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¿Cómo está afectando la limitación de compensar las pérdidas de las filiales?

Publicado a 16/01/2023 20:13

Las empresas españolas están muy atentas a cómo tienen que aplicar toda la nueva normativa legal que les afecta, incluida toda la batería de nuevas medidas tributarias. Buscan servicios que les den tranquilidad en sus tesorerías, capacidad para ser competitivas e internacionalizarse y abordar la digitalización como sistema integrado en la compañía que avanza a una velocidad vertiginosa.

En ese contexto fiscal y económico cambiante, las empresas españolas, de cualquier talla o sector, han demostrado una vez más su capacidad de resistencia y de adaptación a las nuevas circunstancias que la economía les pone por delante. Circunstancias como la nueva normativa en materia tributaria que ya ha entrado en vigor.

¿Cómo está afectando la limitación de compensar las pérdidas de las filiales?

Rizar el rizo

A los obstáculos ya conocidos de la crisis económica y energética que dispararon la inflación y la falta de materias primas –consecuencia del encarecimiento del transporte y algunos problemas logísticos vinculados a la situación en China– se añade ahora en España un nuevo obstáculo derivado del impuesto de solidaridad a las grandes fortunas que aplica el Gobierno central a partir de enero y que tendrá una duración de dos años.

Por esa razón, las 3.609 grandes empresas afectadas por este impuesto, que limita también al 50% la opción de compensar las pérdidas de las filiales en los grupos empresariales consolidados, han empezado a prepararse y han echado mano de los recursos fiscales y puesto sus casos en manos de consultorías para ver cómo pueden afrontar en la mejor condición y situación posible el abono de ese impuesto.

La consultoría gana peso

Por ello, las consultoras han ganado peso y han revalorizado su rol. Y lo han hecho en un campo que es importante para el futuro de las empresas de gran tamaño y que buscan alternativas para eludir o minorar el impacto del gravamen implementado por el Ejecutivo.

El cambio tributario apuntado puede llevar a que las cifras finales de negocio del sector mejoren, al ser este un aspecto inesperado y del que no se contemplaba impacto cuando la Asociación Española de Empresas de Consultoría (AEC) hizo su previsión del crecimiento del 6,3 % de sus ingresos para 2022.

Es precisamente esa situación de incertidumbre la que hace que se incrementen las consultas. “El sector de los servicios profesionales, a través de distintos tipos de firmas como pueden ser completas, multidisciplinares, jurídicas, de auditoría o de consultoría, se enfrentan durante 2023 a la tarea de resolver los problemas que las compañías puedan tener a raíz de la posible desaceleración económica que distintos organismos nacionales e internacionales han anunciado”, indica Andrés Gurrea, socio director de Grant Thornton en la Comunitat Valenciana. Corrobora también que “nuestro papel es clave y dinamizador y tenemos que estar más cerca de ellas que nunca”.

Ejemplo

Pondremos un ejemplo de las implicaciones prácticas de esta medida para un grupo empresarial, es decir una sociedad que presenta cuentas consolidadas y cierra el ejercicio con un beneficio de 1.000 millones de euros; mientras su filial cierra el mismo ejercicio con unas pérdidas de 250 millones.

Hasta este momento, a la hora de encarar el pago del Impuesto de Sociedades, este grupo debería tributar por una ganancia neta de 750 millones. Con la nueva medida, el grupo solo podrá compensar el 50% de las pérdidas, es decir 125 de los 250 millones en negativo obtenidos por la filial.

En consecuencia, en el momento de liquidar el impuesto correspondiente al ejercicio de 2023, estos grupos deberán tributar por un beneficio total de 875 millones de euros, frente a los 750 millones que hubieran sido gravados en un año convencional.

Readaptación y estrategia

En esa línea, Luis Gil-Orozco, director de Relaciones Institucionales de la firma de abogados y consultores Serrador Cerdá & Gil-Orozco International Law, señala que ellos les ayudan a ser más competitivos, “a mejorar la productividad y a encontrar fórmulas de ahorro, asegurar la liquidez y tener una estrategia clara”. Lo hace desde el conocimiento de que “los empresarios están atravesando muchos años de incertidumbre, de varias crisis económicas a sus espaldas en un periodo de tiempo muy corto, como nunca antes había ocurrido. Esta situación ha dado como resultado, entre muchos otros, a un nuevo empresario, que sabe que todo depende de él, que no puede esperar a que otros resuelvan sus problemas y menos determinadas entidades que hasta hace muy poco siempre se les esperaba. Nuestro sector empresarial ha aprendido a tener capacidad para readaptarse y para ello es fundamental tener una estrategia clara”.

Por ello, Gil-Orozco añade que acompañan al empresario “como parte de su empresa, adaptando las estrategias a la situación de los mercados y posicionando sus objetivos para que sean factibles y viables. Uno de los métodos que aplicamos es aprender de los errores en el tiempo, de los propios y de otros. Esta forma de trabajo nos hace llegar antes para tomar posiciones”.

