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Los castillos de España, de patitos feos a símbolos de identidad rural

Hasta hace unos años, los castillos eran el ‘patito feo’ del patrimonio arquitectónico español. Actualmente, los más de 10.000 que han inventariado desde la Asociación de Amigos de los Castillos están adquiriendo un mayor valor gracias a las series y películas de televisión. De hecho, es el monumento más visible y más reconocible de la España rural junto con las iglesias

Los castillos de España, de patitos feos a símbolos de identidad rural
Publicado a 17/06/2025 18:15 | Actualizado a 17/06/2025 18:22

En España hay más de 10.000 castillos inventariados, pero no están todos porque este «tipo de patrimonio nunca se puede dar por concluido teniendo en cuenta que siempre aparece alguna torre», aclara Pablo Schnell, gerente de la Asociación de Amigos de los Castillos.

Los castillos son arquitectura defensiva «con lo cual incluye torres, castillos, murallas, fuertes…», especifica.

Por ello, cuando se llevan a cabo investigaciones y se encuentran restos arqueológicos de este tipo de arquitectura en alguna localidad la cifra «puede irse desde los 15.000 a los 20.000 fácilmente», matiza.

Girona, Jaén y Alicante son las provincias españolas donde más castillos tienen documentados desde la asociación.

Patito feo del patrimonio

Además, si incluyéramos toda la arquitectura defensiva del siglo XX correspondiente a la fortificación de la Guerra Civil y de las fronteras «serían muchísimos más», aclara.

«Los castillos, hasta no hace no muchos años, eran el patito feo del patrimonio español», reconoce Schnell. Gracias a las series de televisión y a las películas «se han puesto de moda y la gente los busca y los demanda».

Anteriormente, la gente quería ver monasterios, palacios, iglesias, etc., «pero no quería ver castillos porque eran una ruina sosa», opina. De hecho, recuerda, «no hace tantos años se dinamitaban porque eran peligrosos para el pueblo que había debajo».

Mal conservados

En cuanto a su estado de conservación, de esos más de 10.000 «no es bueno», reconoce Schnell. Cuando uno piensa en un castillo se le va la mente al Alcázar de Segovia o a Almodóvar del Río que están conservados. Sin embargo, «la mayor parte de ellos están en un estado ruinoso, porque son muchos, no se usan desde hace cinco siglos, por lo menos, y no han tenido un nuevo uso. No ha ocurrido así con los palacios», explica.

Con lo cual, la mayor parte de los castillos españoles son ruinas o trozos de murallas difíciles de ver en las traseras de las casas de ciertos pueblos porque casi todos los pueblos medievales estaban amurallados. «Ahora vas a muchos municipios y no las ves, pero te encuentras con la calle de la Cava o el paseo de Ronda y resulta que por ahí iba la muralla», resalta el experto.

Castillo de Suera (Castellón)

Castillo de Suera (Castellón)

¿Quiénes son sus propietarios?

Pablo Schnell explica que una parte de los castillos pertenecen a los ministerios, diputaciones o ayuntamientos, otra parte son de particulares y una buena parte de ellos «son bienes de los que no se sabe quién es el dueño», asegura.

Para saberlo, es necesario recurrir al Registro de la Propiedad, pero «nos encontramos con la paradoja de que está inscrita la finca pero no el inmueble». Lo normal es pensar que pertenece al dueño de la finca, pero siempre «puede salir alguien con un título de propiedad de ese castillo».

También se da mucho la situación de que el castillo pertenezca a varios herederos. «Se trata de un patrimonio complicado, pero no lo es más que otros bienes históricos». «Tienen la peculiaridad de que todos ellos son bienes de interés cultural», justifica.

Según el Real Decreto de abril de 1949, el Estado declaró monumentos a todos los castillos, fuera cual fuera su estado de conservación. Posteriormente, la Ley de Patrimonio de 1985, los valida como bienes de interés cultural.

¿Qué hacer con un castillo?

¿Puede el propietario de un castillo rehabilitarlo, convertirlo en un restaurante o una vivienda habitual, casa rural u hotelito con encanto?

El problema con el que se suelen topar, en primer lugar, es que el edificio está en estado de ruina avanzada, progresiva, etc. «El propietario es dueño de una ruina en un estado que incluso puede ser peligroso y además es un bien cultural», confirma el gerente de la Asociación de Amigos de los Castillos.

Al tener esta peculiaridad tiene que cumplir con las leyes existentes. «No se puede actuar como se quiera. Acabar con el castillo ruinoso y construirse un chalé en el solar: no se puede hacer», advierte. «Se puede hacer una vivienda habitual, un hotel… pero siempre y cuando se lo autorice la Comisión de Patrimonio correspondiente de su comunidad autónoma, etc.».

Exento de IBI

La obligación del propietario es restaurarlo de acuerdo a los parámetros que le corresponden a un bien de interés cultural. Por ello, «cuando uno se mete a comprar un castillo tiene que saber lo que hace», avisa. El dueño de dicha propiedad va a tener más capacidad de actuación en otro tipo de inmueble que no sea un castillo.

Pablo Schnell reconoce que España no es un país que se caracterice por los incentivos fiscales que se dan por la rehabilitación de un castillo o del patrimonio en general. El hecho de contar con 17 comunidades autónomas, 41 diputaciones y 8.132 ayuntamientos propicia diferentes normativas. De hecho, –especifica Schnell–, «si se trata de un bien cultural no se paga el IBI, siempre y cuando no se destine a una actividad económica».

castillo-alcazar segovia

Alcázar de Segovia

Por otra parte, los castillos tienen valores históricos, arquitectónicos y «probablemente, el económico sea el menos importante», asegura el experto. Muchos de ellos son «el monumento más visible y más reconocible de los pueblos rurales». Hay que tener en cuenta que la España vaciada «tiene muchos recursos, lo que no tiene son habitantes», especifica.

La sociedad no valora la tranquilidad, «el no vivir agobiado, el tráfico, el ruido…», resalta Schnell. Además tienen mucha arquitectura rural: «pajares, colmenares, fauna, flora… Aunque sí menos habitantes», reitera.

En ese largo catálogo de recursos de los pueblos de la España vaciada «lo más visible es el castillo y la iglesia» y es «lo más llamativo para que la gente lo pueda ver», asegura.

¿Y su valor económico?

Los castillos en España tienen un valor económico como lo tiene cualquier propiedad, «pero no siempre está ligada a su importancia», especifica Schnell. Es decir, «puede darse la paradoja de que un castillo sea muy importante por su relevancia histórica y tener un valor económico muy bajo». Además, «no están tasados y están sujetos al acuerdo al que puedan llegar el propietario y el comprador atendiendo a sus propios intereses. No hay un precio justo», reconoce.

Hace 20 años, a no ser de que el castillo fuera espectacular, «nadie lo quería ni regalado. Ahora mismo, los castillos están de moda y la gente tiende más a comprar y vender. Sin embargo, el típico castillo en ruinas de la España vaciada no te lo van a quitar de las manos», avisa Schnell.

Si se trata de una herencia, lo más frecuente, –asegura Pablo Schnell– «es heredar una parte de un castillo». Suele tratarse del típico castillo que está en el centro del pueblo de unos 250 habitantes de la España vaciada.

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