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Valencia podría recuperarse de la DANA en menos de un año, si cumplen las ayudas

Publicado a 29/01/2025 18:22 | Actualizado a 31/01/2025 13:34

La recuperación de la actividad de la provincia de Valencia tras la DANA podría estar más cercana de lo que parecía. Según el informe ‘Situación Comunitat Valenciana. Primer semestre de 2025’, presentado este miércoles por Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico de BBVA Research y por José Manuel Mieres, director de la territorial este de BBVA en España, la reactivación de la actividad y las medidas aprobadas justifican que en 2025 y 2026 el crecimiento pueda situarse alrededor del 2,7 % si las ayudas llegan rápidamente, y alcanzan la cuantía anunciada.

Adicionalmente, la demanda interna estará apoyada por la caída de la inflación, de los tipos de interés, el aumento de los salarios y el empleo. Sin embargo, hay peligros: entre los factores que podrían ralentizar el ritmo de recuperación se encuentran una ejecución lenta e ineficiente de las ayudas o el progresivo agotamiento de la capacidad de crecimiento del turismo. También podría hacer descarrilar la recuperación un posible aumento de aranceles en las exportaciones a EE.UU., así como la escasez de vivienda a precio asequible, la ralentización de la inmigración y la incertidumbre sobre la política económica.

Valencia podría recuperarse de la DANA en menos de un año, si cumplen las ayudas

Por encima de todo, los expertos de BBVA Research identifican una condición sine qua non para la recuperación: que las ayudas lleguen rápidamente y alcancen la cuantía anunciada.

Una recuperación de la actividad casi total, pero no completa

Los estragos causados por la DANA en la Comunitat Valenciana contrajeron significativamente la actividad en el último trimestre de 2024. Pese a la activación de algunas medidas de ayuda a la recuperación, esta es la única región cuyo crecimiento se ha revisado a la baja en 2024, hasta el 2,9 %. Los datos de tarjetas de BBVA reflejan que, durante la semana del 29 de octubre al 4 de noviembre, el gasto presencial en la provincia de Valencia cayó un 14 % interanual, con un diferencial negativo de más de 20 puntos porcentuales respecto al resto de España, siendo especialmente marcado en el gasto con tarjetas extranjeras. Además, otros indicadores en tiempo real, como las matriculaciones de vehículos, también evidenciaron un fuerte retroceso de la actividad durante la semana del evento.

Rafael Doménech detalló que la catástrofe provocó una caída abrupta del PIB de la región, que se tradujo en una disminución de seis puntos porcentuales en comparación con las expectativas previas. «Nos encontramos con una caída de unos seis puntos en el PIB, pero con una recuperación casi total, aunque no completa. A finales de 2024, en el peor de los casos, estaremos algo menos de un punto por debajo del nivel de actividad que tendríamos sin la DANA», explicó Doménech.

Y continuó: «A pesar de esta caída inicial, los indicadores económicos han mostrado signos de rebote, especialmente en sectores como el turismo y el comercio, con un notable aumento en las ventas de turismos en las zonas afectadas por la tormenta».

Casi tres meses después, el impacto de la dana sobre el empleo agregado en la provincia de Valencia parece haberse revertido en gran medida. Sin embargo, en las áreas más afectadas, es posible que tanto empresas como trabajadores sigan enfrentando restricciones en su actividad productiva. En diciembre, la afiliación bruta a la Seguridad Social en la provincia de Valencia prácticamente alcanzó los niveles previstos antes de la riada.

Los trabajadores cubiertos por ERTE en la provincia de Valencia ascendieron a 10.626 a finales de diciembre, comparados con una media de 1.233 en los doce meses previos a la DANA, una cifra que podría experimentar variaciones en los próximos meses. Preguntado por este medio al respecto, Doménech afirmó que «de momento, los ERTE están teniendo una menor incidencia de la que se esperaba. De todas formas, será importante la llegada de las ayudas para evitar un comportamiento en uve doble. Aunque en PIB la recuperación sea muy rápida, en términos de la reconstrucción de todos los daños causados por la DANA será gradual y llevará varios años».

