E. Maran: «Si sustituimos la creatividad humana con IA, el saber será plano»

Elena Maran, Chief AI Risk Officer y responsable de Modulos, es una de las voces europeas más influyentes en gobernanza de inteligencia artificial. Desde su participación en el comité europeo CEN-CENELEC JTC 21 y su papel como asesora en el Sandbox de IA del Ministerio para la Transformación Digital, Maran defiende una visión clara: la regulación no frena la innovación, la hace más sostenible y ética. En esta entrevista, aborda los retos de la gobernanza tecnológica, las diferencias entre España y Suiza y el papel de la responsabilidad social en el desarrollo de la IA.

– Eres una de las voces más reconocidas en Europa en materia de gobernanza de la IA. ¿Cuáles consideras que son los principales retos que enfrentan hoy las empresas a la hora de equilibrar la innovación tecnológica con el cumplimiento regulatorio?

A mi juicio, no creo que exista un conflicto entre la innovación y el cumplimiento regulatorio. Si analizamos las leyes y reglamentos en materia de inteligencia artificial, vemos que el objetivo fundamental de los reguladores es ayudar a que la IA se desarrolle de manera ética y sin dañar los derechos fundamentales. La innovación debe servir al avance de la sociedad, y en ese sentido, el cumplimiento regulatorio es una consecuencia natural de adoptar soluciones tecnológicas sostenibles.

– Con la inminente aplicación del AI Act europeo, ¿crees que una regulación más estricta puede limitar la innovación o, por el contrario, ser una oportunidad para desarrollar una IA más confiable y competitiva a nivel global?

Exactamente. La regulación es una hoja de ruta para innovar de manera ética y responsable. Si empresas, gobiernos y sociedad civil tenemos en cuenta estos principios a la hora de innovar, estaremos impulsando una innovación sostenible que contribuya al progreso social.

Identificación de los riesgos asociados a la IA

– Desde tu rol en Modulos, ¿qué herramientas o metodologías se están implementando para cuantificar y mitigar los riesgos asociados al uso de la IA en entornos empresariales?

Modulos es una compañía suiza dedicada a la gobernanza, el cumplimiento y la gestión del riesgo en IA. Nuestro concepto de gobernanza está centrado precisamente en la gestión de riesgo. Si las compañías identifican los retos y riesgos asociados al uso de la IA en sus negocios, pueden tomar medidas organizativas y técnicas alineadas con sus valores y principios de negocio.

– Asesoras en el sandbox de IA del Ministerio para la Transformación Digital. ¿Qué papel crees que está jugando España en la definición de estándares de gobernanza y ética en IA dentro del contexto europeo?

España ha sido uno de los primeros países europeos en crear un sandbox regulatorio: un espacio donde empresas con experiencia práctica en IA pueden analizar los requisitos del Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial junto a asesores y expertos de la Administración.

Esto permite identificar los principales retos del cumplimiento normativo y trasladar a los responsables de redactar los estándares europeos los problemas reales de las empresas. Participan entre 15 y 20 compañías, y gracias a este proceso España está jugando un papel fundamental en la definición de la gobernanza ética en IA.

Respeto a los principios éticos

– En un contexto en el que la IA se desarrolla a gran velocidad, ¿cómo se puede fomentar una cultura empresarial que impulse la innovación sin perder de vista la responsabilidad social y ética?

Hay que crear un entorno donde los ejecutivos sean conscientes de los riesgos de la IA. Respetar los principios éticos no es solo respetar a la sociedad: también aporta valor a la propia empresa. Si los clientes perciben que los servicios no son éticos o discriminan, dejarán de confiar en ellos. La responsabilidad ética se convierte así en una ventaja competitiva, no en un freno a la innovación.

– Como una de las 100 mujeres más influyentes en IA en Suiza, ¿qué barreras deben superarse para lograr una mayor presencia femenina en áreas tecnológicas y de liderazgo?

La iniciativa lanzada en Suiza para visibilizar a las 100 mujeres más influyentes en IA, impulsada por el Instituto Federal de Tecnología, ha sido muy positiva. Las mujeres están presentes en tecnología, pero muchas veces son invisibles. Dar visibilidad a su trabajo es clave. Aun así, queda mucho por hacer para conciliar familia y carrera profesional, tanto en Suiza como en otros países europeos.

Mujeres empoderadas

– ¿Hay muchas diferencias en cuanto a desigualdad entre mujeres en España y Suiza?

En España veo muchas mujeres empoderadas y en puestos de liderazgo, tanto en la empresa como en la Administración. Esto se ha logrado gracias a políticas públicas que facilitan su presencia. En Suiza, aunque existen iniciativas privadas, aún falta impulso político para avanzar en igualdad.

– Habiendo trabajado en entornos tan distintos como España y Suiza, ¿qué diferencias observas en materia de gobernanza tecnológica, talento y liderazgo femenino?

España, al formar parte de la UE, vincula su gobernanza a la normativa europea de IA. Suiza, aunque no tiene una ley federal de IA, se está alineando con Europa, pero desde un enfoque más pragmático: primero crea entornos de trabajo y después define reglas por sectores. Por ejemplo, en el sistema financiero suizo se está regulando específicamente el uso de IA en bancos y seguros.
En Europa deberíamos fomentar más la cooperación entre sectores para desarrollar reglamentos específicos que acompañen a la ley general de IA.

– Mirando al futuro, ¿cómo imaginas la evolución de la gobernanza de la IA en los próximos años? ¿Qué papel deberían jugar las empresas, los gobiernos y la sociedad civil en este proceso?

Muchas grandes empresas están invirtiendo en IA sin saber si esas inversiones aportan valor real. El 85% de los proyectos no se ha implementado todavía. Se están gastando recursos que podrían destinarse a mantener empleos.

Estamos viendo despidos masivos, como el anunciado por Amazon, y corremos el riesgo de crear una burbuja tecnológica. Si sustituimos a los humanos -los creadores de los datos- por máquinas, dentro de 30 años tendremos un conocimiento plano.

La IA puede aportar mucho, pero solo si se desarrolla con responsabilidad. Las leyes no deben verse como un freno, sino como una guía para dirigir la tecnología en beneficio de la sociedad.