Ampliar clientes

A la hora de recabar ayudas, Gil-Orozco aclara que no hay un perfil cerrado del tipo de empresarios que acuden a reclamar sus servicios. De hecho, se ha visto sorprendido gratamente de ver cómo pequeñas y medianas empresas, “que hasta hace muy poco solo se preocupaban por el mercado cercano, han descubierto su gran potencial a la hora de ampliar sus clientes en otros países y mercados, donde les ayudamos en este camino. Pero también nos encontramos con empresas de terceros países que ven a España como una puerta de entrada a Europa y donde nuestro país les es muy seguro a la hora de invertir”.

El perfil del empresario que pide asesoramiento

Andrés Gurrea coincide en la heterogeneidad de los demandantes de asesoramiento, porque “todo tipo empresas están muy atentas a cómo tienen que aplicar la nueva normativa legal que les afecta, con especial atención a nuevas leyes como la llamada ‘Crea y Crece’, que pretende aumentar el tamaño y el músculo de empresas emergentes; o la recién aprobada Ley de Start-ups que, tras años de indefinición, sienta las bases de lo que una empresa de este tipo es en nuestro país».

Sin olvidar, por supuesto, toda la batería de nuevas medidas tributarias, tanto nacionales como internacionales, «en especial el nuevo marco de impuestos mínimos de la OCDE y las novedades en los precios de transferencia”. En esta misma línea, Gil-Orozco concreta que “sectores como el agroalimentario tienen un potencial enorme, pero también el tecnológico, donde España y especialmente Valencia, pueden convertirse en la cabeza de Europa. Todo lo relacionado con el mundo del turismo también mantiene su posición privilegiada en el mercado y sigue siendo un modelo para exportar al exterior”.

Ernesto Sirera, socio director de Sirera+Saval, coincide con Andrés Gurrea en que el perfil de las empresas que están solicitando sus servicios en estos momentos de incertidumbre “es muy heterogéneo y no puede hablarse de sectores concretos como demandantes de estos servicios”. Sin embargo, matiza Sirera, “y reconociendo ciertas similitudes con lo ocurrido en la crisis de 2008, nos encontramos de nuevo con que el alargamiento de la situación de incertidumbre está impactando en primer término en las pequeñas y medianas empresas”.

Tablero geopolítico

Sirera concreta también que se están viendo “particularmente afectadas las relacionadas con el sector de la construcción, que están viendo disminuida su carga de trabajo. ¿El motivo? No han podido repercutir el incremento de sus costes, derivado del encarecimiento de las materias primas, en aquellos proyectos o encargos previos a la guerra. Y tampoco pueden trasladarlos por completo a los nuevos proyectos en un entorno cada vez más competitivo como resultado de la moderada reducción de la demanda”.

La inestabilidad política generada por el conflicto bélico que se vive en Ucrania se traslada a la economía. Así, para Gil-Orozco, “la invasión de Ucrania está generando una incertidumbre diaria, muy generalizada y a todos los sectores, con una inflación disparada, un endurecimiento en las condiciones financieras y creando cuellos de botella en las cadenas de suministro internacionales que afectan a todos los actores empresariales, pero también, y duramente, a los consumidores en general. Además, se está creando una nueva situación geopolítica y económica que, sin duda, va a hacer cambiar determinadas fichas del tablero internacional para lo que tenemos que estar muy atentos. Sirva como ejemplo la rapidez con la que está cambiando y evolucionando el mercado energético, así como las formas y fuentes de energía de las que se abastecen nuestras industrias, que están generando importantes movimientos políticos, estratégicos y empresariales que hasta hace nada pasaban desapercibidos, como la apuesta por el hidrógeno verde”.

También Sirera reflexiona sobre esta cuestión: “La amortiguación del impacto generado por los efectos en la economía de la covid-19 a nivel nacional y global, a través de medidas tales como las líneas ICO, ha determinado que, en muchos casos, las empresas enfrenten los problemas asociados a la guerra en Ucrania notablemente mermadas en sus capacidades de respuesta”.

Operaciones en marcha

En su opinión, esto viene generando “una demanda de servicios relacionados con el análisis de su endeudamiento y sus posibilidades de refinanciación; así como en determinados supuestos afrontar operaciones de reestructuración, tanto extrajudiciales como a través de las herramientas concursales, preconcursales y paraconcurales”.

Ante esta situación, Gil-Orozco revela que las empresas que acuden a su despacho, “buscan servicios que le den tranquilidad en sus tesorerías, capacidad para ser competitivas e internacionalizarse, abordar la digitalización como sistema integrado en la empresa y que avanza a una velocidad vertiginosa y una necesaria seguridad jurídica, donde la implementación de férreos protocolos compliance penal es fundamental y cada día más necesario”.

Sectores ¿afectados?

