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Rafael Faus (IESE): «El gran error financiero es vivir con el piloto automático»

Rafael Faus (IESE): «El gran error financiero es vivir con el piloto automático»
Publicado a 17/05/2025 8:00 | Actualizado a 19/05/2025 18:08

Rafael Faus es licenciado en Económicas por la UAB, MBA del IESE Business School y European Financial Planner. En la actualidad, es lecturer de Dirección Financiera en el IESE. Faus cuenta con una dilatada experiencia como gerente en la Fundació Bosch Aymerich, controler en el grupo de empresas Bosch Aymerich y financial planner en Bissan Value Investing, además de colaborador académico en el Institut d’Estudis Financers desde hace más de 15 años en las áreas de Planificación Financiera Personal, Fondos de Inversión y Cálculo Financiero.

Ha ejercido como consultor estratégico y como directivo en instituciones financieras, tanto nacionales como internacionales en las áreas de Ventas, Planificación, Gestión de Activos y Gestión de Patrimonios Familiares. Hablamos con él con motivo de su visita a València para ofrecer una sesión a la Comunidad IESE Alumni de Levante, basada en dar un nuevo enfoque a la planificación de la economía familiar y personal analizando los posibles escenarios acordes a la coyuntura actual y dotándoles de las mejores claves para conducir sus finanzas.

Cómo tomar el control de nuestras finanzas personales

– Rafael, en tu sesión guías a los alumni del IESE por un enfoque secuencial para tomar el control de nuestras finanzas personales. ¿Cuál dirías que es el primer paso esencial para alguien que nunca ha planificado formalmente su economía familiar?

Lo primero que tienes que tener claro es qué quieres en la vida y qué esperas de ella. Siempre pongo la anécdota de una cosa que me dijo mi hija. Ante la pregunta de «¿La vida de qué va?», ella me respondió: «Esto no va de tener cosas, va de hacer cosas y hacerlas con gente».

Siempre pregunto a los alumni qué se quieren llevar cuando ya no estén. Pongo el ejemplo de la enfermera de una residencia de enfermos terminales, Bronnie Ware, que empezó a recopilar qué era lo que más repetía la gente en esa situación. Los lamentos que más se repiten son no haber vivido la vida que yo quería, sino la que otros esperaban de mí; haber trabajado demasiado; haber perdido el contacto con mis amigos… Al final, te das cuenta de que hay gente que quiere comprar con dinero cosas que el dinero nunca va a poder comprar. No sería el primer caso de gente millonaria muriendo sola.

Eso sería lo primero. Lo segundo, es quedarte tranquilo a nivel familiar. Desde la parte económica, no invertir en nada sin un fondo de emergencia para imprevistos. ¿Esto qué son? Seis meses de gastos. Si no tienes esto no inviertas para la jubilación, ni para reformas del hogar, ni coches, ni viajes, ni nada. Ya lo vivimos con la pandemia de la covid-19, la gente no tiene ni un mes de reserva y eso es, precisamente, lo que te va a dar la tranquilidad.

Después, si tienes pareja o hijos: haz testamento, establece tutores para los menores de 18 años y poderes por incapacidad sobrevenida. Si a ti te pasara algo, ten muy presente quién quieres que cuide de ti y de tus asuntos sin que tenga que intervenir un juez. También es importante tener un seguro de vida. El mínimo que debería asegurar serían cinco años de tus ingresos netos.

Lo importante aquí es la tranquilidad y para eso tienes que entender muy bien cómo está tu situación familiar. Insisto, antes de ponerte a planificar e invertir tienes qué entender toda esta situación.

Apagar el ‘piloto automático’

– En tu experiencia, ¿cuáles son los errores más comunes que cometemos al gestionar nuestras finanzas del día a día, y cómo podemos evitarlos sin necesidad de convertirnos en expertos financieros?

Dejarnos llevar e ir con el ‘piloto automático’. No se puede hablar de ahorrar a final de mes, sino a principio de mes. Tienes que marcarte un objetivo de ahorro. ¿Qué pasa? Que nos dejamos influenciar mucho por la sociedad en la que estamos: esto me lo merezco, me voy de vacaciones, de escapada de fin de semana, etc.

Yo no digo que la gente no se lo merezca o que no lo tenga que hacer para desconectar, pero siempre todo dentro de sus posibilidades. Vamos viviendo al día y pensando que la situación ya mejorará por sí sola y esto no es así.

Otro de los errores típicos es utilizar la tarjeta de crédito: la ‘destroza presupuestos’ como yo la llamo. Usa mejor la tarjeta de débito. Tenemos que tener tres cuentas corrientes: una con los recibos domiciliados (luz, agua, gas, teléfono, colegios, etc.); otra del día a día (supermercado, ropa, regalos, vacaciones, fin de semana) y una tercera de reserva, en la que depositar el equivalente a seis meses de gasto. La tarjeta de crédito solo puede ser para imprevistos.

– Hablas de «ganar seguridad en nuestra situación económica futura». ¿Qué papel juega la planificación a corto plazo en esa tranquilidad de largo plazo que todos buscamos?

