La venta online y el top manta cuestan 327 M€ al lujo al año solo en España
Las falsificaciones de productos de lujo generan pérdidas anuales de 327M€ en España. Sus consecuencias van mucho más allá del bolsillo. Detrás del top manta y la venta online son una amenaza directa a la reputación de las marcas que invierten millones en innovación y exclusividad

Según la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) y otros medios oficiales las pérdidas por falsificaciones de productos de lujo como joyas, relojes, bolsos y maletas, entre otros se valoran en torno a 327 millones de euros al año solo en España.
Pero, además de las pérdidas de ingresos, las marcas sufren pérdidas reputacionales o de imagen de marca. Se cree que el efecto ‘top manta’ o las falsificaciones son solo una cuestión legal. Sin embargo, tiene una mayor trascendencia.
Las falsificaciones, -puntualiza Carlos Riesco, abogado experto en Propiedad Intelectual y fundador de Rielos Abogados– provocan una serie de consecuencias negativas, que van más allá de las pérdidas económicas como «la pérdida de la exclusividad, ya que si se ponen esos productos a disposición del consumidor a precios infinitamente inferiores, conseguimos que esas marcas pierdan esa cualidad de únicas».
Consecuencias reputacionales
Otra consecuencia negativa que apunta Riesco es el daño a la imagen y a la reputación de la marca, «ya que esta tiene unos estándares de calidad determinados, se dirige a un perfil económico concreto e invierten cantidades ingentes de euros en reputación y en marketing para enaltecer y visibilizar sus valores».
Riesco reconoce, que desde el punto de vista visual, el producto falsificado suele ser muy similar al original «lo que repercute directamente en la imagen y en la reputación de la marca».
Otra consecuencia negativa que señala el experto en Propiedad Intelectual es el aprovechamiento indebido del renombre de la marca y de su reputación. «Estas marcas de lujo invierten mucho dinero en diseño, innovación, desarrollo, marketing, controles de calidad… mientras que las falsificaciones no invierten ni un 10% lo que repercute directamente en el precio y la calidad del producto».
Las falsificaciones no solo son una cuestión legal
El fundador de Rielos Abogados advierte que las falsificaciones de los productos de lujo tienen otras implicaciones, además de las legales y las económicas, como son la social e incluso la salud.
El consumidor no repara en los problemas que puede acarrearle a su salud un producto falsificado, «que puede ser por desconocimiento o por falta de concienciación», aclara Carlos Riesco.
«Los productos no solo son relojes o bolsos, sino que pueden ser gafas de sol e incluso productos farmacéuticos, juguetes infantiles…», especifica. En su opinión, «no existe esa conciencia social del peligro que puede ocasionar un producto falsificado a la salud del consumidor».
En cuanto a los aspectos sociales, «no se concibe la piratería como algo realmente delictivo», matiza Riesco. «Incluso se tiene una conciencia, de que puede ser inocente, pasar por un zona turística de España y comprarle al top manta una camiseta de fútbol o un bolso».
Carlos Riesco advierte que generalmente, «detrás de las falsificaciones suele haber organizaciones criminales, mafias, explotación de personas y que va mucho más allá del mero hecho de comprar una camiseta de fútbol por 20 euros. Con lo cual, creemos que es un problema importante y de fondo».
¿Cómo se protegen las marcas?
Las grandes marcas deben estar registradas en aquellos países en los que opera, aconsejan desde Rielos Abogados, ya «que es lo que va a permitir presentar acciones contra terceros por cualquier tipo de infracción, con independencia de haya particulares o incluso empresas que han registrado marcas muy similares a grandes marcas de lujo o equipos de fútbol con renombre internacional para aprovecharse de esa marca», matiza Riesco.
Un segundo paso sería la vigilancia activa a través de una serie de sistemas y de herramientas para controlar que nadie pueda solicitar una marca asignada a la suya y, además vigilar plataformas y ecommerce por los que se pone a disposición del consumidor productos falsificados.
