Parece paradójico como, en un momento en el que la tecnología acapara casi todos los aspectos de nuestra vida, la venta de terminales móviles y de ordenadores portátiles haya descendido a niveles que no se veían desde el año 2013. Una fecha que no es baladí, pues fue durante ese tiempo cuando los smartphones comenzaron a ganar popularidad entre los consumidores y, por tanto, a recortarle terreno a los teléfonos móviles tradicionales.
Un informe elaborado por la firma de análisis de mercados de tecnología Canalys revela que durante el cuarto trimestre de 2022 se registró una caída en la ventas del 17%, respecto al mismo periodo del año anterior. La cifra global del año también es alarmante: las ventas en todo el mundo cayeron un 11%. ¿Cuál es la razón de este fenómeno global?
Menos ventas, pero a mayor precio
A tenor de estas cifras, podríamos afirmar que el mercado de los smartphones está de capa caída, ¿pero es esto cierto? Herminio Granero, Executive Director Core Solutions de Ingram Micro, explica a este medio que, aunque es cierto que la venta por unidades ha disminuido, el usuario demanda cada vez más dispositivos con características más potentes.
«Durante 2021, notamos un fenómeno de crecimiento muy fuerte, con más demanda que oferta. El crecimiento fue muy por encima de lo previsto. Por su parte, en 2022, el crecimiento en términos de valor ha sido estable; no obstante, en términos de unidades, tanto en portátiles como en smartphones, el mercado ha caído, aunque el precio medio ha subido», explica Granero.
Esta compañía de origen estadounidense, dedicada a la distribución de productos y servicios tecnológicos, sí ha notado un cambio de tendencia en el consumidor: «Lo que se vende cuenta con mejores prestaciones y precios más altos».
Tendencias en smartphones: gama alta y altas prestaciones
Si comparamos los datos de envíos de smartphones entre el cuarto trimestre de 2021 y el mismo periodo en 2022 encontramos como las principales marcas de telefonía han reducido sus porcentajes. Todas, excepto dos. Apple y Samsung han conseguido aumentar en un 2% y un 1% interanual, respectivamente. Esto hecho refuerza aún más la teoría del directivo de Ingram Micro. Al fin y al cabo, son estas dos compañías las que más apuestan por el segmento premium.
«En estos últimos dos años, a raíz de la pandemia, nos hemos dado cuenta de que la tecnología cada vez es más importante, tanto en el trabajo como en el ocio», declara Granero. Y es que el teléfono inteligente es un producto que cada vez abarca más protagonismo en nuevos usos.
La idea de que un teléfono solo sirve para hablar con otra persona a distancia caducó hace ya muchos años. Escribir un correo electrónico, buscar la mejor ruta hacia un destino concreto o capturar una instantánea eran funciones tradicionalmente atribuibles a un ordenador, un GPS o una cámara de fotos. Todo esto, «lleva a que el smartphone se convierta en una herramienta de mayor uso. Y, cuanto más lo usas, más necesidades tienes y más deseas que cada una de sus capacidades funcionen mejor, sean más rápidas y tengan mejores prestaciones».
¿Por qué se venden menos smartphones que nunca?
La razón principal de este atípico fenómeno no responde a la actual coyuntura económica, ni a la escasez de microchips, ni al auge de los dispositivos reacondicionados, ni a los problemas con los fletes acaecidos en los últimos meses. Es normal pensar en alguno de estos factores a la hora de dar una respuesta a la baja demanda. Sin embargo, para encontrar la clave debemos remontarnos un par de años atrás.
Tal y como explica Herminio Granero toda esta situación viene provocada por el «efecto de sobredemanda que hubo en 2021». Según apunta, ese año «hubo un efecto de anticipación a las compras. Este tipo de tecnología se renueva periódicamente, pero hubo una renovación de los parques de smartphones y ordenadores portátiles anticipada que afectó a las ventas de 2022».
La pandemia fue un punto de inflexión para muchos sectores a nivel mundial, pero si hay uno que destaca entre todos ellos es el tecnológico. La transformación digital se ha convertido en una necesidad. Y, por ello, el año siguiente del estallido de la pandemia las ventas aumentaron de manera espectacular.
Por una parte, en el mundo empresarial, donde la videoconferencia no solo tomó fuerza en los tiempos más duros de la covid-19, sino que, una vez superados, se ha establecido en prácticamente todas las compañías. Por otra, en el ocio. Expresa Granero a Economía 3 que todo lo que tiene que ver con «el negocio del gaming cada vez está cogiendo mayor protagonismo», motivado principalmente por aquellos tiempos «en los que ha habido restricciones para salir a la calle».
¿Crecerán de nuevo las ventas?
En su opinión, sí. «En 2023, prevemos que el tamaño del mercado crecerá, especialmente en la segunda parte del año», responde. ¿Y en qué ámbito se crecerá más? «Donde más creemos que va a crecer es en el ámbito profesional, todo lo que tiene que ver con el producto dirigido a empresa. Tanto en el sector público como en el privado, se esperan grandes renovaciones del parque tecnológico para este año».
Tema aparte es la división del negocio dirigida a particulares: «La incertidumbre es mayor. Ahí afecta mucho más la economía doméstica y los cambios económicos que estamos experimentado últimamente pueden afectar al bolsillo del consumidor y, por tanto, a su capacidad de compra».