Hay un concepto aquí muy relevante denominado ‘carpeta roja’. Todos deberíamos tener una carpeta física en casa donde tuviéramos guardadas todas las pólizas de seguros, testamentos, designación de tutores, poderes por incapacidad sobrevenida, etc.

Y, además, en esa misma carpeta tener también lo que se llama el balance familiar. Es decir, una relación de qué tienes y qué debes, con qué bancos trabajabas, qué productos tienes, qué inmuebles. Cuando esto lo tienes claro, el siguiente paso es controlar qué entra y qué sale en casa. Esto es el control del presupuesto.

Fíjate que hasta ahora no te he hablado de invertir, ni de rentabilidades, ni de mercados, pero es que la gente se lía con eso. Primero tienes que hacer todo este trabajo interior que te comentaba antes: ¿Estás viviendo la vida que tú quieres? ¿Por qué estás en este trabajo? ¿Te gusta o solo lo haces por ganar un sueldo? Nos metemos en una rueda de trabajo, ingresos y gastos mientras la vida va pasando. Y, oye, esto no vuelve. Hay momentos de la vida de tus hijos, amigos, hermanos o padres que te los vas a perder totalmente.

Tranquilidad, la clave para las finanzas personales

– Muchos profesionales sienten que no tienen tiempo para analizar sus finanzas personales con calma. ¿Qué consejo práctico darías para empezar a dedicar tiempo de calidad a esta tarea sin que parezca otra carga más en la agenda?

Es curioso porque, así como todos tenemos muy claro recurrir a un asesor en temas fiscales, con los temas financieros no ocurre eso. Siempre digo que de finanzas y de fútbol todo el mundo sabe y todo el mundo opina. ¿Qué pasa? Que también todo el mundo intenta hacérselo por su cuenta. También en esta cuestión es importante tener un asesor que te lleve de la mano, te ayude, te proteja y te vaya indicando lo que tienes que hacer.

Creo que esta es una cuestión que viene muy arraigada en nuestra cultura por cómo se han vendido los productos financieros: a través de la banca, en su mayoría.

– En un entorno de inflación, tipos de interés cambiantes y cierta incertidumbre económica, ¿qué factores clave deberíamos considerar hoy para proyectar bien nuestras finanzas personales en los próximos años?

Esto no es tanto de qué van a hacer los mercados o de si estamos o no en una situación de incertidumbre. Esto es cíclico, pasa sí o sí. Para mí, existen tres grandes riesgos.

El primero, no tener dinero para cuando lo necesite, ese es el riesgo real. Me da igual si el dinero sube o baja, mientras yo tenga garantizado que cuando lo necesite lo tendré estaré bien. Eso es lo que yo le llamo el ‘blindaje’. Vamos a invertir sin riesgo. El neto entre ingresos y gastos de los próximos cinco años ya lo tienes guardado, ahora vamos a invertir lo que esté a más de cinco años. Eso es lo primero, con lo cual las oscilaciones en el corto plazo no te afectan porque los próximos cinco ya lo tienes cubiertos.

Segundo riesgo, que lo que yo estoy apartando para más de cinco años que no me cubra la inflación. La rentabilidad que yo le pueda sacar, como mínimo, tendría que batir la inflación neta de impuestos. Con lo cual, yendo sin riesgo a fondos monetarios en la cuenta corriente o con deuda pública española no lo cubro. Tengo que ir a otro tipo de cosas. ¿Cómo se cubre este riesgo? Con una política de inversión. Todo lo que vaya a más de cinco años, puede estar invertido un 80% en renta variable mundial y un 20% en renta fija a corto plazo euro. Con eso vas a batir inflación a largo plazo.

El tercer riesgo es el más potente de todos: no saber gestionar la emoción que genera el dinero. ¿Cómo protegernos de esto? Primero, con la política de inversión que acabamos de comentar y, segundo, con el rebalanceo. Es decir, ajustar periódicamente la distribución de tu cartera de inversiones para que mantenga la proporción original entre los distintos tipos de activos.

Si la mayoría de la gente hiciera esto se ahorrarían muchos problemas. Esto de la inversión es disciplina. Tiene que ser aburrido. Cuanto menos te lo mires mejor.

Comunidad IESE

– Esta sesión está dirigida a los más de 2.200 alumni que conforman la comunidad IESE en la Comunidad Valenciana. ¿Qué significa para ti venir a Valencia a compartir este conocimiento, y qué importancia crees que tiene esta apuesta del IESE por reforzar su presencia en la región con iniciativas como el PDD Valencia 2026?

Creo que es muy bueno. La gente confunde gasto con inversión. Los hijos, por ejemplo, nunca van a ser un gasto, siempre son una inversión. Con la formación pasa lo mismo, nunca te vas a arrepentir.

Todas estas sesiones que hace el PDD del IESE son también una inversión en tu futuro. En este tema concreto de las finanzas personales, hay una incultura en este país muy general. El conocimiento hay que compartirlo. Cuanta más gente lo sepa y lo aplique, mejor estaremos todos.

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