A pocos días de la entrada en vigor de la llamada ‘Ley Rider’ las compañías de ‘delivery’ han empezado a mover las fichas en el tablero. El Real Decreto impulsado por el Gobierno establece que los repartidores que prestan sus servicios a empresas digitales como Deliveroo, Uber Eats o Glovo pasarán a tener una relación laboral con estas compañías. Dicho de otro modo, dejarán de ser autónomas para pasar a formar de la plantilla, cotizando en el Régimen General.
Estas compañías tienen hasta el 12 de agosto para de dar de alta a los repartidores como trabajadores por cuenta ajena. Estos a su vez podrán disfrutar de los derechos básicos de los trabajadores como son la prestación por desempleo o las vacaciones pagada, entre otros.
¿Qué es la Ley Rider?
La reforma regula las condiciones laborales de los repartidores a domicilio por parte de las plataformas digitales. En concreto, obliga a contratar a estos trabajadores como asalariados. Por lo tanto, afecta a las relaciones laborales entre las plataformas dedicadas al reparto o distribución de cualquier producto y sus trabajadores.
Además, la norma contempla que la representación legal de los trabajadores deberá ser informada de las reglas que encierran los algoritmos y los sistemas de inteligencia artificial que pueden incidir en las condiciones laborales por las que se rigen las plataformas. Incluyendo el acceso y mantenimiento del empleo y la elaboración de perfiles.
La ‘Ley Rider’ fue consensuada por el Ministerio de Trabajo con patronal y sindicatos. Y se aprobó en consejo de ministros el pasado 11 de mayo, aunque incluía un período de transición de tres meses para dar tiempo a las compañías a adaptarse. Un periodo que llega a su fin este mismo jueves.
La reacción de Uber Eats a la Ley Rider
La plataforma de envío de comida a domicilio Uber Eats ya ha informado a los repartidores con cuenta en su aplicación que no podrán seguir recibiendo pedidos para la compañía si son autónomos. Del mismo modo, ha avanzado que subcontratará sus servicios a través de terceros.
Un portavoz de la empresa admitió a finales de julio que estaban «explorando alternativas«. Como por ejemplo «trabajar con flotas de reparto para adaptar el negocio a la nueva regulación«. De esta forma, sigue los pasos de Just Eat España, que nunca ha utilizado autónomos y que también subcontrata a los repartidores a través de terceros. Aunque la mayor parte de los restaurantes con los que colabora tienen su propia flota.
El adiós de Deliveroo
La compañía británica no se lo ha pensado: se va. Deliveroo anunció hace unos días su salida del mercado español.
El sector ha sido siempre reacio a divulgar las cuotas de mercado de cada operador, aunque Competencia publicó un informe en 2019 con cifras al respecto. En ingresos, Deliveroo ocupó la segunda posición en 2016 por detrás de Just Eat, con entre un 10 y un 20 % de la facturación del sector. En 2017, ya se vio superada por Glovo con ese mismo porcentaje de ventas. Mientras que en 2018 continuó en el tercer puesto pese a mejorar y aglutinar entre el 20 y el 30 % del gasto total en España.
Los propios responsables de la plataforma su marcha a la dificultad de «mantener una posición de mercado de primer nivel. Ya que requeriría un nivel de inversión muy elevado con un rendimiento potencial muy incierto«.
Por su parte, la española Glovo es la única que ha revelado que pretende seguir utilizando autónomos. Según han informado, crearán un «nuevo modelo» de relación con los repartidores que, en su opinión, respeta la legislación vigente y del que aún no se conocen detalles. También, comentaron que los autónomos representarán el 80 % de su flota.