMS.

¿Quién puede presentar COVID persistente?

Una de las preguntas más difíciles, pues los organismos reguladores de salud a nivel mundial la han respondido “a medias”. Hasta el momento, solo las personas propensas al COVID persistente o prolongado son aquellas que les ha sido diagnosticado el virus de Sars-Cov-II. Se tiene la certeza que el número de pacientes afectados pueda ser de 10%, subiendo a 15% si lo han padecido gravemente. Además, si en la primera semana del contagio se tiene registro de 5 o más síntomas, es casi seguro que manifestará persistencia de COVID.

En función de los géneros, la prolongación de esta afección es más frecuente en mujeres, con edades entre los 20 y 45 años. Otras personas que pueden presentar persistencia, son los que tienen enfermedades previas diferentes al virus. Las mismas aumentan las probabilidades de aparición de COVID persistente, siendo una de las hipótesis de mayor fuerza. La diabetes mellitus tipo II, el asma y la obesidad son algunos de los factores que han sido directamente relacionados con la afección persistente.

¿Por qué aparece esta enfermedad?

Por el momento, no existe certeza de por qué en algunas personas se prolonga esta enfermedad y en otras no. Y esto es, en parte, porque no existen indicadores analíticos previos para detectarlo. Algunos estudios en diversos pacientes han establecido diferentes hipótesis para responder el por qué de su aparición. Han sido tomados como referencia por diferentes sociedades médicas en el mundo para tratar a personas que manifiestan COVID prolongado. Una de las primeras hipótesis es que se desarrollan anticuerpos que alteran el sistema inmune para combatir la enfermedad.

Otra importante es que el virus permanece en el organismo y se activa posteriormente. Existen algunos estudios, enfocados en restos del ARN del COVID disuelto en el torrente sanguíneo, que son alertas tempranas. Esta hipótesis cobra fuerza porque su activación posterior provoca infección de tipo latente, o en el peor de los casos, crónica. También está el caso que el virus provoque un proceso inflamatorio severo. Por tanto, el proceso de recuperación es tardío, ya que el cuerpo genera de forma retrasada una respuesta inmunitaria.

¿Cuáles son sus principales signos o síntomas?

Una persona que ha sido afectada por el COVID prolongado, mantiene una evolución constante de diversos síntomas. De acuerdo con recientes estudios en pacientes afectados, la astenia o cansancio crónico es el más frecuente. Dificulta al paciente para subir escaleras, nadar o simplemente caminar de forma relajada. También hay otros síntomas como malestar general, problemas para concentrarse o fallas de memoria, trastornos del sueño, dolores articulares, mareos, tos y fiebre. Inclusive, esta afección puede comprometer el estado de ánimo de las personas.

De acuerdo con los estudios médicos realizados a la fecha, el COVID persistente afecta sistemas corporales específicos. El más afectado por esta enfermedad, en su diagnóstico previo y luego en el prolongado, es el sistema respiratorio (principalmente los pulmones). Seguidamente, el sistema nervioso central, encargado de la movilidad y sensibilidad general. Otro de los sistemas es el neurológico, que coordina en su mayoría los aspectos psíquicos y emocionales. Por último, el sistema digestivo, causando diversas alteraciones que dificultan la calidad de vida del paciente.

¿Cómo prevenir el desarrollo del COVID persistente?

Al igual que los diagnósticos y los síntomas, se están desarrollando protocolos para indicar tanto a médicos como a personas mecanismos de prevención. Incluso se están buscando alternativas y tratamientos para combatir tanto la COVID-19 como su persistencia. No obstante, para los que no han sido infectados, la mejor prevención es seguir los protocolos actuales. En la medida de lo posible, hay que vacunarse para evitar daños severos o hasta la muerte. Los servicios de salud ofrecen jornadas frecuentes de vacunación, las cuales se deben aprovechar.

Asimismo, para quienes ya les dio, mantener activas las medidas higiénicas y sanitarias que han sido la constante durante la pandemia. Todas ellas, en conjunto, han demostrado que son eficaces para el combate del virus. Mantenga distancia de otras personas, evite aglomeraciones y siempre usando mascarilla que proteja nariz y boca. En el hogar, realice una correcta ventilación de los espacios. Lavarse las manos periódicamente y usar sustancias antibacterianas, de preferencia con alcohol (geles antibacterianos). Evite recibir visitas o hacerlas de manera constante, solo en casos de emergencia.

Adicionalmente, se están diseñando protocolos de prevención o de reingreso para todos los trabajadores. En España, se ha actualizado el procedimiento de actuación de los servicios de prevención de riesgos ante la exposición de la COVID. Esta afección afecta varios ámbitos de vida, tanto personales como laborales. El más fundamental es la valoración de reingreso por parte del servicio preventivo. La finalidad es saber si se requiere adaptar el puesto de trabajo en función de limitaciones (si existiesen), evitando perjudicar o agravar la salud del trabajador.

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