El mundo de las criptomonedas atraviesa momentos difíciles tras el varapalo a la estabilidad que ha supuesto la quiebra de FTX, uno de los mayores casas de cambio de criptodivisas del mercado. En apenas unos días, la empresa fundada por el excéntrico gurú de las criptomonedas, Sam Bankman-Fried, paso de ser un gigante a no valer nada.
Bankman-Fried, conocido en el mundillo como SBF, llegó a acumular un patrimonio que, en los momentos más álgidos de la cotización del Bitcoin, llegó a alcanzar los 26.000 millones. Tras meses de depreciación de las criptodivisas, su fortuna se redujo a un estimado de 16.000 millones de dólares. La semana pasada, en apenas unos días, el 96% de la fortuna personal del joven multimillonario se esfumó por completo.
Esta semana de colapso ha dejado por el camino sospechas y acusaciones de mala gestión de FTX por parte de Bankman-Fried, de actuaciones irregulares, traiciones e incluso de abuso de sustancias. Por el momento, lo que se sabe es lo que sigue.
¿Qué es FTX?
Hasta hace una semana FTX era, junto con Binance, una de las casas de cambio de criptodivisas más importantes del mercado. A esta plataforma acudían los inversores a intercambiar una criptodivisas por otras o por dinero físico. La empresa, con sede en las Bahamas, procesaba gran parte de las operaciones que se realizaban en el mundo y llegó a alcanzar un valor en el mercado de 32.000 millones de dólares.
Recientemente habían estallado diversas polémicas debido al apoyo de SBF al Partido Demócrata, al que llegó a donar hasta 40 millones de dólares en diferentes campañas, aunque estas podían enmarcarse en las acciones de lobby que el propio fundador afirma haber realizado a diferentes partidos, en favor de una regulación de las criptomonedas más favorable.
1) I was a significant donor in both D and R primaries.
Supporting constructive candidates across the aisle to prevent pandemics and bring a bipartisan climate to DC.
And working with them to support permissionless finance.
— SBF (@SBF_FTX) November 5, 2022
Paradójicamente, FTX había protagonizado en el pasado diversos rescates a entidades en apuros del mundo de las criptomonedas, por lo que estaba considerada como una de las compañías que daba estabilidad al mercado de las divisas digitales. La firma cuenta con su propia criptodivisa, los FTT, cuya cotización se encuentra en la actualidad por los suelos.
¿Cómo empezó todo?
El principio del fin de FTX comienza con un informe. El pasado 2 de noviembre una filtración al portal especializado en criptomonedas CoinDesk hacía saltar las alarmas: se había detectado una cantidad anormalmente alta de tokens FTT en posesión de una compañía llamada Alameda Research, tras la cual estaba el propio Bankman-Fried.
Desde Onyze, el primer criptocustodio de nueva generación de España, explican que esta práctica es «anómala y la regulación que siempre hemos abogado por tener lo va a impedir en el momento en que se aplique la propuesta de Regulación de Mercados de Criptoactivos (MiCA). Es cierto que se ha perdido confianza en el mercado, este no ha sido el primer caso, con Celsius sucedió algo similar… ahora muchos actores del mercado están sacando lo que se conoce «proof of research», que es una forma de mostrar que ellos no juegan con sus usuarios y que cuentan con reservas de líquido».
Cuatro días después es Binance, que había contado con participaciones de FTX en el pasado, las cuales había recomprado Bankman-Fried con la criptodivisa de la firma, quien anuncia su intención de deshacerse de todos los tokens FTT con los que contaba. El motivo, afirmaban en un comunicado, era debido a «revelaciones recientes».
Esta situación hizo cundir el pánico y esfumarse la confianza en la empresa, la cual vio cómo una avalancha de inversores trataba de deshacerse de sus FTT. En cuestión de tres días, FTX tuvo que hacer frente a una retirada masiva de fondos por valor de más de 6.000 millones de dólares.
El criptocorralito de FTX
El 8 de noviembre, apenas una semana desde la publicación del informe, el CEO de Binance, Changpeng Zhao, anunciaba la llegada a un acuerdo para rescatar FTX. Con este anuncio conjunto, Bankman-Fried trataba de apaciguar los ánimos mostrando que la empresa tendría músculo financiero para hacer frente a la retirada de fondos.
Sin embargo, el acuerdo contenía una clausula que permitía a Binance desistir en cualquier momento del rescate, cosa que acabaría por hacer apenas un día después. La decisión final se habría tomado, afirmaba la empresa en un comunicado, «tras completar el debido proceso de auditoría de la empresa».
La situación interna de FTX ahuyentó toda posibilidad de salvación y la compañía anunciaba finalmente su incapacidad para hacer frente a los pagos y su bancarrota.
¿Y ahora qué?
Tras el escándalo, la confianza en el mercado de las criptomonedas se ha visto muy afectada. Tanto, de hecho, que el Bitcoin ha llegado a mínimos anuales. El propio Zhao, CEO de Binance, anunciaba que estaba trabajando en la creación de un fondo de rescate para evitar que casos como el de FTX vuelvan a suceder.
Desde Onyze creen que la clave ahora está «en la transparencia y en la regulación. La gran mayoría de los actores del mercado se han dado cuenta de que el hecho de que esto pase puede hacer perder la confianza en el mercado. Para que la actividad no esté en peligro, se necesita regulación, y esta llegará con el reglamento europeo que se aprobará en febrero».
«Actores que hasta ahora estaban al margen de pedir regulación y confiaban en que el mercado se autoregulase, están diciendo ya que necesitan regulación para que esto no pase. Pero hasta que llegue la regulación, necesitamos transparencia. Lo que veremos en el futuro será una oleada de acciones de transparencia por parte de todas las compañías y actores que intervienen en el mercado», afirman desde el criptocustodio.