«El top manta es a día de hoy, -recalca Riesco- una forma más tradicional de falsificación. Pero, por desgracia, la aparición de internet, redes sociales, plataformas… ha evolucionado de forma que, si antiguamente, para vender productos falsificados se importaba un contenedor de su país de origen llenos de productos clasificados. A día de hoy, las falsificaciones son a la carta. El consumidor acude a un ecommerce donde expone productos clasificados y ya no asume el riesgo de importar los productos y que se quede en la aduana».
Riesco también considera importante que las grandes marcas actúen contra la falsificación.
En el caso del top manta se llevan a cabo incautaciones a la persona por parte de la Policía o porque estos llevan a cabo una investigación más profunda e intervienen en naves industriales.
Cuando se lleva a cabo una operación de esta categoría, la autoridad pertinente comunica a la marca la incautación que se ha llevado a cabo. Es en este punto, cuando la marca tiene la posibilidad de actuar y presentar acciones legales. «Nosotros les recomendamos que luchen contra ello, aunque el volumen de producto incautado no sea muy elevado, ya que sienta un precedente», asegura el experto en Propiedad Intelectual.
Especifica que «la realidad es que todo aquel que quiere proteger su marca y sus productos tiene que invertir en esa protección».
Otra opción que expresa Carlos Riesco es que la propia marca detecte que hay ciertas páginas en internet que comercializan su producto. «Una de nuestras recomendaciones para acabar con estas prácticas pasa por llevar a cabo ataques directos al sitio web para que este no pueda mostrar los productos».
¿De dónde vienen las falsificaciones?
Uno de los principales problemas con los que se encuentran las autoridades es que no saben su procedencia. «En muchas ocasiones, -explica Riesco- las falsificaciones se producen en países donde es materialmente imposible dar con ellas, bien porque utilizan herramientas para ocultarse, bien porque son países donde no existe ningún tipo de colaboración internacional. Por tanto, las autoridades españolas o europeas no tienen potestad para llevar a cabo ninguna acción». Este sería uno de los principales problemas con los que se encuentra la marca de lujo es saber qué empresa está fabricando la falsificación.
Mientras que cuando la agencia tributaria detecta un contenedor se intenta investigar cuál es el origen y el destinatario y cuando no se puede controlar «se procura poner barreras para que dichos productos no entren en la Unión Europea. ¿Cómo? Mediante la colaboración entre las aduanas, las marcas e instituciones públicas», destaca Riesco.
El mal de la venta online
El comercio online, las redes sociales… facilitan la venta de producto al consumidor a golpe de clic.
En este punto encontramos dos vertientes, el consumidor que sabe que esta comprando un producto falsificado y aquel que es víctima de fraude y piensa que ha comprado un producto original. En internet hay muchas web que tienen una apariencia similar a la real, incluso con dominios similares a los de las marcas. ¿Cómo se puede detectar? A través del precio o si tiene o no Aviso Legal o quién es la empresa responsable de gestionar la página web.
El reto de la IA en la normativa
La Ley de Marcas fue reformada en 2019 para adaptarse a la legislación europea. Riesco la califica como «buena» pero tiene una serie de retos a los que hacer frente como la aparición de la inteligencia artificial.
Por otra parte y a la hora de registrar una marca, las instituciones encargadas de esta función «no deniegan nuevas marcas que puedan infringir derechos de terceros». En este caso, debe ser la marca la que debe estar vigilante. «Esta es una de las principales debilidades que tiene nuestro sistema registral», asevera Carlos Riesco.
Algunos datos
A pesar de todo, el comercio de productos y servicios de lujo en Europa genera 985.000 millones de euros al año, representa el 5% del PIB de la Unión Europea y concentra el 70% de la cuota del mercado mundial.
Así se recoge en un informe elaborado por Bain & Company para la Alianza de las Industrias Culturales y Creativas Europeas (ECCIA), difundido por Círculo Fortuny, su único miembro en España, en el que también se detalla que el sector protagoniza el 11,5% de las exportaciones europeas.