Cada vez son más los que escuchan el sonido que las placas tectónicas hacen al moverse. Muchas cosas están cambiando y el sector energético está llamado a jugar un papel protagonista en un futuro que cada vez está más presente. La descarbonización y la necesidad de encontrar nuevos modelos sostenibles, hacen que sean muchos los que se interesen por un mercado en el que, al menos de momento, hay hueco para todos.
En el caso de la comercializadora valenciana de energía Aldea Energy, la apuesta pasa por el autoconsumo colectivo. Este modelo ha marcado durante el último año un nuevo récord en nuestro país, con un incremento del 21% con respecto al año anterior. Su solución, aseguran, reduce las facturas y supone una alternativa para paliar el impacto de las mega plantas.
Economía 3 se ha trasladado hasta las instalaciones de Lanzadera, en donde se radica Aldea Energy. Hablamos con Roberto Rubio, cofundador y CEO de la startup.
Surge una idea
¿Cómo nace la idea de Aldea Energy? ¿Proveníais del sector energético?
No, yo en concreto provengo del mundo de la digitalización. Ya en 2006 monté mi primera empresa de desarrollo de software en el que dábamos servicio a terceros.
En 2014 fundé una empresa que centrada en el marketing en la red, que se dedicaba al pago a través de operador electrónico. La vendimos en 2015 a San Media, que son líderes en publicidad en vídeo, querían rentabilizar el tráfico en web.
A partir de ahí entré en un proyecto de Inteligencia Artificial en el que estuve tres años, aunque finalmente no funcionó bien y tuvimos que encerrar.
Posteriormente di el salto a un fondo de inversión y fue entonces cuando vi que en el sector de la comercialización de la energía se estaba produciendo mucha concentración de mercado. Vimos la oportunidad.
Hay mucha parte de digitalización porque la comercialización es todo administración, finanzas y gestión de datos.
-Veo que has tendido a centrarte en áreas que despuntaban en cada momento. Sin embargo, eso a veces es peligroso, en la novedad a menudo hay mucho humo.
Hay muchísimo humo. Las nuevas tendencias me atraen pero me las tengo que creer. Pero la energía es un sector primario y se ve claro que va a ser puntero.
Para montar Aldea Energy identificamos unos puntos fuertes en el sector de la comercialización de la energía. Había una oportunidad, metimos capital, equipo capaz de llevarlo a buen puerto…al final es cuestión de montar el equipo adecuado.
Un modelo que tiene sentido
-¿Qué habéis visto en la comercialización de energía que os ha llevado a apostar por el modelo de la comunidad solar?
Es algo transversal. Lo que vimos es que no hay un valor diferencial, hay un mercado mayoritario donde compra todo el mundo. Hay poco margen de mejora salvo en la parte de servicios.
Si tienes que trabajar con precios fijos has de ir al mercado de derivados y si eres una empresa pequeña es muy complicado. Podríamos decir que es un sector con barreras bastante grandes.
Vimos que no podíamos tener más llegada, trabajando el modelo de autoconsumo colectivo, que se legisla en 2019, conseguimos que, si tú tienes una fuente de generación a menos de 500 metros de un punto de suministros de un cliente, se pueda adherir.
Energía para el municipio
-¿Podríais montar estación de generación que abastezca a un pueblo?
Podemos construir esas instalaciones y vendérselas directamente al cliente. En el mismo pueblo, en un polideportivo, una nave industrial…al final necesitas una superficie e invertir. Así lo que logramos es romper la cadena de valor.
-Es una idea muy potente que cada localidad pueda generar su propia energía.
Es muy potente y, además, está alineado con los intereses del municipio, que tiene la obligación de descarbonizarse.
La energía de proximidad y distribuida tiene muchas ventajas. El coste de la energía que autoconsume ese cliente es mucho más barato. Además, dentro de lo que es la energía activa, que se compone de peajes, cargos y coste de energía; los dos primeros puntos los eliminas.
También hay que tener en cuenta el impuesto eléctrico, que se acarrea sobre lo que cada cliente consume de red. Nosotros lo que hacemos es vender el coeficiente de la instalación, es un servicio.
Eliminar los peajes
-O sea que atacáis directamente a la parte más «polémica» de la factura, la de peajes y cargos.
Nosotros hemos identificado un factor aún más complicado que tiene que ver con las comunidades energéticas, que no dejan de ser una asociación, como una cooperativa. Debes disponer de una sociedad para poder recibir ayudas públicas y tienes que cumplir unas prerrogativas.
