Las Cuatro 2017, el rosado de Chozas Carrascal
Hoy reivindicamos el vino rosado, con un rosé serio y vinoso. No es habitual que los rosados ocupen las líneas que la prensa dedica a la crítica de vinos. En este caso, el vino Las Cuatro 2017, de Chozas Carrascal, una bodega “joven” (la familia López Peidro adquirió la finca en San Antonio (Requena) en 1990 y no vinificó hasta 2003), que ya ha alcanzado el estatus de Vino de Pago (2012).
Estamos, por tanto, ante un vino singular (y ecológico), que nace en tierra de rosados (la comarca Requena-Utiel), y en cuyo coupage bailan dos variedades autóctonas, como la Tempranillo y la Garnacha, con otras dos de acento más afrancesado, la Syrah y la Merlot. De ahí su nombre: Las Cuatro. Lo firma Julián López Peidro, segunda generación de la bodega.
Cada variedad se vendimia por separado. Los mostos maceran junto a sus hollejos un breve espacio de tiempo (entre 7 y 10 horas), bajo estricto control de temperatura (10º C), para extraer lo justo, tanto de color como de otros compuestos que pudieran aportar astringencia al vino. Luego se decide el coupage de los cuatro mostos, que fermentarán con levaduras autóctonas en depósitos de acero inoxidable, para pasar luego un mes en barrica.
Si hemos reseñado que no es habitual ver críticas de rosados en prensa, menos lo es de añadas diferentes a la que esté en curso. Sin embargo, hoy abordamos un rosé con más de dos años. Tiene argumentos para ello ya desde su packaging, que protege su color y se asemeja más a una presentación de tinto.
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