Iese Business School es una prestigiosa escuela de negocio española fundada en 1958 y vinculada a la Universidad de Navarra. Su misión es formar líderes empresariales que generan un impacto positivo y ético en la sociedad. Este año la escuela celebra medio siglo de actividad en la Comunidad Valenciana, una labor incansable que queremos reconocer en los Premios Economía 3 con el galardón en la categoría de ‘Liderazgo’.
Entrevistamos al profesor Franz Heukamp, director general del IESE Business School y titular de la Cátedra Antonio Valero de Dirección de Empresas, para conocer las claves de la institución a la hora de formar los líderes del mañana.
¿En qué consiste el liderazgo?
– IESE Business School ha sido galardonada por Economía 3 por su fomento al liderazgo. Desde su perspectiva como director general, ¿qué cualidades considera más importantes en un buen líder en un entorno tan complejo como el actual?
Siempre, pero más en contextos inciertos, un buen líder debe ser capaz de entender los retos estratégicos; tomar decisiones rápidamente, pero con flexibilidad para adaptarse a los cambios; y ser un buen gestor de personas y equipos.
La dirección estratégica actual exige una visión a largo plazo –aunque el largo se ha hecho más breve–, y capacidad de gestionar en el cortísimo plazo. Además, debe haber personas y equipos que siguen y ponen en práctica la visión del líder. Para ello, el líder debe motivar, entender, orientar y guiar a su organización.
Creo que estas son las cualidades más críticas para una persona que lidera ahora.
IESE, una cuestión de valores
– El lema de este año es «Valores». ¿Cuáles son los valores que mejor definen al IESE? ¿Han evolucionado o han cambiado esos valores con el paso de los años? ¿Cómo se han adaptado?
Los valores que mejor definen al IESE son la excelencia, la integridad y el espíritu de servicio a las personas y a la sociedad. Estos valores se basan en una visión humanista del liderazgo y de la dirección de empresas, en el que la persona esté en el centro.
Estos valores han estado presentes desde nuestra fundación en 1958 y siguen siendo tan relevantes hoy como lo eran entonces. Lo que ha evolucionado es la manera en que aplicamos estos valores a los nuevos desafíos. Por ejemplo, hoy en día, ser un líder excelente exige dominar temas como la inteligencia artificial o la gestión de la sostenibilidad, por lo que nuestros programas se han adaptado a estas nuevas temáticas.
Otro ejemplo: en la era digital, seguimos poniendo a la persona en el centro, asegurando que la tecnología se utilice de la mejor manera para conectar a las personas.
Tiempos de polarización
– Estamos en un momento marcado por la incertidumbre y el cambio acelerado a nivel global. Las consecuencias del tensionamiento de la cadena de suministros, la pandemia, la guerra de Ucrania… ¿Podemos hablar de un cambio de ciclo? ¿Cómo podemos afrontarlo desde el punto de vista de la sociedad?
No sé si estamos hablando de cambio de ciclo, pero es verdad que los modelos económicos, políticos y sociales actuales se enfrentan a muchos desafíos. Estas tensiones están provocando una gran polarización social, que se traslada a muchos ámbitos, incluida la empresa.
Los líderes empresariales pueden jugar un papel clave en la construcción de un clima de diálogo y búsqueda de soluciones conjuntas a problemas complejos como el cambio climático, la inmigración o la desigualdad, por ejemplo. Conscientes de este tema, en el IESE tenemos desde hace años cursos y actividades que reflexionan sobre el futuro del capitalismo y sobre dilemas y realidades complejas que exigen establecer un enfoque.
En el sector educativo tenemos un rol fundamental porque podemos proporcionar las herramientas necesarias para que los futuros líderes sean capaces de gestionar las tensiones con capacidad de diálogo, respeto por los demás y un enfoque a largo plazo.
La iniciativa empresarial, a la busca de un modelo alternativo
– Desde un punto de vista empresarial, ¿nos encontramos frente a un mundo más desigual? ¿Se pueden proponer modelos alternativos desde la empresa?
Los problemas de desigualdad tienen raíces estructurales y profundas, que no siempre pueden abordarse desde un único actor. Sin embargo, la empresa puede y debe trabajar para favorecer la equidad en su seno y en la comunidad en la que opera.
Cada empresa deberá encontrar su fórmula de contribución: unas podrán apoyar más la formación de jóvenes no cualificados que en un futuro tengan empleos de mayor valor añadido; otras pueden incorporar personas que necesitan conciliar temporalmente; y las habrá en industrias de alto valor añadido, que podrán dinamizar regiones ciudades enteras…
Desde el IESE creemos firmemente en la iniciativa de los empresarios y directivos para proponer modelos alternativos. Lo importante es que las empresas asuman su responsabilidad más allá de los beneficios económicos, con su capacidad para generar un impacto positivo en las personas y la sociedad.
Vanguardia de la formación empresarial
– En el contexto de la educación ejecutiva, ¿cómo ha innovado el IESE en sus programas para mantenerse a la vanguardia y seguir siendo un referente global en la formación empresarial?