Al final esto es como una comunidad de vecinos, solo que, a excepción de lo que ocurre en estas, no existe conflicto de intereses entre los miembros. Pese a ello, no se generan comunidades de forma dinámica, siempre es necesario un catalizador…
-Y ahí entráis vosotros.
Claro. Aldea Energy va directamente a la línea de flotación. Atacamos ahí sin necesidad de ponernos de acuerdo con nadie, somos los propietarios.
Te suscribes, nos dices el porcentaje que necesitas. Nosotros llevamos el mantenimiento, tú te quedas los derechos… y a consumir. Es un modelo que requiere mucha inversión en cada una de las instalaciones.
A su vez es un modelo muy atractivo y que está teniendo muy buena aceptación.
Una instalación propia
-¿Vuestro principal target son los municipios?
De momento estamos un poco tanteando el mercado. Ahora mismo estamos atacando municipios de más de 20.000 habitantes, ya que es más fácil colocar los coeficientes de 100kW.
El propio comercio que abre de sol a sol es susceptible de poder adherirse, el único criterio es el radio. Desde finales del año pasado se cambió la regulación y en enero se ampliaron los 500 metros iniciales a 2 kilómetros.
El 60% del parque inmobiliario español está compuesto por pisos. Un caso muy característico sería Benidorm, pero es que cualquier ciudad está llena de edificios que podrían participar del autoconsumo colectivo.
Tu parte de energía
-¿Cuál es la ventaja principal que ofrecéis a vuestros clientes?
El ahorro. Por cada euro que se mete en la hucha reciben dos de ahorra neto. En el caso de la compra, es como si comprases una instalación propia en tu casa, con una amortización a cuatro años y la posibilidad de recibir subvenciones.
Es un trámite meramente administrativo, si tienes un 1% de una instalación que a las 10 de la mañana ha generado 1 kW, la energía que consumas hasta ese punto no aparecerá en tu factura. En definitiva, tú puedes adherirte a nuestra instalación y te corresponde un porcentaje de la energía generada. De esa energía producida en cada hora, te corresponde dicho porcentaje que la distribuidora conoce.
En el caso de que consumas toda la energía que has producido, ya pasarías a red o a precio fijo de tu comercializadora. Como tú quieras hacerlo.
-¿Y dónde estáis operando ya?
Tenemos un proyecto en Alicante, pero no podemos hacer mucho más público porque hay mucha competencia y preferimos mantener un perfil bajo por el momento. En Valencia todavía no estamos «all in».
Un sector exclusivo
-Es un sector con muchas barreras de acceso. Has hablado, además, de una gran cantidad de competencia. ¿Cómo se hace frente a las grandes energéticas a la vez que se compite?
Hay una parte muy importante que es que las grandes corporaciones no tienen cintura para hacer el tipo de llegada que hacemos con nuestro modelo de autoconsumo colectivo. Es muy interesante, pero es algo residual para ellos. Son como la migajas que dejan para los demás.
Para ellos no es un aspecto central, están preocupados en otros objetivos. En España hay 27 millones de suministros, hay competencia pero también hay pastel para todos.
Hay barreras de entrada, pero nosotros podemos ser referencia de algo muy específico.
Surfear la ola
-La descarbonización europea, incentivada por la guerra de Ucrania, es una ola que ha llevado y que hay que surfear. O se está o no se está. ¿Cómo crees que van a ser los próximos años para el sector energético en ese sentido?
Las cuatro o cinco compañías llamadas de referencia a nivel estatal tienen ese nombre por alguna razón. Tienen un poder de negociación y capacidad que es imposible quitarles nada porque son juez y parte. Iberdrola, por ejemplo, es una comercializadora y también distribuidora.
Lo importante es no hacer mucho ruido, hacer las cosas bien y que el cliente sienta satisfecho el servicio. No es posible por el momento jugar por un trozo del pastel.
Largo plazo
-¿Cómo está siendo vuestro crecimiento en Aldea Energy?
Este año tenemos intención de cerrar con 100 instalaciones en el ámbito español, sobre todo en Comunidad Valenciana, Castilla la Mancha, Madrid y Murcia. En un futuro la idea es ir a Cataluña, pero nuestro objetivo lo situamos en el sur de momento.
Estamos centrados en el largo plazo, en nuestra visión y valores. No puedes hacer algo si estás pensando en vender, debes estar muy centrado en tu modelo de negocio porque te dejas la vida en esto. El mercado te lleva por el camino y tienes que estar escuchando siempre.
Nuestra misión es llegar a 100 municipios, descarbonización, dar servicio y romper cadena de valor. Tenemos socios muy potentes, tenemos la capacidad de llegada y si alguien lo puede hacer somos nosotros.