La campaña de navidad se tambalea a tres meses de que llegue una de las fechas más señaladas del año. Todos los principales sectores que se ven implicados en estas fiestas tenían buenísimas previsiones, sin embargo, la realidad es que, pese a ello, la rentabilidad va a ser nula. Uno de los sectores más afectados por la subida del precio del transporte, las materias primas y la energía, y también por los retrasos en la llegada de componentes del sudeste asiático, es el de los juguetes. Aunque la venta se extiende a todo el año, lo cierto es que en esta época navideña es cuando las compañías alcanzan gran parte de la facturación anual.

Es el caso, por ejemplo, de Injusa, una empresa alicantina que se dedica a fabricar grandes juguetes como motos o bicicletas. Su consejero delegado, Luis Berbegal, afirma que “aunque no tenemos retraso de componentes porque ya nos aprovisionamos con tiempo, lo cierto es que la subida de los precios sí que nos ha afectado. En concreto, los costes han aumentado un 35 %. Sin embargo, nosotros solo hemos podido repercutir entre un 12 % y un 14 % al cliente. Esto hace que nuestra rentabilidad este año sea casi inexistente”.

Vuelta a los juguetes tradicionales

Cayro es una empresa dedicada a la fabricación de juegos de mesa tradicionales. Su responsable de marketing, Lucía Molina, destaca que “sobre todo a raíz de este último año hemos notado que la demanda de juegos de mesa ha aumentado”. Esto hace pensar que quizás la vuelta al juguete tradicional sea una buena alternativa para huir de estos problemas, debidos en gran parte a la falta de semiconductores.

Berbegal también afirma que “debemos reorientar cómo hacemos los juguetes para huir de estos componentes. Además, el juguete tradicional se ha demostrado que es imprescindible para los niños. Es cierto que su precio aumentará, pero la demanda también lo hará”.

Nacionalizar la producción

Pero, ¿la única alternativa que tenemos es volver al juguete tradicional? ¿No podemos intentar reubicar a nuestros proveedores para no depender todos del mismo?

Desde Injusa, su consejero delegado, también insiste en que “debe ser una oportunidad para que los gobiernos apuesten por la producción nacional. El problema es que ahora mismo, aunque quisiéramos comprar aquí o en Europa, no hay nadie que fabrique componentes como radios o chips, por lo tanto, no queda más remedio que irnos a países como China”.

Esta situación también está propiciando que en poco tiempo haya una tendencia clara de mirar a nuestro alrededor para buscar empresas que fabriquen estos componentes. Entonces, las compañías empezarán a comprar en suelo patrio y no habrá necesidad de recurrir al gigante asiático.

Búsqueda de alternativas más sostenibles para los juguetes

Ante esta situación, muchas empresas fabricantes de juguetes han decidido empezar a buscar alternativas a los materiales que actualmente se utilizan, como el plástico. Por ejemplo, desde el Instituto Tecnológico de Producto Infantil y de Ocio (AIJU), Ana Ibáñez, técnico especialista, declara que “hemos notado que cada vez son más las empresas que reclaman este tipo de materiales alternativos para paliar la complicada situación y fomentar la producción sostenible”

El consumidor es cada vez más exigente y no le importa pagar un poco más para obtener juguetes fabricados de manera sostenible. Desde AIJU se llevó a cabo un estudio junto con la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes en el que se comprobó que la sostenibilidad no era un factor determinante a la hora de comprar un juguete. Sin embargo, “ha surgido un perfil ‘ecofriendly’ de padres entre 30-35 años que sí le da importancia. Y este perfil, entre la campaña de 2018-2019 y 2019-2020 aumentó en un 16 %. Según el estudio, todos estaban interesados en pagar más. Según el precio base llegaban hasta un 15 % extra”

A pesar de todo, el sector en general transmite tranquilidad porque los juguetes llegarán a los niños. Las Navidades, de momento, están aseguradas. Sin embargo, sí que recalcan que este año más que nunca es importante adelantar las compras para asegurarnos de tener los juguetes que nuestros niños más desean.