Recuperación y previsiones para 2025

La recuperación económica de la Comunidad Valenciana estará estrechamente vinculada a la efectividad de las ayudas públicas y a la ejecución de los planes de reconstrucción. Las estimaciones iniciales de la Generalitat Valenciana (GVA) ya adelantaban daños por más de 10.000 millones de euros. Hasta este momento, las ayudas aprobadas ascienden a 16.600 millones de euros por parte del Estado (1.162 millones ya abonados) y 1.324 millones de la GVA (210 millones ya abonados), el 1,1 % del PIB de España (11,8 % del PIB de la Comunidad).

Según Doménech, si las ayudas llegan de manera oportuna y bien dirigidas, las previsiones para 2025 son muy optimistas, con un crecimiento estimado del 2,3 %. «Este crecimiento es algo inferior al de 2024, pero se mantiene por encima de la media nacional, gracias a factores como el dinamismo de las exportaciones y la reactivación del sector privado», subrayó.

Doménech apuntó que la efectividad de estos fondos dependerá en gran medida del «grado de ejecución y el multiplicador», es decir, cuánto impacto tiene cada euro invertido en la actividad económica regional. Si se logra un 100% de ejecución, lo que implicaría recursos equivalentes a un 9,3 % del PIB regional y si el multiplicador fiscal se sitúa en una cota alta, el dinamismo de la economía valenciana podría ser superior al previsto.

Desafíos a medio plazo

A pesar de las previsiones optimistas, el economista destacó que la región aún enfrenta desafíos significativos, especialmente en términos de inversión y incertidumbre política. «Nos preocupa la falta de inversión, que es uno de los componentes de la demanda agregada más rezagados», señaló. A esto se suma la incertidumbre derivada de las políticas económicas nacionales, que podrían afectar el ritmo de recuperación.

Además, aunque los ERTE han tenido una incidencia menor de la esperada, la llegada de las ayudas será crucial para evitar una «recuperación en forma de uve doble», en la que el crecimiento sea rápido en términos de PIB pero lento en la reconstrucción física y social de las zonas afectadas.

A nivel global, Doménech hizo hincapié en que la economía valenciana, dada su fuerte apertura hacia las exportaciones y el turismo, está particularmente influenciada por lo que ocurra fuera de sus fronteras. Mientras que Estados Unidos muestra un crecimiento robusto, con un impacto positivo en el gasto corporativo, Europa sigue luchando por un crecimiento más moderado.

«En Europa, la inflación se mantendrá por debajo del 2 %, lo que facilitará una eventual bajada de los tipos de interés. Sin embargo, en Estados Unidos, los gastos fiscales podrían generar presiones inflacionarias que afecten las previsiones de crecimiento global», explicó.

Con un ojo puesto en EE. UU.

Además de una peor ejecución de las medidas para apoyar el crecimiento de la economía valenciana, otros factores que podrían ralentizar el ritmo de recuperación son el progresivo agotamiento de la capacidad de crecimiento del turismo, un posible aumento de aranceles en las exportaciones a EE.UU., la escasez de vivienda a precio asequible, la ralentización de la inmigración, y la incertidumbre sobre la política económica.

La nueva presidencia de los EE. UU. podría establecer un aumento generalizado de los aranceles. Las áreas con las que la economía americana tiene un desequilibrio comercial pueden verse especialmente afectadas, como es el caso de la UE. Una subida de los aranceles del 10 % a las importaciones de EE. UU. desde la Unión Europea podría reducir el crecimiento del PIB de la eurozona en más de un punto y medio durante los próximos dos años.

En España, el impacto sería más moderado para 2025, con una disminución de 0,2 puntos respecto al escenario anterior, mientras que para 2026 se prevé un efecto negativo en el PIB cercano a 0,7 puntos. La exposición de la Comunitat Valenciana a la economía americana, mayor que la de otras regiones, hace que esta sea algo más sensible a lo que pueda suceder en este aspecto, si bien los impactos finales dependerán, además, del tipo de medidas que se pongan en marcha y a qué productos afecten.

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