¿Beneficia a algún sector esta situación de incertidumbre? Andrés Gurrea sostiene que la cuestión “no es si unos sectores se van a ver beneficiados por la incertidumbre o no. Lo ideal es ayudarles dependiendo de su problemática y casuística. Por ejemplo, en el plano financiero, las empresas valencianas con problemas tienen a su disposición una nueva Ley Concursal que revisa los supuestos de quiebra de una empresa y mejora los procesos de concurso de acreedores con el objetivo de garantizar la viabilidad de más empresas de la región que estén en dificultades. Asimismo, las compañías que quieran seguir creciendo y exportando van a poder obtener nueva financiación con modelos que van más allá del préstamo bancario y cuyas estructuras dotarán de mayor dinamismo al capital privado, que sigue buscando oportunidades de inversión en los sectores con más movimiento de la Comunitat”.

Mientras que Ernesto Sirera cree que “asistimos a los mejores años que se recuerdan desde la óptica de la concentración de empresas. En nuestra comunidad, en particular, la potencia y buen hacer de nuestro sector agroalimentario ha hecho que los players de mayor tamaño y fondos de inversión internacionales pongan su foco en ellas, generando en los últimos años numerosas operaciones de M&A (fusiones y adquisiciones)”.

Bajan los rating

Eso sí, el socio director no percibe un “parón significativo” en ninguno de los sectores. “Si acaso, nuestros clientes nos trasladan que, en la situación de incertidumbre actual y con la perspectiva de que el escenario se alargue más allá de lo estimado, la inversión se está retrayendo ante el temor de una agravación de la situación. Aun siendo valiosas, las líneas de ayudas impulsadas por la Administración, en tanto que suelen exigir aportaciones de capital privado para su concesión, no están pudiendo ser aprovechadas al máximo. Se percibe también un endurecimiento de las condiciones de acceso a la financiación bancaria o la refinanciación de la deuda y un encarecimiento del dinero, así como bajadas en el rating de solvencia por parte de las entidades de aseguramiento”, indica.

Y añade: “El conjunto de estas circunstancias, si bien no supone una parada en seco, dificulta que las empresas puedan mantener la velocidad de crucero que necesitan para mantener sus umbrales de rentabilidad, abordar nuevos proyectos o, por ejemplo, destinar sus excedentes a inversiones en nuevos sectores o en start-ups”.

Por otro lado, “el sector inmobiliario se está viendo beneficiado de esta incertidumbre y de la evolución de los mercados al entender compañías e inversores que los inmuebles son un activo refugio idóneo en estos escenarios por su seguridad y como mecanismo para minimizar el impacto de la inflación”.

Mercado laboral y jubilación

Otra de las cuestiones que preocupa a las empresas es la aprobación de varias novedades legislativas que impactarán en gran medida en el mercado laboral. A este respecto, Gil-Orozco avanza que “nos encontramos en un momento de grandes cambios que, sin duda, también afectan a nuevas modalidades de trabajos y servicios. Los gobiernos parecen ir a remolque de ellas, que exigen mayor flexibilidad. No parece que todavía, y a pesar de los esfuerzos realizados por todas las partes implicadas, se haya llegado a un sistema estable y de futuro que recoja la seguridad y flexibilidad necesaria para el empresario”.

Además, denuncia que han echado en falta en los últimos tiempos, “en los que los medios económicos de los que han dispuesto los gobiernos con los fondos europeos han sido ingentes, mucha más ayuda a determinados sectores estratégicos de nuestra industria, que están atravesando situaciones dramáticas. Es necesario un acuerdo profundo y duradero, donde uno de los temas más sensibles y, por tanto, al que mayor atención hay que prestar es el de asegurar las jubilaciones y el sistema de pensiones. Se ha buscado fomentar la previsión social a través de nuevas modalidades de planes y fondos de pensiones, pero esto no es suficiente, se debe dar seguridad absoluta para las pensiones a los trabajadores actuales y futuros”.

El futuro de la consultoría

Acerca de las perspectivas del sector consultoría para 2023, Gurrea prevé que “nuestro sector seguirá marcando el imprescindible camino hacia empresas valencianas más sostenibles, a través de sus informes de transparencia, de impacto sostenible, de estrategia y estados de información no financiera y otros servicios que aseguran la operatividad de la empresa más allá de las puras finanzas. Un nuevo y vibrante ángulo de nuestros servicios que nos permitirá, una vez más, estar cerca de nuestras empresas resolviendo lo que más les preocupa”. 

Gurrea concluye que la incertidumbre “a veces despierta el apetito por hacer cosas nuevas, incluso por arriesgarse para ganar. En este sentido, tanto empresas pequeñas como consolidadas, están muy atentas a la tecnología como punta de lanza y mejora de sus capacidades. Nuestro sector está cerca de la empresa de la Comunitat Valenciana que quiere transformarse digitalmente a través de proyectos de consultoría innovadores, que entienden el negocio del cliente y que aportan tecnologías adaptadas como Blockchain, ERP, criptoactivos o CRM, entre otras, que expanden las oportunidades y mitigan los riesgos inherentes a cualquier negocio”.

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