Los clientes difíciles son nuestro día a día, por lo que lo mejor es conocerlos y saber cómo tratarlos para que la relación sea lo más cordial posible. Hoy te ayudamos a identificar los 6 tipos de clientes difíciles más comunes y te damos algunas pautas para que los puedas gestionar mejor.
El cliente agresivo
Podemos encontrarnos con personas que tienen un tono de voz agresivo y utilizan palabras ofensivas hacia nosotros. En estos casos debemos conservar la calma, aunque sea complicado y actuar con educación y respeto. Nuestro tono de voz debe ser bajo y pausado. Deja que hable y que exprese su opinión y no le discutas porque muchas veces lo que buscan es el conflicto.
El cliente que duda
Hay clientes que te plantean muchas dudas, que les explicas las cosas en repetidas ocasiones y no les queda claro y siguen preguntando lo mismo. Con este tipo de clientes hay que armarse de paciencia e intentar evitar las llamadas y los emails y apostar por el cara a cara para generar confianza poco a poco y que se disipen las dudas y la desconfianza.
El cliente súper exigente
Es un tipo de cliente que siempre sabe lo que quiere y nada es lo suficientemente bueno para él. Solo desea respuestas exactas a las dudas que plantea. En estos casos debemos evitar irnos por las ramas y hablar demasiado, hay que ser muy concreto y dar soluciones determinadas y enfocadas a los problemas del cliente.
El cliente nervioso
Es un cliente que habla muy rápido, no se concentra, cambia de opinión, nos dice que sí y luego a los dos minutos dice que no. En estos casos debes transmitir calma y sonreír. Cuando te haga preguntas responde de forma concreta y breve y si se decide a comprarte tu producto o servicio actúa con rapidez.
El cliente que lo sabe todo
Este cliente muestra desconfianza hacia nosotros, pone en duda nuestros conocimientos, experiencia y habilidades. Se piensa que lo sabe todo y no se deja aconsejar. Si en algún punto se equivoca, con educación y respeto muéstraselo, manteniendo siempre un tono calmado. Te pondrá a prueba y debes estar atento y tomártelo con buen humor.
El cliente invasor
Es un cliente que te llama a la hora de la comida, un sábado, cuando sabe que estas de vacaciones o un día a las once de la noche. No tiene límites y te impone que estés siempre a su servicio. En estos casos claramente hay que poner límites y establecer unas pautas de trabajo para que la relación sea duradera y fructífera.
Afrontar a clientes difíciles es algo que aprenderemos con la experiencia y con el tiempo sabremos cómo tratar a cada persona en función de sus cualidades.