Las empresas españolas ganan músculo internacional pese a la incertidumbre global
La economía española alcanzó una puntuación de 7,03 sobre 10 en el Índice de Solidez de la Internacionalización (ISI), elaborado por AMEC

La economía española recuperó proyección internacional en 2024, alcanzando una puntuación de 7,03 sobre 10 en el Índice de Solidez de la Internacionalización (ISI). Este indicador, elaborado anualmente por la Asociación para el Impulso de la Industria Internacionalizada (AMEC), evalúa 19 variables que reflejan la capacidad del tejido económico para competir en el exterior.
Durante 2024, el ISI creció un 12,6%, lo que supone el mayor incremento desde que AMEC comenzó a calcular este índice. Esta mejora, que revierte la caída registrada en 2023, pone de manifiesto una fortaleza especialmente valiosa en un contexto global marcado por la incertidumbre, ya que una economía más internacionalizada no solo mejora su competitividad, sino que refuerza su resistencia ante tensiones externas.
Este ascenso se explica, en parte, por la sustancial recuperación de las exportaciones durante 2024. A lo largo del año, el comercio mundial ya mostró señales de reactivación, con un crecimiento del 2% que las empresas españolas supieron aprovechar. «2024 fue el año en que muchas empresas recogieron los frutos de las decisiones tomadas en 2022 y 2023, como la reorganización de cadenas de suministro y la apuesta por mercados alternativos», ha explicado el director general de AMEC, Joan Tristany.
Buenos tiempos para la internacionalización
Más allá de «un viento a favor», Tristany ha destacado que las empresas españolas «han aprendido a navegar con criterio» y «han ganado músculo internacional gracias a su gran capacidad de anticipación y adaptabilidad». Precisamente, esta evolución ha contribuido a que el impacto de la actual guerra arancelaria se mantenga, por ahora, relativamente contenido en nuestro país.
Junto a esta capacidad de adaptación, las empresas españolas se han diversificado geográficamente. Aunque las regiones tradicionales continúan concentrando una parte importante de las exportaciones, se ha intensificado la apuesta por mercados como Asia, África y América Latina. «Las organizaciones que han consolidado su presencia internacional en los últimos años y han diversificado sus mercados y estructuras sufren menos cuando se tambalean las reglas del juego», afirma Tristany.
España, destino preferente para la inversión
Otra cuestión que refuerza la solidez empresarial de la economía española es la contribución positiva tanto de la inversión en el exterior como de la inversión extranjera, que alcanzan los niveles más altos de toda la serie histórica. «Si bien estamos en un contexto de caída de los flujos de inversión internacional en economías tradicionales como Alemania, Francia o Italia, España se consolida como un destino preferente para el capital global frente a la volatilidad de otros mercados», señala el director de AMEC.
El crecimiento del ISI también se mantiene gracias al comportamiento positivo y sostenido de otros indicadores, como el indicador de cuota mundial, que revela que España exporta por encima de lo que le correspondería en proporción a su PIB. Además, el peso de las exportaciones en el PIB se sitúa en un 37%, acercándose al valor considerado ideal del 40%.
Baja el número de empresas exportadoras
Aunque los datos reflejan una tendencia positiva hacia la internacionalización, desde AMEC también se advierte sobre la fuerte disminución en el número de empresas exportadoras españolas en los últimos cuatro años, pasando de más de 235.000 en 2021 a las 132.000 actuales. «Estas cifras deben activar una señal de alerta que impulse la puesta en marcha de políticas para revertir esta tendencia. Es imprescindible reforzar los instrumentos financieros públicos destinados a la internacionalización y avanzar decididamente en la simplificación burocrática», asegura Tristany.
Asimismo, preocupa el estancamiento de ciertos indicadores, como el de exportadores regulares, que ha registrado una caída en 2024 y un descenso continuado en los últimos años.
Además, el indicador de intensidad tecnológica ha tenido un impacto negativo en el ISI 2024. «Es crucial promover la innovación tecnológica y la inversión en sectores de alto valor añadido. Para que la industria internacionalizada española pueda seguir brindando en el futuro estabilidad a nuestra economía debemos garantizar que se trata de una industria y una internacionalización innovadora, que nos asegure seguir poder participando ampliamente en las cadenas de valor globales», agrega el director general de amec.
Otro aspecto que merece especial atención es el indicador de barreras, uno de los elementos del ISI sobre el que las políticas públicas pueden actuar de manera directa. Ante la previsión de una posible disminución en este indicador, desde AMEC califican de «imprescindible» trabajar activamente para evitar que las barreras técnicas, regulatorias o arancelarias continúen siendo un obstáculo permanente para el desarrollo del comercio internacional.