Hay estudios que indican que nuestra generación tiene tres puntos de coeficiente intelectual (CI) más que la anterior de media. A esto le añadimos que medio planeta está en la carrera de crear y utilizar inteligencias artificiales (IA), máquinas que imitan la inteligencia humana para realizar tareas y pueden mejorar conforme la información que recopilan. Sinceramente, ni conocimiento ni CI ni IA nos hace más sabios sino todo lo contrario y seguimos matándonos por sentimientos de lo más primitivos, pero ahora con más tecnología.

La transformación digital y la adopción de la IA irá a más y más rápido, sin duda, y su aplicación es transversal a todos los sectores y todos los ámbitos económicos y de nuestras vidas. La nueva generación de IA junto con otras tecnologías como el quantum ofrecerán soluciones hoy en día ni pensadas y que harán obsoletas muchas de las tareas o maneras como hacemos muchas cosas ahora por eso las llamamos disruptivas y porque aún lo logramos vislumbrar más que la punta del iceberg de sus posibilidades.

Hoy en día la IA ya se encuentra inmersa en nuestras vidas sin que nos hayamos dado cuenta. 2023 es el año del despertar de la mayoría de los humanos ante la IA pero el término es de 1956. Ya hace años que existen estudios del impacto de la industria 4.0 en el trabajo que indican que las profesiones relacionadas con la parte más procedimental, administrativa o automatizable (temas administrativos, legales, arquitectura, diseño, financieros, ciencias sociales o tareas de mantenimiento por ej.) serán realizadas en parte por maquinas mientras que las habilidades que nos hacen más humanos serán más demandadas porque el resto lo harán los robots y que incluso indican que en realidad el balance en cuanto a la destrucción- creación de lugares de trabajo será neutro.

Este recambio se deriva de la transformación digital de las empresas que robotizarán puestos de trabajo mientras que habrá justamente necesidad de nuevos perfiles derivados de dicha robotización y la adoptación masiva de la IA pero también del resto de tecnologías. De hecho, los países más afectados son aquellos que están más digitalizados. Parece ser que en la era de la transformación digital y la inteligencia artificial, lo que nos hace más humanos es lo que pondremos en valor laboral.

En estos últimos días y semanas se han publicado varios estudios sobre el impacto de la IA, en especial las generativas como ChatGPT, en las profesiones indicando que habrá una disrupción significativa en el mercado laboral, ahora este en el hype pero esto ni es nuevo ni se producirá de un día para otro. Hace unos meses parecía que en 2023 íbamos a entrar todos en el metaverso y de momento parece ser que tardará un poco más. Ya avanzo que el nuevo hype será la neurotecnología.

La Organización Internacional del Trabajo ya hace años que indica que las habilidades más demandadas, a parte de las técnicas, serán las blandas (soft skills) como el pensamiento crítico, la empatía, la innovación, etc., para adaptarnos al recambio en los perfiles en cuanto a puestos de trabajo en lo que denominados el futuro de trabajo.

La disrupción de la IA más allá del mercado laboral, plantea nuevas situaciones en las que hay que resguardar los derechos de los ciudadanos en todos los ámbitos de la vida como la privacidad, la integridad y los derechos fundamentales físicos o digitales. En este sentido, ya hace años que el Consejo Europeo está alerta de las consecuencias de la inteligencia artificial para el mercado único (digital), la producción, el consumo, el empleo y la sociedad y es por lo que en Europa se está discutiendo la propuesta de Reglamento de Inteligencia Artificial probablemente entre en vigor a principios del año 2024. El problema es que en este caso la velocidad también importa.

De hecho, la propuesta de reglamento europeo sobre IA define diferentes tipos de IA en función de su objeto como la IA de uso general o las de alto riesgo. Creo necesario que exista una legislación al respecto del uso de IA que proteja los derechos de las personas con la velocidad con la que progresa la tecnología, sus aplicaciones y su impacto, entre otros en el mercado laboral pero también en todos los aspectos de nuestra vida diaria. Esto es lo que explico en mi libro Antes muerta que analógica. En este nuevo mundo no nos queda otra que aprender y reinventarnos rápidamente y sin parar.

P.D.: En la era del humanismo tecnológico, cuidado con los tóxicos, troyanos y trolls. Rodearos de sinergentes que siempre suman aptitudes, equipo y valores.

Sobre la autora

Àurea Rodríguez es experta en innovación y tecnología con más de 20 años de experiencia, con múltiples responsabilidades en organizaciones, administraciones y empresas tecnológicas. También, ha sido directora de Innovación Empresarial y gerente de centros tecnológicos, entre otros. Es la autora de Antes muerta que analógica.