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El corazón de la Ruta de la Seda: un viaje por el interior de Asia central

El corazón de Asia Central sigue siendo un gran desconocido para los viajeros españoles, poco explorado y difícil de situar en el mapa para muchos

El corazón de la Ruta de la Seda: un viaje por el interior de Asia central
Publicado a 05/07/2025 19:25

El corazón de Asia Central es un lugar poco conocido para los viajeros españoles, que apenas lo han frecuentado y que nos cuesta enormemente ubicar: Kazajistán, Uzbekistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán, Azerbaiyán, Afganistán, Pakistán… Bueno, tal vez algún país sí que sea más fácil de localizar, pero no precisamente por las buenas noticias. Sin embargo, algunos de estos territorios ya impresionaron a Marco Polo o al propio Alejandro Magno.

Alejémonos de algunas malas noticias que lo distorsionan todo y adentrémonos en un territorio sorprendente, sacado de Las mil y una noches, con bazares infinitos donde perderse, seductores y amables, y con una historia inmensamente rica. Por aquí ya transitaban los antiguos comerciantes de la Ruta de la Seda, y encontraban hospitalidad, descanso y refugio.

Uzbekistán es fascinante, me sorprende la belleza de su arquitectura. El país ha actuado como centro de culturas en toda la zona, con una tradición que supera los 2.000 años y donde empieza a escribirse la historia de la Ruta de la Seda. Bujará ha sido, sin lugar a dudas, el mayor asentamiento en medio del desierto. A esta ciudad llegaban las caravanas de comerciantes. En esta población se respira esa historia: el poso de más de 2.500 años, fruto de la mezcla de civilizaciones. Es un lugar apacible, sereno e ideal para recorrerlo e impregnarse de su esencia.

Ya en el siglo IX, era uno de los principales centros islámicos y culturales más relevantes de Asia Central, y eso ha marcado el carácter de sus construcciones y su idiosincrasia cultural, que todavía hoy podemos disfrutar. Basta con visitar El Arca, una fortaleza del siglo V que albergaba lo que, esencialmente, era una ciudad. Ha perdurado a lo largo de la historia hasta nuestros días, pese a haber sido destruida y reconstruida tras múltiples ataques, y hoy es un lugar de visita obligada. Dentro de sus muros, que varían en altura entre los 16 y 20 metros, encontramos callejuelas, museos, mezquitas… una auténtica maravilla.

Samarcanda, una de las ciudades habitadas más antiguas

La otra ciudad que me enamora es Samarcanda. Su desarrollo y apogeo se deben, precisamente, a su ubicación en la Ruta de la Seda. Es una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo. Aquí se fundó, en el año 751, la primera fábrica de papel del mundo islámico, que más tarde llegaría a Europa. El corazón de la ciudad —y también de la Ruta de la Seda— es la Plaza del Registán.

Un lugar mágico es el mausoleo Gur-e-Amir, dedicado y construido para el gran conquistador de Asia Central. Su belleza estética y la perfecta armonía con el entorno lo convierten en una joya arquitectónica. Otra maravilla es la necrópolis de Shah-i-Zinda, un conjunto impresionante de 18 mausoleos. ¡Enorme! Hay que recorrerlo con serenidad y deleitarse, sumergiéndose en la exquisita arquitectura persa.

Y para detener el tiempo: Jiva. Es la ciudad medieval mejor conservada de Asia Central, situada en pleno desierto de Corasmia. Hay que adentrarse en la ciudadela de Ichan Kala, completamente amurallada. Esta era la última parada antes de internarse en Irán. Al cruzar sus puertas, se entiende por qué ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad.

Sus hermosos palacios, la posibilidad de visitar un harén —imprescindible el del Palacio de Tosh-Kovli—, la belleza de su decoración, los minaretes o mezquitas como la de Juma, con más de 200 columnas de madera que lo sostienen todo, labradas y talladas en distintas épocas… hacen de Jiva un lugar verdaderamente único.

Belleza arquitectónica y mercancías coloridas

Y para sentir la importancia de la Ruta de la Seda tenemos que visitar Caravanseral, el edificio donde se alojaban los comerciantes, guardaban sus monturas y se preparaban para emprender el apasionante viaje a través del desierto. Es fácil, al encontrarse en él, revivir lo que debía de ser la vida en este espacio hace siglos, donde mercaderes textiles estuvieron uniendo Asia y Europa durante siglos.

Y seguro que a la entrada o a la salida pasaréis por Tashkent. Aquí se encuentra el bazar de «Ezqui Juva», más conocido como «Chor-su» (cuatro caminos), uno de los bazares más antiguos de toda Asia central. Tiene dos rasgos, desde mi punto de vista, que son claves: la belleza arquitectónica y el colorido de su mercancía. Y entre la amalgama de productos, especies, tejidos… hay una zona de comida preparada en la que es inevitable no parar y probar.

Es el momento de hacer un alto (desde brochetas especiadas hasta pilaf uzbeko). Y luego, dedícale tiempo a las compras y a regatear. ¡Aquí es un verdadero arte!

Firma
Fotografía de Juan Manuel BaixauliJuan Manuel BaixauliSoy licenciado en Psicología por la Universidad de Valencia y amplié mi formación en gestión empresarial en el IE. Empecé mi carrera empresarial a los 22 años y actualmente soy presidente del Grupo Gheisa y fundador de Consultia Business Travel, con más de 35 años de experiencia en la industria turística. He sido profesor en varias universidades y soy presidente de Honor del Club de Innovación de la Comunidad Valenciana. A lo largo de mi carrera, he recibido premios como el Premio Nacional Emprendedor (2002) y el de Mejor Trayectoria Profesional (2015). También soy formador, conferenciante, mentor de proyectos y miembro del grupo de empresarios AVE.
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