¿Imaginas que el ciclo económico pudiera estar determinado por el tamaño de los rascacielos más altos del mundo? Pues así lo afirma el peculiar indicador macroeconómico que hemos analizado en Economía 3.
Según el Índice de los Rascacielos (en inglés ‘Skyscraper Index’), la recesión económica estaría directamente vinculada a la construcción de los rascacielos de mayor tamaño. Ante estar particular forma de medir la temperatura de la economía -completamente ajena a las más habituales- desglosaremos en profundidad este atípico e inusual indicador.
¿Qué es el ‘Skyscraper Index’?
El Índice de los Rascacielos o Índice Skyscraper es una magnitud que determina que la fase expansiva del ciclo económico se encuentra agotada cuando la inversión en rascacielos alcanza su punto álgido. Por tanto, cuando se construyen los edificios más altos la economía se encuentra muy próxima a una situación de recesión.
Este insólito indicador fue desarrollado por el analista inmobiliario Andrew Lawrence en 1991. Según las investigaciones de Lawrence, la finalización de proyectos de magnitudes estratosféricas no solo dictaminaba el techo del crecimiento económico, sino que también marcaba un hundimiento posterior hacia la crisis financiera.
De esta forma, el especialista de ‘real estate’ británico constaba sus teorías basándose en que la construcción de los edificios más altos del mundo coincidía en el tiempo con los momentos previos a los grandes colapsos económicos.
Empire State, soporte principal de su tesis
La piedra angular sobre la que se sostienen las teorías de Lawrence sería el Empire State. La finalización de las obras de la que probablemente sea la megaconstrucción más icónica de la ‘Gran Manzana’ se produjo en 1931. Fecha que coincide -tras dejar atrás la euforia de los felices años 20- con la peor etapa de recesión que los Estados Unidos han padecido en toda su historia.
Otro caso remarcable en este estudio fue la construcción de las ya extintas Torres Gemelas del World Trade Center, también en Nueva York. Su finalización fue en 1972. Ejercicio de notoria relevancia mundial debido a la crisis del petróleo.
Si movemos el punto de mira hacia otros continentes, en Asia nos encontramos con el caso de las torres Petronas de Malasia. Una superestructura formada por dos torres de 452 metros de altura, contemporánea a una de la más fuerte crisis de los mercados financieros asiáticos.
Rascacielos cada día más altos, ¿señal de crisis?
Hoy en día, nos encontramos ante una espiral creciente de superficialidad y apariencia que lleva a las grandes potencias a mostrar su capacidad de albergar las mayores superestructuras del mundo.
Además, si fijamos el punto de mira en los países que mayor crecimiento han tenido -gracias, principalmente, a las materias primas- observamos absolutos desequilibrios proporcionales en sus principales ciudades. De este modo, el Burj Khalifa de 830 metros en Dubái lidera -sin competencia que se le aproxime- el ranking mundial de rascacielos.
No obstante, ya sus vecinos de Arabia Saudí quieren pulverizar el récord con su Kingdom Tower de un kilómetro de altura.
Veremos si se cumple la profecía o no. No obstante, la cronología empírica no invita, en absoluto, al optimismo. Lo que sí podemos extraer cómo conclusión es que la irracionalidad humana al crear elementos completamente ineficientes con un gasto excesivo de recursos puede intuir el estallido de una burbuja económica.