En el IESE, siempre estamos innovando tanto en formatos y metodologías como en contenidos. Por ejemplo, llevamos años combinando formatos de enseñanza presencial con híbrida e introduciendo formatos 100% remotos, lo que nos permite adaptarnos a diferentes necesidades formativas de los directivos. Además, revisamos constantemente nuestros temarios para asegurar que incorporan cuestiones emergentes y de actualidad, como la inteligencia artificial, el liderazgo digital y la sostenibilidad.
También hemos reforzado nuestras colaboraciones con empresas y organizaciones globales, permitiendo a nuestros estudiantes aplicar sus conocimientos en escenarios reales y actuales. Todo ello, sin perder el enfoque en los valores humanos que son nuestra seña de identidad.
– El liderazgo que promueve el IESE no solo tiene un impacto en las organizaciones, también lo tiene en la sociedad. ¿Cómo fomentan en la escuela que sus estudiantes adopten un enfoque ético y responsable de la toma de decisiones
La ética es un elemento central en la formación que impartimos. Desde el primer día, enseñamos a nuestros alumnos a comprender el impacto de sus decisiones en las personas y en el entorno.
Utilizamos casos prácticos que exploran todo tipo de dilemas, incluidos los éticos, porque entendemos que toda decisión empresarial tiene un impacto en las personas. Además, cada vez más integramos temas de responsabilidad social corporativa, sostenibilidad y dignidad humana, para que los futuros líderes del IESE entiendan su impacto global y la responsabilidad que tienen en sus decisiones.
La digitalización, motor del cambio del liderazgo
– Hablemos de digitalización. Esta ha pasado de ser una asignatura pendiente a prácticamente un must para la mayoría de las empresas. En este sentido, ¿Cómo se fomenta desde el IESE la formación del liderazgo en materia de digitalización?
La digitalización (y ahora la inteligencia artificial) es uno de los motores de cambio de las organizaciones y como tal se integra desde hace años en todos nuestros programas de dirección, desde el MBA hasta los programas para directivos.
Ahora mismo existe una gran demanda adicional de formación sobre estos asuntos, por lo que también ofrecemos programas especializados en transformación digital, inteligencia artificial y big data, que permiten a los líderes desarrollar una comprensión profunda de cómo estas tecnologías están transformando el mundo empresarial. De hecho, este último año hemos lanzado una certificación en IA y Transformación Digital, con la que los directivos que lo necesiten pueden ir actualizándose con formaciones especializadas.
– ¿Cómo equilibra IESE la enseñanza de habilidades tecnológicas con las humanas más esenciales para el liderazgo, como la empatía y la toma de decisiones éticas? ¿Qué papel juega la ética en la empresa?
Capacidades tecnológicas y liderazgo humano no están reñidos.
Nuestro principal objetivo es desarrollar líderes que puedan tener un impacto positivo en la empresa, las personas y la sociedad. Para ello es imprescindible cultivar habilidades humanas como la empatía, la comunicación y la toma de decisiones éticas. Ahora bien, para tener verdadero impacto como directivo o como empresa debes conocer y aprovechar todo el potencial de la tecnología.
Diversidad e inclusión, pluralidad de puntos de vista
– La diversidad e inclusión son temas clave en el liderazgo actual. ¿Qué importancia le concedéis desde el IESE y cómo fomentáis estos principios en sus aulas y en la formación de futuros líderes?
En el IESE hemos reflexionado mucho sobre la importancia de la diversidad y la inclusión, como elementos que enriquecen y humanizan las organizaciones.
Como escuela de dirección global, sabemos por experiencia que la diversidad enriquece el proceso de aprendizaje y aporta nuevas dimensiones a la toma de decisiones. De hecho, fomentamos estos principios desde el primer contacto con futuros alumnos y con profesores de diferentes orígenes, nacionalidades y experiencias, hasta la promoción de un ambiente en el que todas las voces son escuchadas y respetadas.
En nuestras aulas, abordamos la importancia de la diversidad e inclusión no solo desde una perspectiva social, sino como un componente estratégico que potencia la innovación y el éxito organizacional.
– Finalmente, mirando hacia el futuro, ¿cuál es su visión para el IESE en los próximos cinco o diez años? ¿Cómo piensan continuar fomentando el liderazgo en entornos tan cambiantes?
Creo que en los próximos cinco o diez años el IESE se habrá consolidado como un referente global de la formación de líderes que quieren tener un impacto positivo en sus equipos, las empresas y la sociedad, es decir, líderes con un interés genuino por el bienestar y el desarrollo social.
Durante este tiempo, seguiremos apostando por la innovación educativa, integrando los hallazgos de nuestra investigación, nuevas metodologías de aprendizaje, y programas que respondan a las necesidades cambiantes del entorno empresarial. Pero, más importante aún, continuaremos fortaleciendo nuestro enfoque en los valores humanos, formando líderes éticos y responsables que entiendan que su impacto va más allá de los resultados financieros.
En un mundo cada vez más complejo, el liderazgo basado en principios sólidos será más relevante que nunca.